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El desvío que se está produciendo en Gipuzkoa y Euskadi de pisos destinados al alquiler estable hacia el de temporada para eludir los condicionantes que ... para los propietarios establece la Ley estatal de Vivienda aprobada en 2023 se deja notar ya en las estadísticas oficiales. El año pasado el departamento de Vivienda del Gobierno Vasco recibió 7.149 fianzas por contratos de alquiler de 4.997 viviendas en Gipuzkoa. Es decir, hubo un 43% más fianzas que pisos. La explicación es sencilla. Hay viviendas que fueron objeto de más de un contrato de arrendamiento en doce meses.
No es una novedad, pues el alquiler de temporada siempre ha existido. Para estudiantes y profesores durante el curso académico, para las temporadas de vacaciones, para trabajadores de obras o proyectos temporales... Pero históricamente ha sido una parte muy residual del mercado.
Sin echar demasiado la vista atrás, en 2022 en Gipuzkoa se presentaron 7.563 fianzas correspondientes a 7.318 viviendas, apenas 245 más contratos que pisos (un 3,3%). Un año después la diferencia ya aumentó en casi veinte puntos, hasta el 22%, con 9.847 garantías vinculadas a 8.042 pisos (esto es, 1.800 fianzas más que inmuebles implicados). Y el año pasado la brecha se duplicó, llegando al mencionado exceso del 43% entre el número de fianzas y el de viviendas sobre las que se depositaron (2.152).
¿Qué ha pasado por medio? Los expertos ya advirtieron que la «incertidumbre» que la Ley de Vivienda representa para los arrendadores, especialmente por la obligación de mantener en el piso a un inquilino que no hace frente a la renta si se considera vulnerable y la perspectiva de que se van a topar los precios en las localidades y/o zonas que se declaren tensionadas, traería como consecuencia una contracción de la oferta, con propietarios que renunciarían a alquilar sus viviendas o, en el mejor de los casos, las derivarían al alquiler temporal, no sujeto a la nueva ley.
Los datos así parecen confirmarlo cuando ha pasado más de año y medio desde la entrada en vigor de la normativa. Los 4.997 pisos sobre los que se depositaron fianzas el año pasado en Gipuzkoa son casi un 40%menos (37,8% exactamente)que los 8.042 de 2023. Y a pesar de que aumenta el ratio de fianzas por piso, estas también decrecen. Las 7.149 que se depositaron en 2024 son un 27%menos que las 9.847 del año precedente.
Dicho de otro modo, el año pasado hubo 2.698 fianzas menos de 3.045 pisos menos que en 2023.
Así consta en una respuesta escrita del consejero de Vivienda y Agenda Urbana del Gobierno Vasco, Denis Itxaso, a la parlamentaria del PP en la Cámara de Vitoria Ana Morales.
En el documento se desglosa el número de fianzas por alquileres depositadas entre 2022 y 2024 (el último año hasta el 10 de diciembre) por año, territorio y tipo de inmueble.
Ello permite comprobar que Gipuzkoa no es una excepción. De hecho, si la brecha entre fianzas por alquiler de vivienda y pisos involucrados se ha disparado en 2024 hasta el 43%en este territorio, en Álava y Bizkaia llega hasta el 50%, para una media vasca del 47%, con 20.229 garantías para 13.687 pisos.
Junto a ello, si en Gipuzkoa el número de pisos sobre los que se depositaron fianzas cayó un 37,8%, en Bizkaia lo hizo un 36,2% y en Álava un 19,8%, para una media vasca del -34,7%.
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Miguel Ángel Mata
Los datos del propio Gobierno Vasco parecen abonar la idea de que se están desviando pisos al alquiler de temporada para sortear la Ley de Vivienda.
Una estrategia que comenzó en Cataluña, la primera comunidad en aplicar los puntos más novedosos de la norma estatal y en definir zonas tensionadas y límites de precios. Tal y comó ya informó DV en octubre, en aquella comunidad proliferan a raíz del cambio legislativo los alquileres «de hasta once meses». Algunos estudios calculan que esta modalidad de arrendamiento de temporada copa ya el 90%de la nueva oferta de alquiler en Barcelona y el 40% de los alquileres activados desde que la ciudad es oficialmente zona tensionada, el 16 de marzo del año pasado.
La maniobra no ha tardado en llegar a Gipuzkoa y Euskadi. Un sondeo realizado por este periódico también en octubre entre los principales portales inmobiliarios reveló que las ofertas de alquiler temporal superaban con creces al estable. Así, en Donostia de los 20 pisos más económicos, 13 eran de temporada y 7 para alquilar de forma estable. En Irun solo había una vivienda disponible en alquiler, y de temporada. En Errenteria, dos opciones, una temporal y otra estable. Lo mismo que en Pasaia. En Tolosa, también un único anuncio entonces y «para unos meses».
En Arrasate, de 8 viviendas ofertadas, cinco eran para estudiantes o de naturaleza temporal. En Zarautz, de 10 propuestas, nueve eran de temporada...
La parlamentaria del PPAna Morales, solicitante de la información en el Parlamento Vasco, considera «probado» con estos datos que «el alquiler temporal no es la causa sino la consecuencia de la carestía de la vivienda, ya que es el refugio que han encontrado los arrendadores para eludir los efectos de una ley que crea inseguridad e incertidumbre, reduce la oferta y, en consecuencia, eleva los precios».
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