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Una mujer ayuda a caminar a una persona mayor en una localidad guipuzcoana. Iñigo Royo

60.000 familias vascas sufren problemas para atender a personas mayores

Los cuidados son uno de los retos del presente y el gran caballo de batalla de una sociedad que camina hacia la vejez de la generación del 'baby boom', que representa un cuarto de la población de toda Gipuzkoa

Domingo, 2 de noviembre 2025, 00:00

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En Euskadi hay 61.157 familias vascas que admiten tener problemas para cuidar a personas mayores, de las que dos tercios afirman que esas dificultades son graves. Son un 15% más de las que reconocían esa sobrecarga de trabajo en su día a día cinco años antes, cuando se contabilizaban 52.943 familias, lo que evidencia que es una preocupación en aumento. En un escenario como el de Gipuzkoa, en el que uno de cada cuatro ciudadanos pertenece a la generación del 'baby boom', es decir, tiene ahora entre 57 y 73 años, la sociedad avanza hacia una nueva realidad en el ámbito de los cuidados y la dependencia que pondrá a prueba el sistema que más financiación recibe en los últimos Presupuestos forales.

De los datos más recientes de la encuesta de familias y hogares que realiza el País Vasco, correspondientes a 2023, se desprenden las dificultades que más de 60.000 familias vascas tienen para cuidar a personas mayores y la sobrecarga de trabajo que eso les supone. Los factores que convierten esa responsabilidad en dificultades son diversas, como la conciliación de esa tarea con la actividad laboral, las exigencias para adaptar el propio hogar y acoger a la persona mayor, los problemas para dar con una persona apropiada para contratarla como cuidadora, encontrarse en una lista de espera para acceder a una residencia o los requerimientos económicos que rodean a la atención de una persona dependiente.

Familias vascas con dificultades para

atender a personas mayores

Cada persona

equivale a 500

familias

2019

52.943

Familias vascas tienen dificultades para atender a personas mayores

29.346

De ellos tienen problemas ‘muy graves’ por esa sobrecarga

2023

61.157

Familias vascas tienen dificultades para atender a personas mayores

41.059

De ellos tienen problemas ‘muy graves’ por esa sobrecarga

I.OLLO

Familias vascas con dificultades para

atender a personas mayores

Cada persona

equivale a 500

familias

2019

52.943

Familias vascas tienen dificultades para atender a personas mayores

29.346

De ellos tienen problemas ‘muy graves’ por esa sobrecarga

2023

61.157

Familias vascas tienen dificultades para atender a personas mayores

41.059

De ellos tienen problemas ‘muy graves’ por esa sobrecarga

I.OLLO

Familias vascas con dificultades para

atender a personas mayores

Cada persona

equivale a 500

familias

2019

52.943

Familias vascas tienen dificultades para atender a personas mayores

29.346

De ellos tienen problemas ‘muy graves’ por esa sobrecarga

2023

61.157

Familias vascas tienen dificultades para atender a personas mayores

41.059

De ellos tienen problemas ‘muy graves’ por esa sobrecarga

I.OLLO

Familias vascas con dificultades para

atender a personas mayores

Cada persona

equivale a 500

familias

2019

52.943

29.346

Familias vascas tienen dificultades para atender a personas mayores

De ellos tienen problemas ‘muy graves’ por esa sobrecarga

2023

61.157

41.059

Familias vascas tienen dificultades para atender a personas mayores

De ellos tienen problemas ‘muy graves’ por esa sobrecarga

I.OLLO

Los 'baby boom', un nuevo elemento a la ecuación

Los 'baby boom', un nuevo elemento a la ecuación

Además de todos esos retos, los estudios añaden un nuevo elemento a esa ecuación. Consideran que las generaciones del 'baby boom' que se acercan a la vejez «ven el cuidado como algo horrible, sobre todo las mujeres que han cuidado a sus padres no quieren pasar a las generaciones futuras la carga del cuidado porque las hemos dejado muy solas y con poco apoyo, y entienden que el cuidado es algo que tienen que resolver ellos y ellas. No quieren que sus hijos tengan que cambiar su vida por ellos, y esto es un cambio enorme», traslada el experto en gerontología y doctor en Psicología Javier Yanguas.

Transmite que «durante los próximos años van a llegar a la vejez las generaciones más formadas de la historia y las mujeres con más recursos económicos y más independientes que hemos conocido nunca», y además lo harán «con modos de vida y de convivencia muy distintos, porque antes no existían los divorcios, las parejas diferentes o las que no conviven juntas».

«Van a llegar a la vejez las generaciones más formadas de la historia y lo harán con una vida muy distinta»

Javier Yanguas

Experto en geriatría

Según las estadísticas que ofrece la Fundación Aubixa, especializada y dedicada al envejecimiento, 40.252 guipuzcoanos de más de 55 años (el 13,6%) no tienen descendencia en Gipuzkoa. 80.870 personas de esa misma franja de edad (27,4%) no tienen pareja. Y 11.956 residentes de más de 55 años en Gipuzkoa que tienen pareja no conviven con ella, el 4% de la población de esas edades. En resumidas cuentas, son personas «más individualistas, menos comunitarias y tienen vidas más aisladas y solitarias, por lo que algunas van a envejecer solas, otras con parejas con las que no conviven y en caso de necesitar cuidados, en definitiva, estarían más solas». Yanguas vaticina que «vienen bastantes cambios en ese sentido».

El estudio más reciente que Yanguas ha realizado entrevistando a ciudadanos que nacieron entre 1957 y 1973 recoge que «no queremos que nos cuiden como otras generaciones han cuidado». Y eso tiene diferentes causas. Por un lado, que las generaciones que están ya en la vejez o a las puertas de ella «creen que el cuidado es algo personal y que si sus hijos se encargan de su higiene o del baño algo se está rompiendo, que eso es algo indigno».

Al mismo tiempo, los ciudadanos del 'baby boom' son personas que «viven con angustia el futuro de sus hijos por la carestía de la vivienda, los trabajos mal pagados o las dificultades existentes en desarrollar su proyecto de vida. Ven que tienen vidas complicadas y les da miedo qué podrían responder». El resultado, según el diagnóstico de Yanguas, es que «muchas personas dicen que no hablan con sus hijos de su cuidado, y es una conversación que se cercena». Pero eso no significa que no quieran estar con ellos. «Quieren que estén cerca».

Más allá de las residencias

Más allá de las residencias

Es otra muestra de que el mapa de los cuidados no se tiene que limitar –y no lo hace– solamente a las residencias, donde a 30 de junio había una lista de espera de 908 personas para acceder a uno de los 65 centros forales de Gipuzkoa, un 8,8% menos que el pico alcanzado a finales de 2024. Fuera de ese servicio de cuidados, 9.029 usuarios en una situación de dependencia de grado I, II o III concluyeron el año recibiendo una prestación económica que está destinada a contribuir a la cobertura de los gastos de la atención de esa persona por parte de un familiar; y 6.540 usuarios tenían una prestación económica de asistencia personal destinada a contribuir a cubrir los gastos de la contratación de asistentes personales que faciliten la autonomía de dependientes.

Pero si cada vez habrá más personas mayores «solos», ¿cómo gestionar su cuidado? «Habrá gente que pueda cuidarse en casa, que pueda hablar con sus hijos y que tenga dinero para estar en su domicilio, pero necesitamos innovar en servicios de atención porque muchas de esas personas no van a contar con un apoyo. Nuestro sistema de bienestar y de los servicios sociales se basa en que hay una red, y ahí viene el gran cambio, porque a veces confundimos el cuidado en la comunidad por el cuidado por la comunidad».

Antes de aclarar estos dos conceptos, señala que «necesitaríamos invertir mucho más en cuidados, estamos lejos de la media que tienen muchos países europeos y aunque yo sé que se está haciendo un esfuerzo muy grande –el gasto social por habitante de la Diputación en 2025 es de 734 euros y el departamento de Cuidados y Política Social ha invertido 121 millones de euros en la atención a los mayores este año–, creo que necesitamos hablar de los cuidados y de un pacto de cuidados, que no lo tenemos».

Una vez dicho eso, apuesta por los cuidados en la comunidad, «como en tu domicilio o en generar nuevos servicios de atención próximos a él, donde hay políticas muy relevantes por hacer». Sin embargo, «oigo algunos discursos que me dan la sensación de que la gente cree que va a ser cuidado entre compañeros o entre amigos, y pienso que los que dicen eso no saben lo que es el cuidado».

La Diputación ha invertido este año 121 millones de euros en la atención a los mayores

Considera que «hay que fomentar profesionales formados que impulsen proyectos de cooperación entre personas, la gente demanda espacios donde hablar, expresarse y tener relaciones significativas, y debemos ir hacia un modelo de cuidados que distingan el aseo, la comida y el baño con el acompañamiento propiamente dicho, con el compartir».

Esta semana la Diputación de Gipuzkoa ha anunciado la construcción de cuatro nuevas residencias de mayores en Costa Urola, Alto Urola, Buruntzaldea y Bajo Deba, en unas ubicaciones aún sin concretar. Junto a las tres que ya están en obras en Pasaia, Irun y Elgoibar, con previsiones de finalización para finales de 2027 o ya en 2028, el objetivo es cubrir para 2030 las 757 nuevas plazas que el ente foral calcula que serán necesarias habilitar para dar respuesta al reto demográfico. Sin embargo, fuera de esos espacios hay otro mundo al que los mayores cada vez se agarran más, porque su deseo es permanecer en sus hogares y vivir la vejez en ellos durante el mayor tiempo posible.

La esperanza de vida, a más y con más calidad

La esperanza de vida, a más y con más calidad

La esperanza de vida de una persona que alcanza ahora los 65 años en España es que pueda vivir una media de 21,7 años más, lo que serviría para alcanzar los casi 87 años de edad. Además, las proyecciones actuales sitúan que de todos esos años que quedan por vivir a partir de los 65, 9,7 años, hasta casi los 75, serán en buena salud. En 2024 la edad media de las personas que ingresaron en una residencia foral de Gipuzkoa fue de 85,2 años, mientras que los usuarios que se dieron de baja de esos centros, en la gran mayoría de los casos por fallecimiento, fue de 88,2 años.

Cada vez vivimos más tiempo y lo hacemos con mayor calidad de vida, lo que permite abrir un horizonte de nuevas posibilidades que las generaciones pasadas no contemplaban, aunque también obligará a introducir cambios en el sistema de cuidados.

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60.000 familias vascas sufren problemas para atender a personas mayores