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Rescate del montañero fallecido en Palencia.

Fallece un montañero donostiarra de 34 años al sufrir una caída en un pico en Palencia

Josu González, ertzaina de profesión, resbaló con una placa de hielo y se precipitó 300 metros. El guipuzcoano subió la cumbre del Curavacas, de 2.524 metros, con un compañero palentino de 37 años, que fue quien alertó a emergencias

R. Sánchez y A. S. Jiménez

Sábado, 28 de diciembre 2019, 07:29

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Un montañero donostiarra de 34 años perdió ayer la vida en el Pico Curavacas, en Palencia, al precipitarse al vacío desde una altura de casi 300 metros por la cara norte de la cima palentina. La víctima, que en el momento del accidente estaba acompañada por otro alpinista, de 37 años y natural de Palencia, cayó en una zona de complicado acceso. El Servicio de Emergencias del 112 de Cantabria, conjuntamente con el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de la Guardia Civil con base en Sabero (León), logró recuperar su cadáver pasadas las 16.00 horas.

El suceso se produjo en torno a las 11.00 horas, cuando el montañero Josu González, ertzaina de profesión, pisó una placa de hielo y resbaló por la zona de La Llana (rellano de la cara norte del Curavacas), precipitándose al vacío casi 300 metros, hasta caer en un socavón.

El compañero del donostiarra dio aviso al Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León, que alertó a su vez a su homólogo cántabro, al no poder despegar con el helicóptero por la falta de visibilidad debido a la niebla. Así una aeronave del 112 de Cantabria, que estaba realizando ejercicios en otra zona, se desplazó hasta el lugar, aunque también se activó el helicóptero del Grupo de Rescate e Intervención de Montaña de la Guardia Civil con base en Sabero (León).

Las heladas de la noche anterior endurecieron la nieve, lo que hacía que el terreno fuese resbaladizo

Un rescatador permaneció con el cadáver, mientras que el helicóptero regresó con el acompañante a la base del 112 Cantabria, al aeropuerto Seve Ballesteros, en Santander, para luego volver y tratar de recuperar el cuerpo del montañero fallecido con la grúa de la aeronave, ya que la dificultad para el rescate fue máxima, al haber caído por un socavón. Sobre las 16.10 horas, el cuerpo pudo ser rescatado y ser trasladado a Triollo, un localidad cercana, donde una médico forense realizó el levantamiento del cadáver. El compañero de la víctima fue trasladado al parking de la pequeña localidad de Vidrieros, donde habían dejado sus vehículos esa mañana y desde donde emprendieron la expedición. Más tarde fue llevado desde Cantabria a la Comandancia de la Guardia Civil de Palencia para prestar declaración ante los agentes.

Hielo «duro como el cristal»

Aunque el rescate lo realizó el Servicio de Emergencias de Cantabria, la unidad del Greim de Sabero se encargó de realizar la inspección ocular en la zona del accidente para poder determinar las causas del mismo. Enrique Ferrero, sargento primero y jefe del Greim, explica que los montañeros subieron por La Canal Sur, una zona en la que es necesario el uso de piolet y crampones, y que una vez alcanzada la cima descendieron por La Llana, en dirección a El Callejo Grande, la principal zona de acceso a esta montaña cuando no hay nieve. Fue durante esa bajada cuando se produjo el fatal accidente, «como sucede en el 90% de los casos».

El sargento explica que en la madrugada de ayer se registraron fuertes heladas, «que provocan que la nieve de la zona de La Llana se vuelva dura como el cristal». La bajada, señala, la emprendieron «sin ir encordados», aunque Ferrero recalca que si el estado de la nieve y del tiempo es bueno «no hace falta utilizar cuerdas». Durante el descenso Josu González sufrió un resbalón y se precipitó al vacío. «Con heladas es una zona muy resbaladiza y tan dura que los crampones y el piolet apenas se clavan, por lo que si coges velocidad es muy difícil sujetarse», explica el sargento de la Guardia Civil.

Los agentes que realizaron el rescate aseguran que los montañeros iban «muy bien equipados»

No obstante, aseguró que los dos montañeros «iban muy bien equipados», y que habían partido por la mañana desde Vidrieros con la intención de completar la ruta sobre las dos o tres de la tarde. «El accidente se produjo pasadas las 11.00 y justo habían empezado a descender, por lo que iban muy bien de tiempo sobre lo previsto».

Un punto negro

El Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de Sabero conocía de sobra la zona del Pico de Curavacas en la que ayer perdió la vida el donostiarra Josu González. Tal y como explica Enrique Ferrero, La Llana es un punto de este pico «que en invierno es especialmente complicado y peligroso», y donde cada año se dan «unos dos o tres accidentes con víctimas, con algún fallecido casi anualmente».

De hecho, la mortalidad en esta ladera del Curavacas es muy elevada. El 2006 y el 2010 fueron años especialmente fatídicos, en los que fallecieron cinco personas cada año.

Imagen en 360º del Pico de Curavacas

Los expertos de montaña señalan que el terreno en esa zona está «muy peligroso», debido a las oscilaciones térmicas de los últimos días, y con las áreas de nieve «muy duras», lo que dificulta la actividad deportiva.

Alberto Sánchez, del comité de seguridad de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada, aludía ayer a la conjunción de factores que pueden darse en la montaña para provocar un accidente de este tipo. «Primero, la falsa sensación de seguridad al tener muy buen tiempo, pero siendo aún así una actividad invernal. También la presencia de zonas de nieve y hielo muy duro provocado por la transformación debido a mucha amplitud térmica, es decir, temperaturas altas por el día y bajas por la noche. Asimismo, la presencia de terreno mixto con zonas sin nieve y otras con hielo que hacen que la progresión sea incómoda. Y, por último, el factor humano», señalaba Alberto Sánchez.

Este año no ha habido ningún otro accidente de estas características con víctimas guipuzcoanas. El año pasado, en septiembre, el eibarrés Jon Gorosabel falleció al precipitarse 250 metros en un canal cuando recorría la ruta circular 'Pasada del Picayo', en Tresviso, Cantabria. El senderista realizaba la ruta con otras tres personas, cuando en un punto estrecho de la senda tropezó y cayó unos 250 metros por un canal rocoso de importante desnivel.

En marzo de 2018 falleció Juan Manuel Aizpurua, un médico natural de Errenteria, aunque desde hacía años era vecino de Hendaia donde tenía la consulta. El accidente mortal ocurrió en una ruta en los alrededores del Pic du Midi d'Ossau, una cumbre emblemática del Pirineo francés. La víctima cayó por un desnivel de unos cien metros.

10 años de la muerte de dos bilbaínos en el mismo pico

El próximo 28 de enero se cumplen 10 años del accidente que sufrieron dos experimentados montañeros bilbaínos, los hermanos Juanjo y Dani Rodrigo Prieto, de 35 y 26 años, respectivamente, que fueron hallados sin vida a 2.100 metros de altitud en el mismo Pico Curavacas. En el caso de estos hermanos fue un alud el que les arrastró ladera abajo. El hermano mayor, Juanjo, logró contactar con el 112 e informar de que había sufrido un accidente mientras realizaba junto a otro montañero -su hermano Dani- escalada en hielo en la ruta llamada Canal Oblicua, en la cara Sur de este monte. Los equipos de emergencia no lograron llegar hasta el día siguiente y solo pudieron notificar el fallecimiento de ambos.

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