Euskadi arranca 9 millones a Fomento para unir Topo y Renfe en Riberas
El ministro Ábalos sella ante la consejera Tapia su aval para financiar el intercambiador y compromete su apoyo para que el TAV circule por Euskadi en 2023
El cambio de Gobierno en Madrid no desacelerará la agenda pendiente de Euskadi en materia de infraestructuras. El apoyo del PNV a la moción de censura contra Rajoy, que sentó al socialista Pedro Sánchez en la presidencia del Ejecutivo central, ya parecía garantizar el aval suficiente a los proyectos estratégicos que afronta el gabinete de Urkullu. Ayer el apretón de manos entre la consejera vasca de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, y el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, selló el compromiso para dar «un nuevo impulso» a las obras pendientes del TAV y además puso número sobre la mesa para otro de los proyectos que el Gobierno Vasco ha hecho emerger: la estación para unir Renfe y Topo en Riberas de Loiola, en Donostia.
El viaje a Madrid dio sus frutos y, además de palabras y buenas intenciones, Euskadi se trajo 9 millones de euros para el llamado intercambiador ferroviario. Según el acuerdo alcanzado ayer, la Administración General del Estado sufragará un tercio de los 27 millones del coste total estimado para construir esa estación, que permitirá a los viajeros combinar trenes, antes de su entrada a San Sebastián. El acuerdo presupuestario alcanzado por los jeltzales y el gobierno de Rajoy ya incluyó una partida para el proyecto. Ahora, con el nuevo Ejecutivo, se ha concretado el compromiso de financiación. Los otros dos tercios del coste serán financiados por el Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa.
Proyectos
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1. La Administración central del Estado financiará un tercio de los 27 millones de la estación para unir Renfe y Euskotren en el barrio donostiarra de Riberas de Loiola.
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2. El objetivo es que las obras de la estación de alta velocidad de Donostia se liciten en 2019.
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3. Se ha acordado que para 2019 se tramitará el nuevo estudio informativo que permitirá conectar la Y vasca con el puerto de Pasaia, la plataforma de Lezo y evitar que las mercancías entren hasta el centro de Donostia.
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4. Se volvió a tratar las transferencias pendientes, como la del puerto de Pasaia o las autopistas que discurren por el territorio de la comunidad autónoma vasca.
Con este frente ya despejado, el futuro del TAV protagonizó buena parte de la reunión entre las dos instituciones. El mensaje casi monocorde del Gobierno Vasco esta legislatura es que se quiere llegar a la fecha de 2023 con los deberes hechos. Eso implica a día de hoy una lista de asuntos sin completar que incluye varios de los proyectos claves de la infraestructura, como son el nudo de Bergara -donde se conectarán los tres brazos de la Y vasca-, la nueva estación para la alta velocidad de Donostia o las conexiones con Navarra y Burgos.
Pese a la celeridad que se le ha querido imprimir sobre todo en esta última legislatura, el retraso acumulado en la definición del trazado del nudo de Bergara o el diseño de los accesos a las tres capitales está pesando. Si se llega a cumplir la fecha anunciada, el TAV habrá necesitado de 15 años de obras -se empezaron en 2008- y de una inversión que asciende por el momento a 4.800 millones de euros, según las cifras de Fomento, que costea todo el proyecto, aunque el tramo guipuzcoano lo está ejecutando Euskotren -Gobierno Vasco- y luego se recupera la inversión vía Cupo.
Transferencias pendientes
«Si somos capaces de cumplir el exigente calendario y de garantizar que la Y vasca, una nueva red en ancho europeo para tráficos mixtos, pueda ser realidad para 2023, contribuiremos a la competitividad de la Industria vasca y al desarrollo socioeconómico de Euskadi», reflejó la consejera Tapia. La frontera ferroviaria, «que nos ha aislado de Europa durante tantos años», también quedaría eliminada, lo que ayudaría a «descongestionar las saturadas carreteras de camiones y ofrecer servicios ferroviarios competitivos que mejoran la calidad de vida de los y las vascas», insistió Tapia.
En la reunión de ayer, además de los proyectos ferroviarios, la consejería y el Ministerio de Fomento repasaron las transferencias pendientes, como la de las autopistas Ap-1 y Ap-68 que discurren dentro de Euskadi y el traspaso del puerto de Pasaia a la administración general vasca. También se acordó destinar 3,5 millones de euros para mejorar el aeropuerto de Foronda. Euskadi insiste en que el aeródromo alavés pueda abrir las 24 horas del día.