«La asistencia médica en Gipuzkoa siempre ha sido como su sociedad, culta y respetuosa»

- Afirma que a nivel sanitario y médico Gipuzkoa siempre ha ido un paso por delante. ¿Por qué?

- Porque incluso antes de crearse el Colegio en el año 1899 ya hubo una Asociación Médica Guipuzcoana creada por los doctores Sagastume y Tamés. Sagastume era médico en San Sebastián y Tamés, en Zumaia. Era 1890. Ambos estuvieron muy influenciados por lo sucedido en la segunda guerra carlista. En el frente atendieron a todo tipo de heridos. Al terminar la guerra, Sagastume, siendo teniente de alcalde de Donostia, una de las primeras cosas que hizo fue fundar la primera unidad de salvamento marítimo de todo el golfo de Gascuña. Esto indica su preocupación por el salvamento, el auxilio, lo que no deja de ser un acto de sanidad. Y revela lo avanzada que estaba Gipuzkoa en ideas y proyectos sanitarios y médicos.

- Del salvamento marítimo a la atención en el interior. ¿Cómo era el trabajo de los médicos rurales?

- Era un mundo precioso. Yo estuve así tres años en Aretxabaleta. Son momentos en los que te sientes de verdad respetado como doctor. Se crea una compenetración con el paciente que no tiene precio. Pero es un modo de trabajar que se ha perdido. Y lo ha perdido la organización sanitaria.

- ¿Por qué?

- Entonces tú estabas solo. Te tenías que ocupar de todo y eso hacía que la proximidad entre médicos y pacientes fuera fluida y perfecta. Luego llegaron a los pueblos los ambulatorios. Después llegaron los especialistas. Con lo cual el médico vio más reducida su parcela. Y el trato empezó a cambiar. Ya no eres el médico...

- Perdone que le corte, pero ¿no cree que eso fue en beneficio de los pacientes?

- Lo explico. El aumento de ambulatorios, hospitales, especialistas... va en beneficio de la medicina. Va en beneficio de las perspectivas de longevidad. Y aquí la organización tiene que ser necesariamente muy buena porque es donde más vivimos del mundo. Es decir, las cosas se están haciendo bien. Pero por otro lado, oyes cosas como que a un médico le han pegado, que a una enfermera le han increpado... Cuando las barbas de tu vecino veas pelar... Cada vez es más frecuente la agresión a los médicos por parte de los usuarios. Algo no se está haciendo bien. Hay más medios y se está consiguiendo mayor longevidad pero no se consigue una mejor relación entre médico y paciente. Hay que pensar qué sucede.

- Lleva 60 años colegiado. ¿Qué recuerda de la asistencia médica que se ofrecía en su juventud?

- La asistencia médica en Gipuzkoa siempre ha sido muy buena. Fundamentalmente porque depende de la educación de la sociedad. Y Gipuzkoa siempre ha tenido una sociedad culta y respetuosa. Si algo es básico en la medicina es el sentido humanitario y la buena relación con la ciudadanía. La empatía es clave.

- ¿Qué enfermedades fueron especialmente duras con el territorio?

- La tuberculosis era el caballo de batalla, era endémico en San Sebastián. Hasta el descubrimiento de la estreptomicina, la tuberculosis no tenía mayor remedio.

- ¿Qué doctores han pasado a la historia de la medicina en Gipuzkoa?

- Más allá de los dos citados antes, te podría hablar del doctor Benigno Oreja, fundador de la clínica San Ignacio; el doctor Beguiristain, que trabajaba en el hospital de Manteo y era fabuloso; Martín Santos, Eizaguirre, Galdos... Había una serie de médicos que eran muy queridos en la ciudad y que tenían una gran personalidad.

- Hora de mirar al futuro. ¿A qué tipo de retos se enfrentan los médicos?

- Yo hablaría de tres. Para empezar, la organización sanitaria está muy bien dotada y está obteniendo buenos resultados, pero hay algo que no funciona. Las agresiones me preocupan. La organización seguro que tiene algo que mejorar. Al caos de las Urgencias también necesitan darle una vuelta. Y por último, creo que hay que educar al usuario. Porque existe un uso y abuso de la sanidad que es origen de muchos de los problemas.