Xabier Arruti, en el centro de testaje de ganado de Aia, en el caserío Ibarrola Goikoa. Félix Morquecho
Xabier Arruti | Diputado foral de Equilibrio Territorial Verde

«Una empresa que hace tornillos puede contribuir a la gestión del paisaje y de los alimentos»

El máximo responsable de la gestión del medio rural en Gipuzkoa valora la función social de los baserritarras, que prestan «servicios ecosistémicos» para la ciudadanía

Gaizka Lasa

San Sebastián

Domingo, 16 de febrero 2025, 00:01

Se multiplican los frentes en su departamento. Aparición de especies invasoras y enfermedades, conflicto de seguridad en la caza, dificultades en el relevo de los ... caseríos, gestión de bosques abandonados... Xabier Arruti (Beizama, 1968) detecta una misma finalidad en todas las actuaciones: «El bienestar de la sociedad guipuzcoana».

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– Empezamos por los jabalíes. ¿Cómo van las batidas?

– Desde el 1 de febrero, se está cazando. Los equipos de cazadores se tienen que adecuar a las nuevas exigencias y formas de cazar, pero la situación se está normalizando.

– ¿Cuatro meses de discrepancia no son demasiados?

– Se ha tardado mucho pero se ha trabajado intensamente. En agosto sacamos la orden foral de todos los años, pero a raíz de la desgracia ocurrida en Deba, donde murió una mujer, los cazadores necesitaban medidas adicionales para que su actividad fuera segura. Hemos ido cuadrilla por cuadrilla, zona por zona, para que las delimitaciones resulten seguras. Hemos digitalizado los nuevos mapas y actualizado el aplicativo de la Diputación. Ha habido readaptaciones en zonas con cambios orográficos o terrenos prohibidos que se han podido excepcionar por ley.

– ¿Haber empezado tan tarde puede provocar perjuicios?

– El problema de la sobrepoblación por no cazar, más que este año, se debería manifestar el año que viene. Es ahora cuando empiezan a criar. Esperemos que con estos dos meses que quedan por delante se consiga que no haya una exageración el próximo curso.

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– ¿Por qué es importante reducir la población de jabalíes?

– Por los destrozos en los terrenos de los baserritarras, por el riesgo de transmisión de enfermedades y por seguridad en pistas y carreteras cuando bajan del monte. El control cinegético es necesario. En los últimos quince años se ha multiplicado por tres el número de jabalíes cazados y la mejor medida que combina el ocio de cazadores con ese control es seguir cazando. En determinadas circunstancias, se puede recurrir a trampas u otras medidas, pero la caza es la medida más eficaz.

– ¿Se asustó mucho al ser informado de la aparición de la almeja asiática en el Oria?

– Me estoy curando de espanto porque entre el mejillón cebra, la enfermedad hemorrágica epizoótica, el mosquito, la lengua azul... No sé si es el cambio climático o la globalización, pero cada vez hay más. Una más.

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– ¿Algo por lo que preocuparnos?

– Estamos en contacto con URA, que lleva el control y análisis. El riesgo está en la aniquilación de plantas y animales autóctonos, con lo que eso significa de pérdida de biodiversidad. En este caso, se ha localizado en 600 metros del río Oria. Se trata de acotar y tomar medidas para que no se extienda. En eso estamos.

– Lo que no tiene vuelta atrás es el sacrificio de 160 reses de la ganadería Marqués de Saka de Deba por tuberculosis.

– Gipuzkoa invierte en temas de sanidad animal y vegetal alrededor de 3 millones de euros todos los años. En ratio de inversión respecto a UGM (Unidad Ganado Mayor) seremos los primeros a nivel estatal. Ahí se está haciendo un trabajo importante, primero porque todas las enferemedades tienen su riesgo de transmisión a personas y segundo porque repercute en la rentabilidad de la explotación. Hay enfermedades de control oficial y la tuberculosis es una de ellas. Se ha aplicado el protocolo que viene de Europa.

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– ¿No se podía haber preservado alguna cabeza?

– Cuando se pasa un porcentaje de contagiados, tenemos la obligación de hacer un vaciado sanitario. No se hizo desde el primer momento, pero cuando haces un seguimiento y ves que no eres capaz de controlar el porcentaje de contagio... Se ha acordado con ellos. No es una imposición.

– ¿Temen más casos en otro sitio?

– No.

– ¿Es el de baserritarra un oficio en extinción?

– No. El baserritarra, con el formato que sea, seguirá existiendo. ¿El de hoy es igual al de hace cuarenta años? No. Y será diferente al de dentro de cuarenta. Pero le llamaremos baserritarra porque producirá alimentos, gestionará suelo y paisaje, cuidará el medio ambiente y la biodiversidad. Seguramente, al de hace 40 años se le valoraba por lo que producía. No se le tomaban tanto en cuenta otras funciones cada vez más reconocidas: la gestión del paisaje y la biodiversidad, la identidad cultural... Dentro de 40 años se le reconocerá más por estas cuestiones. Si hablamos de bienestar integral de las personas, queremos un paisaje bien cuidado. Son servicios ecosistémicos que se prestan a la ciudadanía.

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– ¿Es consciente de ello el baserritarra?

– Cada vez más tiene que pasar del planteamiento del caserío para el caserío, a ese otro que es del caserío a la sociedad en general. Sí que ha evolucionado en ese sentido –ahí están, por ejemplo, las visitas– y lo tendrá que hacer más. Hay una línea de ayudas europeas por cuidar el entorno del que disfruta toda la sociedad.

– ¿De dónde surge el proyecto 'Baserritar misto profesionala'?

– Del conocimiento de la realidad. Muchos baserritarras han mantenido la actividad a un ritmo menor trabajando también fuera de casa, metiendo más horas y sacrificando vacaciones. Ahora ese patrimonio pasa a hijos e hijas y hay un cambio de mentalidad. ¿Ocho horas fuera y cuatro más en el caserío? ¿Sin vacaciones? Ni por el forro.

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– ¿Entonces?

– O hacemos un esfuerzo para que puedan compaginar empresa y caserío manteniendo una calidad de vida, o corremos el peligro de que ese caserío termine en pura vivienda o residencia. Te tiene que gustar el caserío, pero es que la alternativa de la fábrica es atractiva. Este programa permite que durante 6 años, sin perder el puesto de trabajo, una persona se pueda reducir la jornada al 50% para dedicar el otro 50% al caserío. Así, una empresa que hace tornillos contribuye a la gestión del paisaje y de los alimentos que disfrutamos todos.

– ¿Qué acogida ha tenido?

– Hemos visto una asistencia alta en las reuniones comarcales. Han acudido 300 personas a las charlas y luego 80 han mostrado interés. La convocatoria está abierta pero, claro, no basta con dar el nombre. Tienes que ser el titular de la explotación y firmar un acuerdo con la empresa. Eso lleva tiempo. Habrá quien no llegue al plazo del 4 de marzo, pero barajamos ampliarlo o abrir nuevos.

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– ¿En qué números se traduce esta iniciativa?

– Al trabajador baserritarra se le van a dar 60.000 euros en dos plazos: 30.000 ahora, al aprobar su solicitud, y otros 30.000 en dos años. A la empresa, por su parte, se le conceden 30.000 euros. El objetivo es conseguir 30 peticiones al año.

– Saltemos a los bosques.

– Pero seguimos hablando de pro yectos que responden a una necesidad social. Hay terrenos que pasan de una generación a otra pero se produce un desarraigo en el camino –hay quien no sabe ni dónde está la parcela heredada– y puede derivar en abandono. Eso tiene riesgos, al margen de la repercusión económica, en forma de incendios, erosiones y demás.

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– ¿Qué intervención sugieren?

– Creamos una fundación a la que los propietarios pueden ceder sus terrenos. Analizamos su aptitud, vemos qué se podría plantar y cuánto valor tendría en su turno de vida. Imaginemos que son 10.000 euros. Anualizamos la mitad y la otra mitad se le paga al final. Como una hipoteca a la inversa. Mientras, plantamos y gestionamos. El dueño no pierde la propiedad. Evitamos el abandono y contribuimos al cuidado del medio ambiente y la gestión del paisaje. Algunos contratos son para 150 años. Imagina las interpretaciones contables y las cláusulas.

«Zortzi-hamar herri txikitan 50 bat etxebizitza egin nahi ditugu 2031 bitartean»

Jario naturalagoa antzematen zaio euskaraz. Bere-berea duen gaiari buruz ama hizkuntzan galdetu diogu.

– Bizilagunik gabe geratzeko arriskuan al daude herri txikiak?

– Batzuk bai. Badira hamar-hamabi bere kabuz birsortzeko nahiko gaitasun ez dutenak. Herri bat indartzeko bertan bizi eta bertan lan egin ahal izatea dira bi gakoak.

– Ba al dago etxe eskaerarik?

– Herri txikietan etxebizitzak behar beharrezkoak dira zortzi-hamar urtetik behin, belaunaldi berriak etorri ahala, bertan geratzeko aukera emateko. Eta etxebizitza stocka egon behar du. Tentazioa aurrean jarri behar zaie bertakoei. Ezin da hiri handietako planteamendua izan, hau da, eskaera dagoenean eraiki eta ez dagoenean ez.

– Zergatik ez dira bada etxeak egiten herri txiki horietan?

– Daukagun etxebizitza legea urbanitek egina delako, hiri handientzat bakarrik pentsatua. Lege horrek dio administrazioak ezin dituela etxebizitzak salmentara bideratu. Eta noski, hiri handietan sustatzaile pribatuak erosteko egiten ditu, baina herri txikietara ez doa sei edo zazpi etxe jasotzeko, jakinda gainera kolpez ez zaizkiola beteko.

– Eta? Nola konpondu?

– Bada, legeak esaten du guk ezin ditugula egin. Absurdoa da. Izan ere, administrazioak etxebizitzak alokairurako egin ditzake, baina diru sarrera mugatuak dituztenentzat. Hortaz, gerta daiteke Errezilen alokairukoak izatea, baina bertan bizi direnak suertez diru sarrera handiagoak izan eta Azpeitira edo Tolosara alde egin beharra. Eta kanpokoak etortzea baldintzak betetzen dituztelako. Horrek ez du herria sustraituko.

– Zer proposatzen duzue?

– Etorlur enpresa publikoaren bidez, 2022ko landa garapen legearen ikuspegitik, etxebizitzak herri horren garapen tresna direlakoan, herri txiki batzuetan susta ditzakegu. Herri txiki mugatu batzuetan. Baina ez, esaterako, Bedaio bezalako auzoetan, Tolosa baita. Benetan landa eremu osoan aritzeko, askoz hobe genuke etxebizitza legea alda-tzea.

– Ez zarete eraikitzen hasi.

– Ez, baina eraikin batzuk eskuratu ditugu. Ez da erraza. Errealitate ugari dauzkagu. Jabe batekin ados jartzen zara, baina eraikinak beste hiru ere badituela konturatzen zara eta besteak ez daude ados. Gero, parrokia batek agian ez du egokia ikusten eraikinari erabilera eman nahi diolako. Hizketan ari gara. Mila kasu daude.

– Non ari zarete lanean?

– Errezil, Beizama, Bidania-Goiatz, Albiztur, Elduain, Orendain, Amezketa, Abaltzisketa, Lizartza... Horietan nahi dugu. Mila biztanletik beherako herriak dira.

– Aurreikuspenik bai?

– Plan finantziero bat egin dugu 2031 artekoa eta zortzi-hamar herritan 50 bat etxebizitza egitea aurreikusten dugu. Etxebizitza sozialak izango dira, prezio mugatuarekin. Bertako seme-alabak herrian geratzea da helburua, ez espekulazioa.

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