Una empresa de Mallabia es la única candidata a recibir la basura de Gipuzkoa
Betearte, un vertedero industrial, tratará parte de la fracción resto hasta que haya incineradora. De superar todos los requisitos, la planta daría solución a las 60.000 toneladas de desechos que ya no caben en Mutiloa
ARANTXA ALDAZ
SAN SEBASTIÁN.
Martes, 20 de marzo 2018, 16:19
Paso a paso, y ya casi llegando a la distancia recorrida de una maratón, por lo largo que se está haciendo el camino, el laberinto de la gestión de las basuras en Gipuzkoa despeja un nuevo frente. Según ha podido saber este periódico, la empresa de Mallabia Betearte ha sido la única en presentarse al concurso público para recibir la fracción resto que generamos todos los guipuzcoanos de aquí a que empiece a funcionar la incineradora de Zubieta. La planta, cuyas obras siguen avanzando, tiene previsto arrancar en octubre de 2019 y allí se tratará el 100% de los residuos que no sean reciclables. Hasta entonces, esa basura necesita un lugar para ser depositada. El volumen apremia. Hoy por hoy, la fracción resto -la que no es reciclada- se deposita en el vertedero Lurpe de Mutiloa. Pero, para no desmerecer el complicado proceso de gestión de los residuos en el territorio, la planta del Goierri tiene un límite: 102.000 toneladas al año. Y Gipuzkoa genera 160.000 toneladas de fracción resto, por lo que la sociedad foral Gipuzkoako Hondakinen Kudeaketa (GHK) ha tenido que buscar una pieza para que encajara el puzle. Esa solución ha sido un concurso público convocado en febrero para encontrar un candidato que reciba la basura que ya no cabe, debido a la falta de infraestructuras. Ayer, la mesa de contratación abrió el primer sobre, en el que la candidatura presenta la documentación requerida, que luego se verifica para dar el visto bueno oficial. Solo una firma se ha postulado en esta ocasión. Se trata de Betearte, un vertedero ubicado en el Alto de Areitio que se dedica a gestionar residuos industriales.
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El procedimiento legal establece que primero la firma que se postule debe cumplir con los requisitos técnicos en los pliegos de licitación y, después, que presente una condiciones mejores que los supuestos competidores -en este caso no los hay-, por lo que se valora su oferta técnica y económica. De superarse todas esas condiciones, Betearte se convertiría en el destino de la basura de Gipuzkoa y completaría la red de recursos provisionales por la falta de infraestructuras, hasta que entre en funcionamiento la incineradora.
Los datos
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7,9 millones de euros es el precio al que salen a licitación los dos lotes por el tratamiento y la eliminación de parte de los residuos de Gipuzkoa. Se corresponden con un precio de 60 euros por cada una de las 60.000 toneladas, más el IVA.
El volumen de basura al que se tiene que dar salida son 60.000 toneladas. Pero la decisión de GHK ha sido sacar a licitación dos lotes, cada uno de 60.000 toneladas. En el primero de ellos, se puntuará de forma especial el plazo en el que el adjudicatario sea capaz de ofertar la infraestructura. Si prospera la oferta vizcaína de Betearte, esta debería acometer algún tipo de obras de adaptación para poder gestionar también basura, por lo que se entiende que deberá contar con los correspondientes permisos municipales, ya que ahora la planta está especializada en el tratamiento de residuos industriales. En el segundo lote, en cambio, sí primará el criterio del precio. El presupuesto previsto para los dos lotes asciende a 7,9 millones. Pero eso no quiere decir que se vayan a adjudicar los dos.
La estrategia adoptada obedece a varios motivos. El primero, es el de pensar en un plan 'b' por si la instalación de Lurpe en Mutiloa agota la capacidad acordada (las 102.000 toneladas máximo). El contrato con la empresa Cespa finaliza en junio de 2019, por lo que restarían aún unos meses para la entrada en funcionamiento de la incineradora. Hay posibilidad de prórroga, pero de adjudicarse ahora los dos lotes de 60.000 toneladas cada uno ya no haría falta estirar el contrato, ya que con las 120.000 toneladas en total (en esas dos partes) se cubriría la necesidad existentes.
Escasa concurrencia
La factura de tener que dar salida a la fracción resto que no cabe en Gipuzkoa -y que antes de llevaba a los vertederos ya clausurados- ascenderá a más millones, porque a esos hipotéticos 7,9 millones por los que salen ahora los dos lotes a licitación hay que sumarles los 17,7 millones firmados con Cespa para tratar la basura en Mutiloa y los 12 que se pagó en su día al centro de tratamiento de Meruelo (Cantabria).
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La planta de Zubieta arrancará en octubre de 2019 y hasta entonces hay que buscar alternativas
De superar todos los requisitos, Mallabia completaría el mapa del tratamiento de la basura en Gipuzkoa. Como anécdota, en su día el municipio vizcaíno vertió parte de su basura en la planta de Lapatx, hoy cerrada. Y Betearte también fue noticia porque el año pasado sufrió un incendio en sus instalaciones, que causó una nube tóxica, que no causó daños personales.
Otro datos llamativo ha sido la escasa concurrencia de ofertas a este último concurso público, aunque ya los precedentes hacían intuir que no se presentarían demasiados candidatos. Así ocurrió con la planta de Lurpe en Mutiloa en octubre de 2016. Cespa fue la única empresa que pujó por gestionar los 102.000 toneladas de fracción resto -errefuxa- que generamos los guipuzcoanos. Y ahora ha sido solo la vizcaína Betearte.
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