«El dolor es para siempre, en todo lo que hacemos nos falta Asier»

Dos años después su familia siente el dolor por su pérdida como algo muy reciente «y que va a ser para siempre. En todo lo que hacemos nos falta Asier». A pesar del paso del tiempo «aún creo que voy a verle en casa de mis padres con su sonrisa de siempre», reconoce su hermana. «Cuesta mucho asimilarlo, siempre vamos con él en la cabeza», asegura Elena Martínez, madre del joven. Desde que su vida se truncó para siempre tienen la percepción de que solo han pasado unos meses, de que han vivido «en una nube». Un tiempo en el que han aparcado el duelo por la pérdida para dedicar todas sus fuerzas a luchar por la memoria de Asier. «Queremos que se reconozca que fue asesinado y que se trata de un crimen de violencia machista», exige su hermano Juanjo.

Esa es la lucha que les mantiene en pie después de «aquellos dos meses en el hospital, que no se habla de ellos, pero que fueron lo más duro». No quieren que la muerte de su hermano caiga en el olvido, y desean que sirva para evitar nuevas víctimas. «No podemos dejarlo, no podemos permitirlo. Las generaciones posteriores no pueden vivir así, con esa sensación de que matar sale barato», insisten.

Su reclamación principal es que se modifique la actual ley de Violencia de Género para que también incluya casos como los de Asier. «Él murió por una agresión por celos, y eso es violencia machista», indica su hermano, quien insiste en que no discuten «que la ley defienda a las mujeres, que son las más vulnerables a este tipo de violencia, sino que si hay casos en los que la víctima es un hombre, también se les ampare como tal, a ellos y a sus familias. Ya se hizo con los menores, que antes no eran considerados víctimas de la violencia machista», recuerda.

Sus reivindicaciones han llegado a la agenda política, desde donde esperan tener respaldo y visibilidad. El pleno del Ayuntamiento de Urnieta ha sido el primero en reconocer a Asier Niebla como víctima de violencia de género, y el Parlamento Vasco debatirá sobre ello cuando reanude la actividad. Los Niebla-Martínez esperan llegar hasta el Gobierno central, para que se escuchen sus voces y la ley sea modificada.

En ese empeño esperan que la sentencia por la muerte de Asier también suponga un impulso, «porque hay algunas que han ayudado a cambiar leyes», reflexiona Juanjo, que además de la camiseta con la foto de un sonriente Asier que también llevan su madre y su hermana, porta una mascarilla en la que se puede leer 'Tenemos las palabras, necesitamos los hechos. Justizia Asierentzat'. Espera que la sentencia del juicio por la muerte de su hermano sea «ejemplarizante». Un juicio que se celebrará durante una semana a partir del 9 de diciembre en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa y que tendrá jurado popular. «Estamos deseando que llegue para acabar con esto, pero aún tenemos que prepararnos con los psicólogos. Testificar delante del hombre que mató a Asier va a ser muy duro», reconoce Yoana.

Aseguran que estarán presentes los seis días que dure el juicio, aunque saben que será un trago difícil. «Se lo debemos a Asier. Él ya no se puede defender y para eso estamos nosotros, para que se sienta orgulloso», afirma Juanjo, que reconoce no obstante que también tienen «miedo a que el juicio no salga como queremos», que el crimen no se considere asesinato o que se contemplen atenuantes como la de la embriaguez.

Para el acusado piden la máxima condena. «Fue a por él por la espalda y se merece la máxima condena. Hablan de reinserción, pero mi hijo no va a volver, y a nosotros ¿quién nos reinserta?», cuestiona Elena, que insiste en que la pérdida de Asier supone para ellos «un dolor permanente, por lo que el castigo también debería serlo». Sus hijos apoyan a su madre, «porque el dolor se va a quedar para siempre, pero si sale una condena justa al menos podremos canalizar toda la rabia que sentimos», y también serviría «para que otras personas se lo piensen dos veces antes de cometer una agresión así».