Despedida a uno de los años más cálidos
Los 14,6 grados registrados en Igeldo rozan la efemérides de temperatura más elevada en los últimos 93 años. El récord depende del último temporal del año
Unas décimas decidirán a 31 de diciembre si Igeldo supera el récord máximo de temperatura media desde hace un siglo o no. Está rozando la efemérides, y a pocos días de cerrar el año, los 14,6 grados «empatan» con los años 1989 y 1997, los más cálidos de la serie. Todo dependerá de hasta dónde baje el mercurio la última semana del año. Si desploma tanto la temperatura como para rebajar el promedio de los 15 grados que se medían a 18 de diciembre hasta los 14,6º que calcula la responsable de Aemet en el País Vasco, o no congela tanto el ambiente y deja la temperatura anual en 14,8 grados, lo que marcaría una «efemérides» histórica en el observatorio más fiable del Estado. «Es el que tiene la única serie sin contaminar, la más pura», explica la meteoróloga en alusión a que no ha sufrido traslados ni modificaciones de sus condiciones alrededor.
Este 2020 será por tanto cálido, con o sin récord. Será húmedo y será ventoso. Un año «extraordinario», como lo define Margarita Martín, que se asemeja al anterior pero que ha resultado «más agresivo en lo meteorológico» que 2019. Se han registrado picos de temperaturas máximas, precipitaciones repartidas de forma desigual durante el año, temporales de mar con alturas de ola elevada y episodios de viento importantes.
LAS CIFRAS
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42,2º marcó el récord de temperatura en Hondarribia el 30 de julio imbatido desde 1955. En Igeldo, se registraron 39º, los mismos que en 1989 y 1997.
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1.750 litros contabilizará Igeldo al cierre de año, 200 más de lo normal.
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14 metros de altura máxima alcanzaron las olas en los temporales de otoño. La ola significante fue de 8,5 metros.
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126 km/h midió la racha de viento más fuerte en Igeldo. Fue en octubre. Todos los meses se han rozado o superado rachas de 100 km/h
Temperatura. En el repaso anual, hay una primera evidencia. Solo dos de los doce meses del año han sido fríos según la clasificación de Aemet. Es decir, se han situado por debajo de la media de temperatura normal para esas fechas. Han sido octubre y ahora diciembre, que puede cerrar como «frío» o como «muy frío» dependiendo de esa borrasca de fin de año. «En los primeros nueve meses no hay ni un mes normal» en lo térmico, explica Martín. Enero, febrero y abril estuvieron 3 grados por encima de la media. Marzo, 3 décimas. Y mayo fue «extremadamente cálido». Con 16,9 grados de media fue el más caluroso de los 93 años en que Igeldo tiene registros. En junio, los guipuzcoanos respiraron un poco, pero julio y agosto resultó también «muy cálido con un grado por encima» de lo normal. En verano, concretamente el 30 de julio, el termómetro se disparó en Hondarribia hasta los 42,2º, siete décimas por encima del último récord registrado el 27 de julio de 1955. «La antigua estación de la Aduana en Irun llegó a medir 42 grados en junio de 1950», apunta Martín, pero en la actual situada en el aeropuerto guipuzcoano nunca el dato había sido tan alto. En Igeldo, aquel mismo día se midió una máxima absoluta de 39 grados, «empatada» con la efemérides del 23 de julio de solo una año antes.
Tras el calor veraniego, que no provocó sequías pero sí «agostó la vegetación en la costa», septiembre normalizó el mercurio, aunque también estuvo un grado por encima de lo habitual, y octubre fue el primer mes frío con un grado menos, se quedó en 14,3. Noviembre subió de nuevo, y diciembre contendrá la media máxima del año pese a las temperaturas de 16-18 grados medidas la semana pasada. «Es imposible saber por qué» se ha comportado así este año, indica la delegada de Aemet, que apunta que aunque la pandemia ha reducido la movilidad y con ello las emisiones de CO2 a la atmósfera, «en realidad lo emitido antes ya se ha quedado ahí, el mal está hecho», por lo que no incide de manera inmediata en la meteorología de este año excepcional en muchos sentidos.
Precipitación. Si el mercurio se ha movido por encima de la media, las precipitaciones también, aunque no hayan estado repartidas de forma uniforme. «La precipitación se ha recogido a partir de septiembre. En los primeros ocho meses llovió poco y a partir de octubre lo ha hecho muy por encima de lo normal», ilustra Martín. Gipuzkoa cerrará así un año «húmedo» y alcanzará los 1.750 litros en Igeldo (200 más de lo normal), y 2.000 litros en Hondarribia, 300 más. «Además de Artikutza, la zona comprendida entre la desembocadura del Bidasoa y San Juan de Luz es la que registra los máximos pluviométricos», explica.
Los litros que 'faltan' por sumar para llegar a esos registros calculados de cierre de año, llegarán a partir del día 23. Es cuando tras los últimos días de anticiclón y viento sur, entra un primer frente frío procedente desde Galicia, gira el viento a Noroeste y se intensifican los chubascos y el oleaje. Pasado este frente, entre el 27 y 28, llega otra depresión que se descuelga desde las islas británicas, con «temperaturas muy frías, viento racheado, lluvia y oleaje de unos cuatro metros».
Temporal de mar. Los trenes de olas no serán tan altos como los sufridos en octubre y noviembre, destaca Martín, porque llegan desde el Reino Unido y no desde Canadá. Este ha sido otro de los fenómenos del año, los temporales de mar, con alturas máximas de ola de 14 metros, ola significante de 8,5 debido a unos «periodos de pico» muy largos. «Esos trenes de ola», explica la meteoróloga, llegan más espaciados, hasta 20 segundos, pero alcanzan mayor altura. Son los que proceden desde el otro lado del Atlántico y resultan «más dañinos» en la costa. Recuerda, por ejemplo, el desplome del acantilado en Sokoa. Pero el próximo temporal será de «periodos de pico» más cortos, de 7-8 segundos que hacen que las olas impacten repetidamente en la costa.
Viento de más de 100km/h. El último fenómeno notable ha sido el viento. «Ha sido un año muy ventoso, donde todos los meses hemos tenido algún episodio fuerte». Igeldo registró la racha máxima el 21 de octubre con 126 kilómetros por hora. Fue del Sur. Y el 3 de marzo, registró otra de 116 km/h, del Noroeste. «Pero el resto de meses ha habido rachas por encima o rozando los 100 kilómetros hora. En julio, de hecho, el mismo día que se batió el récord de calor en Igeldo, se midieron 103 km/h de viento sur», apunta Martín.
Bajo la influencia de 'La Niña' en 2021. Ráfagas que se llevan un año 2020 insólito. En lo sanitario, en lo social y también «extraordinario» en lo meteorológico, donde las curvas ascendentes y descentes también son indicativas de unos cambios meteorológicos puntuales o que marcan tendencia. El invierno continuará en 2021 con la incertudumbre de cómo influirá esta vez La Niña, el fenómeno meteorológico instalado en el Pacífico central y que marca la meteorología mundial. «Hay inviernos con 'niña' cálidos y luego primaveras frías, como ocurrió en 2016». Pero en cuanto a temperatura es «errático», advierte Margarita Martín. Lo único más predecible es que 'La Niña' no va acompañada de mucha precipitación, así que espera un enero y febrero «normales» y un marzo, posiblemente más seco.