Una cueva de Urnieta, clave en una investigación global sobre el ADN de los perros
La universidad pública vasca ha participado en un estudio internacional aportando información sobre restos hallados en yacimientos arqueológicos de Gipuzkoa
el diario vasco
Sábado, 31 de octubre 2020, 14:31
Una cueva de Urnieta ha resultado ser clave en una investigación global del ADN de perros antiguos, dirigido por científicos del Instituto Francis ... Crick, Universidad de Oxford, Universidad de Viena y arqueólogos de más de 10 países. El estudio presenta evidencia de que había diferentes tipos de perros hace más de 11.000 años, en el período de la Edad del Hielo.
En la investigación ha participado Aritza Villaluenga, del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología y del Grupo Consolidado de Investigación en Prehistoria de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Es profesor adjunto en el Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la UPV/EHU y miembro del Grupo Consolidado de investigación en Prehistoria (IT-1223-19) en el campus de Álava. Ha contribuido a la investigación con la identificación de restos de cánidos desde el Paleolítico Superior hallados en yacimientos arqueológicos de Gipuzkoa.
Se trata en total de 32 ejemplares, de los cuales sólo uno resultó ser un perro y el resto «pudieran ser lobos (Canis lupus) o cuones (Cuon alpinus)». «Este trabajo ha analizado el origen de la domesticación del perro (Canis familiaris) -comenta-. Ese tema ha tenido un gran debate y es la primera vez que se considera a escala global, incluyendo animales hallados en contextos arqueológicos desde hace 10.000 años en Asia, África, América y Europa».
El único animal que ha podido ser incluido en el estudio proviene de la cueva de Marizulo, ubicada en el barrio Goiburu de Urnieta. Fue excavada por José Miguel Barandiaran ente 1962 y 1967, y se descubrió un enterramiento en el que se encontró el esqueleto de un hombre joven, junto al esqueleto de un perro y un cordero. Ese animal ha sido incluido en el estudio, «revelando una edad de entre 6.173 y 6.287 años antes del presente». Genéticamente, era del tipo de perros del Neolítico, los cuales habían reemplazado a los primeros canes del Paleolítico y que, a su vez, serían posteriormente suplantados por los perros de la Edad del Bronce, antecesores de los actuales perros europeos, entre ellos el Euskal Artzain Txakurra.
Marizulo significa el «agujero» o «cueva de Mari», personaje mitológico vasco. Fue fue utilizada como habitación, como lo prueban las conchas de mariscos. Así mismo se utilizó como cueva sepulcral. Se considera la única sepultura neolítica que se conoce en la región cantábrica que no sea un dolmen. Su boca se abre en la vertiente meridional del monte Goiburu, a 260 metros de altitud sobre el nivel del mar. Es de escaso desarrollo (25 metros en total con 5 de desnivel acumulado) y varias bocas, conectándose unas con otras.
El estudio 'Origins and Genetic legacy of Prehistoric dogs', publicado por la revista Science, recoge el trabajo del equipo de investigación que ha secuenciado el AND antiguo de 27 perros, algunos de los cuales vivieron hasta hace casi 11.000 años en Europa, Oriente Próximo y Siberia.
Según los datos recogidos, en ese punto en la historia, justo después de la Edad del Hielo y antes de que cualquier otro animal fuera domesticado, ya existían al menos cinco tipos diferentes de perros con distintas ascendencias genéticas. Ese hallazgo revela que la diversidad observada hoy entre perros en diferentes partes del mundo se originó cuando todos los humanos aún eran cazadores y recolectores. Según explica Pontus Skoglund, líder de grupo del laboratorio de Crick's Ancient Genomics, «algunas de las variaciones que se ven entre los perros que caminan por la calle hoy en día se originaron en la Edad del Hielo. Al final de ese período, los perros ya estaban muy extendidos por todo el hemisferio norte».
El estudio de la genómica antigua implica extraer y analizar AND del material esquelético. «Proporciona una ventana al pasado, lo que permite a los investigadores descubrir cambios evolutivos que ocurrieron hace muchos miles de años», ha apuntado.
El equipo investigador ha demostrado que durante los últimos 10.000 años esos primeros linajes de perros «se mezclaron y se movieron para dar lugar a los perros que conocemos hoy». Por ejemplo, los primeros perros europeos «eran inicialmente diversos y parecían provenir de dos poblaciones muy distintas, una relacionada con los perros de Oriente Próximo y otra con los perros siberianos». Sin embargo, «en algún momento esa diversidad se perdió, ya que hoy no está presente en los canes europeos».
Los investigadores también compararon la evolución en la historia del perro con los cambios en la evolución humana, los estilos de vida y las migraciones. En muchos casos, se produjeron cambios comparables, ya que «los humanos llevarían a sus perros con ellos mientras migraban por todo el mundo», señala el profesor de la UPV Aritza Villaluenga Sin embargo, la pérdida de diversidad que existía en los perros en la Europa temprana «fue causada por la propagación de un solo ancestro de perro, que reemplazó a otras poblaciones».
Para Greger Larson, director de la Red de Investigación en Paleogenómica y Bioarqueología de la Universidad de Oxford, «el perro es nuestro compañero animal más antiguo y cercano. El uso de AND de perros antiguos nos muestra cuán atrás se remonta nuestra historia compartida y, en última instancia, nos ayudará a comprender cuándo y dónde comenzó esa relación profunda».
Si bien este estudio proporciona nuevos conocimientos importantes sobre la historia temprana de las poblaciones de perros y sus relaciones con los humanos y entre sí, aún quedan muchas preguntas. En particular, los equipos de investigación todavía están tratando de descubrir dónde y en qué contexto cultural humano, los perros fueron domesticados por primera vez.
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