Condenan a Iñaki Badiola a penas que suman más de 10 años de cárcel por injurias y calumnias pero no irá a prisión

Iñaki Badiola Menéndez fue el autor de los tuits publicados a través de las cuentas de Gipuzkoa Confidencial, desde donde calumnió e injurió a jueces, políticos o periodistas. Así lo ha declarado el juez que le ha condenado como responsable de los mensajes a 10 años y medio de cárcel y 180.000 euros de multa por 8 delitos de calumnias y 5 de injurias graves. Además, deberá indemnizar a los perjudicados en cantidades que suman un total de 195.000 euros. Esta condena no supondrá la entrada en prisión del expresidente de la Real Sociedad, ya que individualmente cada pena no supera los dos años de cárcel, por lo que su ejecución puede suspenderse.

Se trata de una pena notablemente inferior a la solicitada por la Fiscalía de Gipuzkoa, que pedía imponer al empresario 66 años de prisión, además de multas e indemnizaciones que superaban los 3 millones de euros. No obstante, la sentencia condenatoria supone una forma de reparación del daño causado para los agraviados por el casi centenar de mensajes que emitió Badiola en Twitter, acusándoles de corrupción o pederastia.

El que fuera expresidente de la Real Sociedad entre 2007 y 2008 ha estado bajo el foco desde su presidencia del club txuriurdin, que terminó en apenas once meses de polémica gestión con una bronca asamblea de socios.

Ahora, la sentencia le condena a diez años de cárcel por injuriar a jueces, políticas y periodistas. El juicio por estos hechos se celebró a finales de enero en el Juzgado de lo Penal número 3 de San Sebastián, y Badiola negó tener cualquier relación con los mismos. «Solo manifestar que ni he creado esas cuentas ni he publicado esa información. Y ahí se acaba mi declaración. No tengo nada más que manifestar, es ajeno a mi persona», señaló. El resto de sesiones, las pasó en silencio escuchando las declaraciones de todos los denunciantes. Entre ellos, el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, cuatro magistrados, un notario, una funcionaria de Justicia, responsables de la Hacienda Foral y representantes de este periódico. Badiola les atribuyó falsamente la participación en casos de pornografía infantil y les acusaba de corrupción, lo que supone en algunos casos delito de calumnias (la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad) y en otros de injurias (la acción o expresión que lesiona la dignidad de otra persona).

Sin embargo, el juez Santiago Romero Buck Arstad señala que tras las pruebas practicadas «cabe concluir, sin ningún género de dudas, que tanto la titularidad de las cuentas de Twitter de Gipuzkoa Confidencial como los tuits publicados en ellas son autoría del señor Iñaki Badiola». Una conclusión a la que llega con tres razones.

Por un lado, por el informe pericial de la Ertzaintza, que concluyó en un 99% que el expresidente realista era el autor de esos mensajes. En segundo lugar, destaca el juez que «hay un hilo conductor entre los tuits, los perjudicados y el señor Badiola» pues todos, «de una u otra forma, han tenido alguna relación directa o indirecta con él». Y añade además que el testimonio de todos los denunciantes en el juicio fue «consistente, sin añadiduras ni barnices dirigidos a condicionar la valoración de su testimonio». Señala que había perdido la presidencia de la Real «culpabilizando entre otros a El Diario Vasco, y creyó que la Diputación» le había perseguido fiscalmente, «logrando que fuese condenado al pago de varios miles de euros», y además «había visto cómo desde los juzgados de San Sebastián se le había condenado, desestimado recursos o inadmitido querellas en contra de sus intereses».

Por ello utilizó Twitter para «de manera clandestina, desahogarse por todo lo que le había y le estaba pasando».

Pero para el magistrado existe «un hecho relevante, esclarecedor y contundente que completa ese 1%» que no cubría el peritaje policial, y que a su juicio fue «el único fallo cometido por quien trató de mantener el anonimato de la cuenta».

Se trata de una fotografía realizada a una responsable de la Hacienda Foral de Gipuzkoa, que realizó inspecciones a Badiola y sus empresas, y que fue compartida en esos tuits, en los que se le acusaba de corrupción relacionada con los papeles de Panamá. La fotografía fue tomada en una sala de reuniones en la que se reunieron la denunciante y Badiola solos.

Por último, señala el juez que si bien la defensa no tiene que probar su inocencia, «lo lógico hubiese sido haber ofrecido una explicación creíble o haber facilitado su teléfono móvil al juzgado de instrucción» para evitar el señor Badiola todo el proceso judicial, y que ante una acusación tan grave «se hubiese defendido activamente».

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