A la caza de las 'carabelas'
DV acompaña a Rober Torrón, empleado de FCC del servicio de limpieza, que navega a diario por la bahía de La Concha para retirar del agua estas 'falsas medusas' y así evitar que lleguen a la playa
La bahía de La Concha luce como siempre con su imagen de postal, aunque este año hay una amenaza que acecha y sobre la que ... están puestas todas las miradas. Entre ellas, las de Rober Torrón, empleado de FCC del servicio municipal de limpieza de playas, al que DV acompaña durante las tareas para retirar del agua las 'carabelas portuguesas' de las que tanto se está hablando. La llegada del buen tiempo es el deseo máximo de quienes durante el verano buscan disfrutar de nuestras playas, pero también de las 'falsas medusas', amantes a partes iguales del calor, según los expertos.
Aunque estos organismos coloniales se reproducen en aguas abiertas del océano Atlántico, por lo general están presentes «en entornos cálidos», declara Luis Ferrer, experto en tecnologías marinas de Azti. Por eso, es mucho más común que se dejen ver por la costa guipuzcoana acompañadas de un aumento de las temperaturas (incluidas las del agua) que cuando llueve y refresca, independientemente de que no naden y lleguen a los arenales arrastrada por la corriente.
El primer ejemplar avistado este verano tras cinco años de ausencia tuvo lugar el pasado 9 de julio en Getaria, y desde entonces se han recogido centenares a lo largo de numerosas playas de todo el territorio. La gran mayoría en las de San Sebastián (Ondarreta, La Concha, Zurriola e isla Santa Clara), donde el pasado viernes se detectaron 73 ejemplares por parte de la embarcación de FCC encargada de la limpieza de residuos flotantes en la bahía de La Concha. Su patrón, Rober Torrón, y el concejal de Mantenimiento y Servicios Urbanos de Donostia, Carlos García, coinciden en que «las 'carabelas portuguesas' volverán con el calor».
Las claves
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Capturas y picaduras En Donostia se han recogido más de 100 ejemplares y registrado una docena de picaduras
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Su llegada a la costa «Como no nadan, se aprovechan de la subidas de las mareas y el viento para entrar en las playas»
Torrón lleva décadas dedicado a estas labores de recogida de cualquier tipo de residuo flotante. Pero desde hace varias semanas, sus cinco sentidos también están puestos en detectar estas 'falsas medusas' y así evitar que se acerquen a los arenales. Cada día, Rober se sube a su bote a las siete de la mañana desde uno de los espigones del muelle y, de forma ininterrumpida, navega por la bahía donostiarra en un servicio que otro compañero concluye a las ocho de la tarde. La embarcación cuenta con dos salabardos, uno a cada lado, que son con los que Torrón recoge todo lo que se va encontrando a su paso. Conoce tanto la zona que le basta con levantar la vista y observar durante unos segundos para saber por dónde pueden estar en ese momento. Apenas falla. «Cuando sube la marea y encima tienen viento a favor es cuando más aparecen», explica Torrón.
Protocolo a seguir
Cuando se detecta una 'falsa medusa', la coordinación entre la propia embarcación, los socorristas de BPXport y el Ayuntamiento de Donostia es total. En función del número de ejemplares encontrados, se procede a colocar la bandera amarilla o la roja (solo si se avistan más de 15). En total, en lo que llevamos de verano el consistorio ha contabilizado más de 100 'carabelas portuguesas' en Donostia que han causado media docena de picaduras, ninguna de ellas con consecuencias graves.
«Me picó una mientras recogía residuos de un cubo en el barco»
A lo largo de estos días, pocas personas habrán visto tan de cerca más 'carabelas portuguesas' que Rober Torrón, patrón de la embarcación de FCC que a diario se encarga de realizar los trabajos de limpieza en la bahía de La Concha. Su misión principal es retirar los residuos flotantes para evitar que lleguen a las playas, pero ahora todos sus sentidos están puestos también en estas 'falsas medusas'. «Las subimos a la embarcación con el salabardo y las metemos en un cubo. Pero fíjate si tienen veneno que a mí me llegó a picar una mientras recogía residuos de ese cubo y sin ella ya en el interior», comenta. «Me lavé con agua salada y se me pasó».
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