¡Atención, mayores al volante!
De las 5.213 multas a conductores de más de 65 años en Gipuzkoa, el 85% son por exceso de velocidad. En 2018, 41.795 personas mayores de 65 años del territorio contaban con el permiso de conducción tipo B
Para muchos conductores mayores de 65 años es algo rutinario e incluso natural coger el coche y circular por zonas urbanas o autovías. Podría ... parecer que, por la edad, quedarían fuera de las estadísticas de infracciones y multas de tráfico, pero nada más lejos de la realidad. «Nos hemos pasado años denunciando la irresponsabilidad de los jóvenes, pero ahora son los mayores los irresponsables», afirmaba recientemente Pere Navarro, director de la DGT. Lo hacía con datos sobre la mesa. No en vano, este colectivo representa a uno de cada tres muertos en las carreteras y ciudades de todo el Estado. Y también son sancionados por cometer infracciones. En 2018,los mayores de 65 años recibieron 5.213 multas en Gipuzkoa, la mayoría por exceso de velocidad.
Acorde al envejecimiento de la población, cada vez hay más conductores con la edad de jubilación cumplida en las carreteras. Un fenómeno del que no se libra Gipuzkoa. «El envejecimiento poblacional es un tema que tenemos muy presente desde todas las administraciones y que afecta al mundo del tráfico especialmente», destaca Alejandro Domínguez, jefe provincial de la DGT.
La edad no es para muchos un impedimento para seguir conduciendo su vehículo, según reflejan los datos de 2018. En Gipuzkoa, ese año, el número de conductores mayores de 65 años eran 115.326, y entre todos ellos 20.103 tenían más de 80 años. Un total de 41.795 personas mayores de 65 años contaban con el permiso de conducción del tipo B, y 16.381 conductores poseen el carné tipo B y A. Destaca que 4.346 conductores mayores de 65 años poseen los permisos B (turismos), B+E (remolques y caravanas) y A (motos).
«Años denunciando la irresponsabilidad de los jóvenes, pero ahora son los mayores los irresponsables»
El exceso de velocidad es la infracción con mayor número de denuncias para los conductores de más de 65 años en Gipuzkoa. De las 5.213 denuncias interpuestas en 2018 a quienes superaban esa edad, 4.421 –un 85%– estaban relacionadas directamente con esta infracción, bien por el artículo 52 del Reglamento General de Circulación, que castiga el exceso del límite de velocidad prevalente (la que está limitada por señales, por circunstancias personales, por ser conductor novel o por conducción de vehículos especiales) o bien en virtud del artículo 48, que castiga a todo aquel que supera la velocidad máxima legal en vías fuera de población. En total, en 2018, por no haber respetado las velocidades prevalentes, se interpusieron 2.430 denuncias, mientras que fueron 1.993 por haber superado las velocidades máximas en vías fuera de poblado. Además, el total de puntos retraídos a mayores de 65 años durante 2018 fue de 1.936.
Mayores de 100 años
En 2018, se interpusieron varias denuncias a personas que habían alcanzado el centenar de años. Entre ellas, a un conductor de 111 años al que se le impuso una denuncia mientras circulaba con su vehículo a más velocidad de la permitida en vías fuera de poblado. También fueron multados otro conductor de 100 años y un tercero de 104. «Las personas cuanto más mayores, sufren mayor somnolencia, medicación, pérdida de reflejos, etc...», remarca Domínguez. A estos registros hay que sumar que «también los datos muestran un mayor riesgo de accidente como peatones». Eso sí, el director provincial de Tráfico quiere dejar claro que «también muchos son muy responsables y utilizan con su experiencia estrategias de compensación en la conducción».
En Gipuzkoa, en 2018 se multó a un conductor de 111 años por exceso de velocidad
Las infracciones más repetidas entre los conductores mayores de 65 años no son diferentes a las cometidas por el resto. Según señala Domínguez, las denuncias «son extrapolables al resto de la población. Es decir, sobre todo el tema de distracciones, uso del móvil y conducción bajo los efectos de alcohol. Además, este grupo poblacional tiene la particularidad habitual de que llevan asociado a la conducción o al uso de la vía como peatones el consumo de medicamentos que pueden interferir en sus capacidades».
A la hora de analizar el perfil de persona denunciada, el jefe de la Dirección Provincial de Tráfico de Gipuzkoa destaca que «en el caso de los hombres hay una mayor exposición al riesgo, los datos nos muestran que es más habitual el perfil masculino tanto en lo referido al porcentaje de infracciones como al de fallecidos».
Las faltas más habituales entre los conductores que han superado los 65 años responden a «la velocidad, el uso del móvil, el alcohol, así como distracciones, que por desgracia son las más peligrosas», lamenta Domínguez.
El director provincial de Tráfico asegura que el fenómeno de los mayores al volante es un tema que la «DGT vigila muy de cerca, especialmente a aquellos que no cumplen con las normas de tráfico», según Domínguez.
«Es clave el papel que juega tanto el entorno familiar como el médico, si toma medicamento»
«El sentido común y las diferentes opciones de transporte público también son vitales para una movilidad segura de este grupo de conductores independientemente de que tengan un permiso de conducir sin ninguna limitación», insiste el jefe provincial, que recuerda que «se hacen jornadas especiales formativas y se trata de concienciar desde los diferentes ámbitos. En este sentido, es clave el papel que juega tanto el entorno familiar como el médico, que tiene un trato frecuente con el mayor. Conocen muy bien sus diferentes circunstancias, especialmente si toman medicamentos o sufren alguna enfermedad que puede influir en su capacidad para conducir o como peatón».
Ante el debate de si los conductores de ese grupo de edad se deberían someter a revisiones más rigurosas que el resto a la hora de renovar el permiso o hacerlo con más periodicidad, Domínguez responde que «es algo que se está estudiando por parte de la Dirección General de Tráfico. Quizás el plazo actual que marca la ley –5 años– para renovar el permiso sea excesivo».
«A medida que nos hacemos mayores, los reflejos disminuyen»
En la actualidad, la renovación del carné del conducir es algo personal, «depende de cada persona». Juncal Alzaga, psicóloga del centro de reconocimiento médico San Martín de San Sebastián, destaca que «la renovación del carnet depende de la salud, no de la edad y más, a partir de los 70 años». Entonces, el médico y el psicólogo, tras realizar las pruebas, «son los responsables de determinar en función de la patología de cada paciente la vigencia de ese carnet, siendo siempre como máximo de cinco años».
«A partir de los 70 años, solo se renovaría el carnet de conducir para un período máximo de cinco años. A partir de esa edad no se pagan las tasas de tráfico, eso viene a coincidir habitualmente, con que a medida que nos hacemos mayores, los reflejos tienden a disminuir aunque no suele ser de manera sistemática ni está vinculado necesariamente a la edad, pero es recomendable que las revisiones sean más periódicas».
El tiempo de vigencia del carnet entre los conductores mayores de 70 años se otorga en función de la patología que tenga el conductor. «Siempre se otorga en función de la enfermedad» que presente, «y la restricción será mayor o menor en función de la gravedad: si se trata de una cardiopatía, una intervención quirúrgica, un cáncer...», explica Alzaga. «Hay patologías que directamente requieren la retirada definitiva del carnet. La decisión se toma teniendo en cuenta numerosos factores, entre otros, si se muestran desorientados durante el reconocimiento, si tienen problemas graves de vista porque se están quedando ciegos... así como la medición de los reflejos y la medicación que toman».
El diagnóstico del sicólogo se centra «en medir los reflejos, medir la estabilidad del paciente y realizar una serie de preguntas relacionadas con la sique. También se tiene en cuenta si toma medicación relacionada con los trastornos de ánimo: depresión, ansiedad, si tiene algún trastorno mayor... Si en ese momento hay alguna situación o tiene un espesor mayor de lo habitual, de si toma medicación para dormir...».
Según la opinión de Alzaga, «la inmensa mayoría de las personas que superan los 70 años asumen que con la edad han perdido reflejos y que en algún momento tienen que dejar de conducir. Pero también hay gente con un carácter más fuerte, que cuando se le comunica que no puede seguir conduciendo se disgusta porque el coche significa mucho para ellos. El carnet les da libertad y autonomía y perderlo les priva de ellas y lo viven con más drama». Normalmente reconoce que «es proporcional a la necesidad o dependencia del coche. Las personas que viven en ciudades o poblaciones urbanas con buenas comunicaciones de servicio público, no lo ven como un contratiempo. Si total, antes o después iba a suceder. 'Además, si ya casi no utilizo el coche', suelen comentar en muchos casos». Pero las personas que viven en zonas rurales, «en un caserío fuera del casco urbano y se desplazan a diario para comprar el pan, al retirarles el carnet les quitas muchísimo», asume la experta.
En ocasiones, la familia se pone en contacto con los especialistas ante la duda de que «se le prolongue el permiso ya que consideran que esa persona ha perdido facultades para conducir. La opinión de la familia se tiene en cuenta y puede incluso ser orientativa, pero las pruebas y el estudio médico se realizan siempre», insiste Alzaga.
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