Análisis intergeneracional de la soledad
Alumnos de centros de FP y miembros de la Fundación Aubixa compartieron ayer en Easo reflexiones y sentimientos
Fue un encuentro intenso. Hubo franqueza, risas y también lágrimas, pero sobre todo mucha reflexión en torno a la soledad. Tknika y la ... Fundación Aubixa han puesto en marcha un proyecto para que personas mayores y estudiantes de FP encuentren conexiones abordando temas que desde distintas perspectivas les pueden afectar a ambos. El primero ha sido el que se trató ayer en el Instituto Politécnico Easo de Donostia y entre las muchas opiniones que se escucharon hubo una común a todos: «Hay que distinguir entre la soledad buscada y la no deseada».
Han sido seis los centros de FP de Gipuzkoa, públicos y privados, los que han tomado parte en este 'experimento' que comenzó con un trabajo que se realizó en las aulas. Después, los alumnos se reunieron con las personas mayores para que les narraran sus vidas y les transmitieran sus sentimientos, sensaciones y experiencias, que los chavales recogieron en una serie de vídeos y que ayer emocionaron a los asistentes y también a los que siguieron el encuentro en streaming en el canal labur.eus/youtube.
«Queríamos que alumnos de distintas familias profesionales trataran un tema que nos afecta a todos y en el que la solidaridad es muy importante», comentaba Mari Jose Barriola, coordinadora del programa en Tknika.
Seis centros han tomado parte en este proyecto que va a tener continuidad con otros temas
A la jornada asistieron diez estudiantes de cada centro -Meka (Elgoibar), Monte Albertia (Zarautz), Politécnico Easo (Donostia) Aretxabaleta Lanbide Eskola, Tolosako Inmakulada Lanbide Eskola y Plaiaundi (Irun)- y veinticinco personas de Aubixa -personas mayores, técnicos y colaboradores- que se repartieron en distintos grupos para debatir sobre el tema.
Situación complicada
Soraya Arenales estudia en Easo Atención a personas en situación de dependencia y ayer se sentía satisfecha y agradecida con la experiencia porque «yo misma estoy viviendo una situación complicada. La soledad me ha pillado de sopetón y no sabes cómo gestionarla. A mí, este proyecto me ha ayudado». Además, «ahora que voy conociendo más los problemas de estas personas, cuando veo, por ejemplo, a una señora mayor en un banco sola me siento con ella para que me cuente cosas».
Su curso trabajó con Antton Elosegi que les habló de su juventud, de su vida durante el franquismo y de cómo le cambió la vida cuando a su mujer le diagnosticaron alzheimer y «pasó de vivir con su pareja a ser cuidador de una persona enferma». También les explicó que pasó de tener «todo el tiempo del mundo a estar pendiente de su pareja».
Antton se mostraba contento con el desarrollo del encuentro porque «han salido un montón de cosas». Confesaba que «salvo familiares, a nuestra edad conocemos a pocos jóvenes y está bien oír sus opiniones». Recordaba a los estudiantes que «la soledad puede afectar en cualquier momento pero mucho más a la gente mayor porque te vas quedando solo por enfermedad, porque los de tu alrededor van muriendo o porque físicamente no puedes salir».
José Castillo también estudia un grado de Atención a personas en situación de dependencia, en Aretxabaleta, y también ha sufrido la soledad, aunque de una manera distinta porque en su caso está marcada por la distancia: es chileno y casi toda su familia vive en su país natal. «Estoy aprendiendo mucho. He hecho prácticas y he visto cómo viven muchas personas mayores. Provengo de otra cultura donde los ancianos no tienen tantas atenciones por parte de las instituciones como aquí».
La sanjuandarra Begoña Rodríguez ha compartido su experiencia con los alumnos de Plaiaundi de Irun. «Me gusta estar con gente joven, dentro de un orden, y de estos destacaría su frescura y su alegría. Me ha llegado mucho el interés que han puesto. El vídeo que han hecho está muy bien, son muy buenos productores porque al final son unos críos con un teléfono».
En sus conversaciones ha intentado transmitirles que «la soledad no tiene nada que ver con vivir sola, te la puedes encontrar cuando estás acompañada». La opinión sobre el planteamiento del proyecto es para Begoña muy positiva porque «hemos estado en contacto con chavales que en un futuro se van a dedicar a atender a personas que lo necesitan».
Ayer, los participantes también hablaron de distintos aspectos paralelos a la soledad como el miedo, la incomprensión y el dolor ante la falta de una palabra amiga. Temas, que como dijo el experto en geriatría, Javier Yanguas, «son comunes a toda la sociedad, no solo a viejos o adolescentes».
La jornada acabó con una puesta en común de las conclusiones a las que estos grupos mixtos en la edad habían llegado. Más eventos parecidos al de ayer, paseos, tertulias o reuniones; extender el proyecto de portal solidario de Ordizia; enseñar a los mayores a manejarse con la tecnología y que ellos hablen de los juegos tradicionales fueron algunas de las propuestas que realizaron.
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