Los hermanos que se ahogaron en Hondarribia «querían enseñar a su primo dónde solían pescar»
Josetxo y Peio fallecieron el sábado ahogados en las faldas de Jaizkibel donde practicaban una de sus aficiones
Una vela encendida en la puerta del garaje Izarra de Ibarra recordaba a Josetxo y Peio. Sus vecinos la miraban con tristeza mientras ... no dejaban de repetir «latza joan da (Es una gran desgracia)». Y es que la noticia de la muerte accidental en Jaizkibel de los hermanos Urkizar cayó como un jarro de agua fría en su localidad natal.
Poco ha trascendido de la trágica sucesión de acontecimientos que desembocó en el fallecimiento de ambos por ahogamiento en una zona de complicado acceso y donde el envite de las olas causa malas pasadas. En un principio se barajó la posiblidad de que ambos, acompañados de una tercera persona, estuvieran haciendo el camino Talaia y en ese punto, en la cala Eretzin Zabala de Hondarribia, descendieran a descansar y cayeran accidentalmente al agua. Pero DV conoció ayer de boca de los vecinos de los hermanos Urkizar que las circunstancias fueron diferentes.
Al parecer, Josetxo y Peio eran pescadores habituales en esa zona de Jaizkibel, y este fin de semana, coincidiendo con la visita de uno de sus primos llegado desde Argentina habían pensado en realizar una excursión para mostrarle el entorno y cerrar un bonito día de pesca. «Se despidió como siempre sonriendo y me contó que iba a ir a pescar con su hermano y su primo», explicaba Abdull, que regenta la cafetería Erre-Berri de Ibarra. El plan era pasar buena parte del día fuera y acceder hasta la cala señalada después de un bonito paseo por las faldas de Jaizkibel. Esas intenciones se deducen de que en las próximidades de la zona en la que se produjo la tragedia no se encontraba el vehículo de los hermanos.
A primera hora de la tarde, cuando prácticamente se encontraban solos en Eretzin, se produjo el accidente que, según indican fuentes cercanas a los hechos, provocó que Josetxo cayera al agua. Eran algo más de las 15.15 horas de la tarde. Acto seguido y tras ver los problemas que tenía para mantenerse a flote, Peio se lanzó al mar con la intención de rescatarle.
El primo de estos, que se había quedado en tierra, fue quien dio la voz de alarma después de comprobar que ninguno de los dos volvía a las rocas. Además de llamar a los servicios de Emergencias Sos Deiak, que se personaron en el lugar pocos minutos después, avisó de lo sucedido a una mujer que estaba, junto a su hijo, acompañando a su pareja mientras este practicaba submarinismo.
El buzo, vecino de Irun, siguió las indicaciones de del primo de los hermanos Urkizar y consiguió llegar hasta uno de los cuerpos, que ya sin vida. El cadáver, que estaba semihundido y completamente vestido, se encontraba a unos cincuenta metros de las rocas. En un principio no consiguió avistar al otro hermano por lo que trato de mantenerser a flote veinte largos minutos con el primero de los cadáveres hasta que llegasen los equipos de salvamento.
El buzo trató de reanimarle practicándole el boca a boca, pero no consiguió su objetivo final debido a que este ya había fallecido. Los efectivos de rescate se dirigieron primero donde el buzo para rescatar al cadáver que retenía él. El cuerpo del segundo hermano lo encontraron a pocos metros del otro ya sin vida. Hasta Eretzin se acercaron también las embarcaciones LS Guadalupeko Ama y Ls Olearso de Cruz Roja Hondarribia. Los cuerpos sin vida de ambos fueron llevados hasta el aeropuerto de San Sebastián desde donde fueron trasladados posteriormente al Instituto Vasco de Medicina legal donde se les realizará la autopsia.
«Solía venir todos los días»
Abdull se encontraba ayer apesadumbrado. El joven que regenta la cafetería Erre-Berri de Ibarra, a escasos cien metros del garaje de los dos hermanos, sirvió el sábado como casi cada mañana el café habitual a Peio. «Solía venir todos los días a tomar el café y ayer estuvo aquí antes de irse a Hondarribia», explicaba. Desde hace unos meses trabaja en la conocida cafetería de Ibarra en la que «Peio cada viernes cogía unas pizzas. Este viernes también vino y como era habitual se llevó dos». El joven africano no había digerido ayer al mediodía la noticia de la muerte de los hermanos Urkizar. «Se despidió como siempre sonriendo y me contó que iba a ir a pescar con su hermano». Era muy común que los fines de semana los hermanos se desplazaran a pescar o a cazar, dos de sus principales aficiones que trataban de mantener con el paso de los años. Ninguno de ellos estaba casado, por lo que los planes, además del negocio familiar, solían ser conjuntos. Y más aún este pasado fin de semana cuando querían compartir día de pesca con su primo argentino.
La noticia corrió como la pólvora la tarde del sábado y Abdull confesó que se quedó en 'shock'. «Familiares suyos estaban tomado un café en una de las mesas de la calle» cuando «recibieron mensajes con la noticia y nadie entendía nada. Yo no me lo podía creer», repetía el joven camarero.
Los familiares, se levantaron de sus sillas al momento y se pusieron en contacto con las autoridades para conocer el lugar dónde iban a ser llevados los cuerpos de Josetxo y Peio. Hasta hoy no podrán velarlos y ya será mañana cuando se oficie el funeral por los dos hermanos.
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