Adiós a Illunbe tras 428.000 pinchazos

¿Cuántas dosis se han puesto en Illunbe? Desde el 2 de marzo los profesionales sanitarios destinados a este recinto han inoculado 428.000 dosis. El 75% de ellas, Pfizer-BioNTech. La firma menos utilizada ha sido Janssen.

¿Qué días se han puesto más vacunas? Cerca de 8.000 dosis al día el fin de semana del 1 y 2 de mayo, «que fue cuando teníamos todo el anillo de la plaza y las puertas 11 y 12 abiertas. Jornadas de 7.000 y 6.000 dosis al día hemos tenido muchas», señala María Montero, una de las tres supervisoras de la campaña de vacunación en Illunbe. Durante estos últimos días que está abierto, el coso está recibiendo «entre 600 y 1.200 ciudadanos al día para vacunarse», dice Naiara Etxeberria, otra de las responsables del vacunódromo junto a Ana Hernández.

¿Cuántos profesionales sanitarios han trabajado en Illunbe? «Hemos sido 123», señalan. 48 enfermeras y enfermeros, 40 auxiliares de enfermería, 27 celadores y 8 administrativos. A excepción de 15 enfermeras que fueron trasladas desde sus puestos de los centros de salud a Illunbe, el resto han sido contratos específicos que ha realizado el Departamento de Salud para trabajar en Illunbe. A partir del día 1 en el Atano III «hay algunos profesionales con contratos que se acabarán y algunos volverán a sus puestos de trabajo originales», comenta Montero. Otros seguirán vacunando en el frontón.

¿Cuándo empieza la vacunación en el Atano III? Explican que «aún no está definido el número de personas que van a vacunar en el Atano III pero no serán más de 10 personas en 4 puestos». En el frontón, en principio, se vacunará desde el día 1 de 10.00 a 17.00 horas, «pero habrá que ver las necesidades y si hace falta modificarlo, se hará».

¿Ha habido incidencias tras los pinchazos? «Creo que, en proporción, para la gran cantidad de personas que se han vacunado aquí no ha habido muchas incidencias tras los pinchazos», consideran. «Por lo general hemos tenido entre 0 y 1 paciente al día con reacciones. Es decir, muchos días un paciente que había que subir al hospital y otros muchos, ninguno», afirma Naiara Etxeberria. No obstante, reconoce que durante los días de verano en los que hizo calor muchos ciudadanos de entre 35 y 40 años «sufrieron mareos. Y ha habido días puntuales en los que caían 7 personas afectadas y había que montar un minibox de actuación y valorar si había que trasladar a alguno al hospital. Pero han sido casos y días muy puntuales».

En su mayoría estos mareos han sido vasovagales, «episodios que no revisten gravedad y hemos tratado aquí mismo. Es el típico mareo de cuando te sacan sangre, que no tienes ninguna causa orgánica que te esté provocando ninguna situación de gravedad ni peligro», explica María Montero. Alguna reacción más grave sí se ha producido «pero motivado por la condición de la persona. Me acuerdo de una persona epiléptica que convulsionó. Ante la duda de qué hacer se acordó su traslado al hospital. Pero anafilaxia como tal y reacción alérgica grave no hemos tenido ninguna».

¿Qué diferencias ha habido entre la cuarta y la quinta ola? «No hemos notado grandes diferencias entre olas», señalan. «Todo el proceso ha sido dificultoso, no ha sido una tarea fácil. Adaptar una plaza de toros en un espacio de vacunación masiva... solo de decirlo se me pone la piel de gallina. Estoy agradecida a la experiencia», dice Etxeberria. Sí que reconoce que han tenido problemas con «la anulación de citas por los confinamientos. Esto sí nos ha supuesto dificultades a la hora de las cargas de las dosis». Sin embargo, considera que a pesar de que se han enfrentado a una situación «extraordinaria, nos hemos tenido que adaptar. Y estamos satisfechos», dice. Su compañera considera que «esta ha sido la parte más amable de la pandemia. Aquí la gente venía con esperanza». En este sentido, Etxeberria destaca la actitud tan sensata que han mantenido «los más jóvenes, los adolescentes. Me ha sorprendido la responsabilidad que han mostrado a la hora de anular sus citas» tras verse confinados o ser positivos.

¿Cómo ha funcionado la vacunación infantil? Ambas reconocen que ha sido complicado vacunar «a los adolescentes y a los niños de más de 12 años. La gestión con el menor cuesta un poco más, vienen nerviosos». Reconoce Etxeberria que «el factor nervios» ha influido «muchísimo en los mareos registrados» a pesar de que esta vacuna no es de las más dolorosas de recibir. «El tipo del compuesto de esta vacuna no genera dolor como puede pasar con la vacuna de la gripe o la del papiloma. Al día siguiente sí puede dolor el brazo pero en el momento apenas se nota», explica Montero. En este sentido, «el mejor grupo para vacunar ha sido el de los mayores».

¿Quién se está vacunando? Solo hay dos puertas abiertas en Illunbe para acceder a la zona de vacunación. Están acudiendo «adultos que hasta ahora no habían pedido cita y, sobre todo, gente joven de 12 a 25 años, que son los que han recibido un SMS para completar su vacunación».