El acusado que está huido fue el único que confesó haber pegado a Santi Coca
Este presentaba el nudillo y el pómulo enrojecidos y sangre en su pantalón
El acusado de la muerte de Santi Coca que está declarado en rebeldía y en paradero desconocido fue el único que confesó haber pegado a ... la víctima a los ertzainas que les detuvieron en el lugar. Este presentaba el nudillo y el pómulo enrojecidos, además de sangre en el pantalón. Los otros cinco encausados aseguraron a los policías que habían intervenido en la agresión «para separar».
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La sesión de hoy en el juicio por la muerte del menor donostiarra de 17 años, que falleció tras haber sido agredido junto al Náutico de San Sebastián, y en el que se juzga a cinco jóvenes por su asesinato, ha contado con la declaración de siete agentes de la Ertzaintza que intervinieron en la madrugada en la que sucedieron los hechos, el 26 de abril de 2019.
Los primeros agentes en llegar estaban patrullando por la calle Ijentea, por la entrada trasera del Ayuntamiento de San Sebastián, cuando un jóven se acercó corriendo para alertarles de que un amigo suyo había sido agredido y se encontraba inconsciente en el suelo. «Nos dicen que ha habido un tumulto de gente, que había empezado la discusión por un cigarro, y que se habían enzarzado a golpes con el chaval. Que habían echado a correr, algunos se habían quedado en el lugar y otros se habían ido más lejos».
Tras comprobar que la víctima tenía pulso y solicitar una ambulancia, uno de los agentes procedió a interceptar a un grupo de jóvenes que habían sido señalados por uno de los amigos de Santi como autores de la agresión. «Nos indicó que habían sido 7 u 8 personas. 4 o 5 estaban ahí, se estaban marchando del lugar y les paré, y sin ningún problema me acompañaron».
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Finalmente un total de 7 jóvenes fueron conducidos a la zona de los bajos del Ayuntamiento, para su identificación. De entre todos ellos, el argelino, como se conoce al acusado que se encuentra en paradero desconocido, mostraba la actitud más «agresiva y chulesca», y que se le notaba «esquivo, tenía prisa por marcharse». Los agentes que hablaron con él relatan que en un primer momento «no reconocía haber participado en ninguna pelea», si bien los testigos le identificaron «inequívocamente, y además mostraba signos «de pegar y haber sido pegado», como los nudillos y el pómulo «enrojecidos», y sangre en el pantalón. Después sí reconoció que «la víctima le había pegado un puñetazo y que se había defendido. Que él no se va a dejar pegar por nadie, que si le pegan se defiende».
Sobre el resto de encausados, los agentes señalan que tenían una actitud «de más colaboración» y que dijeron que habían participado en el tumulto «separando a gente». Uno de ellos les explicó que el origen de la agresión había sido un cigarro que él había pedido, y que después «se habían enzarzado», y señaló al argelino y a otro de los acusados como los más «activos» en la agresión.
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Respecto a la actitud de los acusados en el momento de ser detenidos, los agentes han señalado que aunque en un inicio se mostraron «tranquilos», su actitud cambió cuando les explicaron la gravedad de los hechos, que la víctima se encontraba en parada cardiorrespiratoria.
En los calabozos
Uno de los agentes declarantes ha recordado además que una vez en comisaría, los encausados hablaban «gritaban de un calabozo a otro, diciendo no digáis nada», y que también escuchó decir «el chaval tampoco era un santo», si bien no supo quien dijo esa frase.
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El juicio continuará mañana con la declaración de más agentes testigos y la reproducción del vídeo de la agresión, y se prevé que se pueda comenzar con la declaración de al menos uno de los cinco acusados.
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