El acusado de agredir sexualmente y acosar a su expareja reconoce los hechos y será condenado a 4 años de prisión
Las tres partes han llegado a un acuerdo de conformidad en el que cambian el delito de agresión por el de abuso y la Fiscalía, que solicitaba 13 años, acepta suspender las penas siempre que el varón no delinca en los próximos cinco años y continúe su tratamiento
El hombre que se enfrentaba a once años de prisión por un delito continuado de agresión sexual y a dos por acoso hacia la que ... había sido su pareja sentimental durante doce años ha reconocido íntegramente los hechos esta mañana en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa. Las partes han llegado a un acuerdo de conformidad, donde se ha recogido que la pena de prisión para el varón, de nacionalidad española, será de cuatro años y solo por el primer delito, que ha pasado de «agresión sexual» a «abuso sexual».
Además, la Fiscalía ha optado por la suspensión de penas durante cinco años, lo que significa que no entrará en prisión para cumplir la condena siempre que no delinca durante los cinco próximos años y siga sometiéndose al tratamiento que el procesado tiene en la actualidad en relación al consumo de alcohol que él ha reconocido que mantenía en la época de los hechos.
Según detallaba la fiscal en su escrito de acusación, los hechos habrían sucedido en el marco de una relación de pareja en la que desde el año 2015 era «habitual» que el varón, «con ánimo libidinoso e intención de satisfacer su deseo sexual», supuestamente mantenía relaciones sexuales con penetración «sin el consentimiento» de la mujer y «a pesar» de que ella «lloraba». El Ministerio Público precisa dos episodios similares fechados los días 20 y 30 de enero de 2020, en los que el acusado, «a pesar de la negativa» de la mujer, le quitó la ropa y la habría forzado a mantener relaciones sexuales orales y vaginales.
La Fiscalía, que describía que ese 30 de enero de 2020 el procesado «agarró con fuerza la cabeza a su pareja y la introdujo en su pene a pesar de la negativa de la víctima», ha aceptado eliminar la palabra 'fuerza' del escrito de acusación, pasando la calificación a «delito continuado de abuso sexual».
Tras los hechos la víctima decidió poner fin a la relación y el procesado «no aceptó» este extremo, llegando a enviar hasta el 8 de marzo 255 mensajes de WhatsApp a su expareja «con la intención de presionarle psíquicamente para retomar la relación». Además, se personó dos veces ante la vivienda de una familiar adonde la mujer se había mudado temporalmente tras la ruptura. Por este delito de acoso ha sido condenado a 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad.
Además, ha abonado ya a la víctima 13.000 euros en concepto de responsabilidad civil, lo que ha servido de atenuante por reparación de daños, y no se podrá acercar a menos de 150 metros de ella.
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