«Abro por no seguir perdiendo dinero»
Con la opción de aforos al 50% en el interior, más bares y restaurantes se suman a la actividad desde mañana
Apartir de mañana, nuevos bares y restaurantes se suman a ese listado de establecimientos abiertos de hostelería. La fase 2 de la desescalada por ... la pandemia del coronavirus les permite atender en el interior, siempre que los clientes estén sentados, se mantengan distancias, y no se supere un aforo del 50%.
Ana Aguirresarobe. Alzola (Irun)
«Cada camarero tendrá una labor: servir, cobrar o atender»
Con la ilusión de quien estrena zapatos nuevos, Ana Aguirresarobe y su familia llevan toda la semana poniendo a punto su bar Alzola, de Irun. Pese a tener terraza, es de los establecimientos guipuzcoanos que ha preferido prolongar un poco más el cierre y abrir con plenas garantías, aunque afrontan la próxima semana «de prueba-error». «Antes, un mismo camarero servía, atendía y cobraba. Ahora, cada uno tendrá un cometido para reducir la superficie de contacto». Además, «vamos a sacar a los 8 trabajadores que están en ERTE, pero a media jornada. Es lo más justo».
Cuenta que han invertido, además, «en una máquina de ozono, que pondremos al cierre durante 30 minutos, y por la mañana ventilaremos antes de abrir. También hemos adquirido para la terraza un ventilador que espolvorea agua y alcohol, y una máquina de turnos para evitar aglomeraciones en el interior».
Por el momento, las seis mesas que solían atender en el comedor van a pasar a ser tres que se completarán con la terraza. La carta como tal desaparece. «Se podrá consultar a través de un código QR», aunque ofrecerán fotocopias a quien lo solicite.
Mikel López. Bar Xiri (Donostia)
«Quiero que el bar esté impoluto»
Mikel lleva toda la semana deshojando la margarita para decidir si abrirá o no su bar Xiri de Donostia, y finalmente levantará la persiana.
Empezarán los justos. Él y un cocinero, y entre los dos tratarán de atender las cuatro mesas en las que podrán sentarse los clientes, frente a las 10 que tenían antes. «Iremos viendo cómo evoluciona la semana». A las siete de la mañana del lunes ya estará en marcha. «La ubicación del bar es buena y a los clientes habituales les he visto con ganas de venir, pero después del servicio de comida veremos si merece la pena abrir también por la tarde o no».
La vitrina ya la tiene preparada, y esta semana se ha dedicado a dejar su local como los chorros del oro. «Quiero que esté todo impoluto», dice. Respecto a la oferta, no habrá variaciones. O no al menos a la baja. «Incluiré novedades que he ido trabajando durante el confinamiento. Y los precios son los que son, haya coronavirus o no. No creo que sea el cliente el que tenga que asumir esta situación». Su reto ahora es ganar lo suficiente para «pagar los gastos fijos y no perder dinero. Tengo cierta esperanza».
Alex Barcenilla. Ziaboga (P. San Juan)
«Mantendré todas las mesas. Tengo un comedor amplio»
El comedor del Ziaboga era hasta hace un par de días «un jardín», lleno de mesas que servían de soporte a unas cuantas plantaciones. Pero a partir de mañana volverá a su función habitual, acoger clientes en cada una de las doce mesas, «porque al ser un comedor amplio, hay espacio», comenta Alex Barcenilla.
Es el propietario del Ziaboga, uno de los establecimientos situados en la plaza Santiago de Pasai San Juan. En su caso, dice, no habrá vitrina sobre la barra, «porque nosotros siempre sacamos los pintxos en el momento». Aunque si antes en cada mesa lucían las aceiteras, a partir de mañana lo hará el gel desinfectante.
La pasada semana puso en marcha la terraza con tres novedades: abre antes con desayunos; ha bautizado una mesa como 'Zurito express', «para juntar ahí a los txikiteros que vienen de uno en uno»; y ha retirado «las parrilladas, que tardan más en comerse, para que haya más rotación», porque el aforo en la terraza sí es más limitado.
Luis Miguel Herrero. La Rampa
«El interior no va a ser nuestra prioridad. Es pequeño»
La terraza de este establecimiento ubicado en el puerto donostiarra ahora mismo tiene más atractivo que su interior y su propietario lo sabe. Más aún, cuando «ahora tenemos en una parte del comedor los vestuarios de los trabajadores», donde según las recomendaciones de higiene deben dejar sus pertenencias.
Luis Miguel Herrero y su equipo centran su energía en la terraza y tenían todas sus esperanzas puestas en que se eliminara la limitación horaria, como así ha sido. «Por esta zona, a mediodía no se podía pasear a menos que tuvieras reserva. De hecho, hemos visto a agentes preguntando a los clientes qué hacen ahí. Están haciendo su trabajo, naturalmente, pero con esa restricción horaria perdíamos ese cliente casual, que de forma espontánea decide sentarse».
La caída prevista del turismo, reconoce que afectará. «Estamos en el corazón turístico de la ciudad, pero somos la cuarta generación que vende pescado y el cliente local nos conoce». De hecho, aunque el tipo de consumición sea diferente «y se esté pidiendo más de picoteo, la clientela donostiarra está respondiendo muy bien», agradece.
Los bares no tienen obligación de cerrar a las once de la noche
A los listados de normas, restricciones y nuevas formas de hacer, que se actualizan cada semana, habría que añadir otra lista más para las confusiones y dudas. En ella se podría incluir, por ejemplo, el horario de cierre de los establecimientos.
Teniendo en cuenta que el último decreto establece que aquellos que tienen entre 14 y 70 años pueden permanecer en la calle entre las 20.00 y las 23.00 horas, invita a pensar que no está permitido estar en una terraza más allá de las once de la noche.
Sin embargo, según señala la Asociación de Hostelería de Gipuzkoa, y tal y como recogen los criterios de la propia Ertzaintza, tanto el horario de apertura como de cierre de las terrazas «será el otorgado por el correspondiente Ayuntamiento». Por lo que, aunque se hace un llamamiento «a la responsabilidad», ningún decreto asociado al estado de alarma establece una limitación horaria que obligue a los establecimientos a echar a la persiana a las 23.00 horas.
En la misma línea, otra de las dudas suscitadas es el número máximo de sillas por mesa que cada bar puede tener, y también será el modelo de licencia concedido por cada administración local el que lo determine. En este sentido, desde la asociación de Hostelería de Gipuzkoa señalan que hay tres modelos: «las pequeñas con dos sillas; redondas para cuatro personas y cuadradas de cuatro». Por lo que «en ningún caso puede haber más de 4 personas por mesa, pero ni ahora ni antes».
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