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Nataluia Duvidovich atiende su terraza del bar La Gaviota en el barrio donostiarra de Gros. Lusa

«Al menos abiertos podremos trabajar para pagar las enormes deudas»

Reabren los bares en Gipuzkoa ·

Bares y restaurantes de los municipios en rojo reabren sus puertas con la mirada puesta en posibles nuevas restricciones

Miércoles, 10 de febrero 2021, 14:28

Las calles han vuelto a recobrar parte de vida cuando a primera hora de la mañana ha comenzado a oírse el ruido de persianas de ... bares y restaurantes que permanecían cerrados en aquellos municipios en rojo.

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Tras la resolución del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que falló a favor de la hostelería y autorizó su reapertura, la mayoría de locales han decidido abrir hoy sus puertas tras unos preparativos a contrarreloj y las terrazas han comenzado a recibir a los primeros clientes bajo la lluvia. Pero que hoy vuelva a abrir la hostelería no significa que sea la panacea para un sector que arrastra «unas pérdidas impresionante» con «unas ayudas de risa», según coincide la mayor parte de los trabajadores.

Aún y todo, esta apertura supone para casi todos cierto alivio. «Así al menos podremos trabajar y pagar las deudas que llevamos arrastrando todo este tiempo, que son tremendas. Pero también estamos con miedo porque igual dentro de tres días nos hacen cerrar. Tienen cinco días para recurrir, a ver qué pasa...», explica Natalia Duvidovich, la dueña del bar La Gaviota, en el barrio donostiarra de Gros, mientras sirve varios cafés y recuerda a una chica cuántas personas deben sentarse en la mesa y qué distancia deben guardar. «Ayer estuve llamando a proveedores para organizarlo todo y aunque hay muchas cosas de la carta que no tengo, daré comidas», comenta.

La respuesta de la clientela ha sido «buena» desde primera hora de la mañana. «Es que tampoco entienden por qué se han ensañado tanto con el tema de la hostelería. Sé que es el único sitio donde uno se quita la mascarilla para consumir, de acuerdo, pero me arriesgaría a decir que también es el único lugar en el que estamos continuamente desinfectando todo. No somos solo nosotros los culpables. Basta con subirte a un autobús o entrar en una tienda de ropa o en un supermercado. Y además de hacer cafés, cocinar y servir, somos policías para vigilar que se cumplan las normas», critica.

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En el bar Ramuntxo Berri ya han comenzado a recibir llamadas de clientes para reservar una mesa de cara al fin de semana, «la gente tenía ganas de salir, de tomarse una cerveza o un café», pero «estamos muy pendientes de lo que pueda pasar estos días», comenta su propietario, Agustín Mateos, que teme medidas más drásticas en cuanto a «restricciones de aforo en el interior, creo que la cosa irá por ahí».

La sensación de incertidumbre sale a relucir en varias ocasiones durante la conversación mientras el debate sobre si la hostelería es realmente el foco de infección se instala en las barras. «Podemos estar detrás hasta cierto punto, porque no puedes obligar a la gente a hacer cosas que no quiere, no es tan fácil, aunque normalmente se respetan las normas», comenta.

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Durante este último cierre no han ofrecido servicio de 'take away' por lo que «ayer fue un poco cristo, anduvimos a todo correr. Entre llamadas a la gestoría, proveedores, la limpieza…», comenta Mateos. En este sentido el hecho de tener que andar «abriendo y cerrando» cada dos por tres «no es plan para un negocio y la gente lo está pasando mal. Pero bueno, estamos contentos de poder trabajar, aunque sea hasta cuando nos dejen».

Tolosa

«Espero que podamos comportarnos en carnaval»

En Tolosa, aún en zona roja, la apertura de los bares ha sido acogida con optimismo moderado por la ciudadanía, y con una «satisfacción, aunque llena de interrogantes», por parte del sector de hostelería, informa Juanma Goñi. Javier Garro, del bar Itaie, expresaba su alegría esta mañana, porque –dice-, ha quedado demostrado que nuestras reivindicaciones «estaban plenamente ajustadas a derecho», aunque también él, personalmente, habría preferido que la sentencia se hubiese hecho pública el Miércoles de Ceniza. «En este punto los compañeros tenemos opiniones diferentes. Todos tenemos que actuar con cautela, pero me da miedo que la euforia nos traiga problemas. El alcohol anima y desinhibe, puede relajar nuestras costumbres», apunta, al tiempo que también señala «que no sólo se beberá en los bares, ya que muchos jóvenes montarán sus botellones durante los carnavales».

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En Tolosa también han reabierto los bares. Royo

En las céntricas terrazas de la plaza López Mendizabal y paseo San Francisco, zona concurrida de bares (Karela, Dickens, Share…), muchos tolosarras han aprovechado para recuperar «sensaciones perdidas». «Qué ganas tenía de tomarme un café, no sólo por el hecho de hacerlo, sino de recobrar relaciones sociales», apuntaba Ainhoa. Junto a ella, un grupo de tolosarras pedía «mucha cautela» ante la proximidad de los Iñauteriak. «Los hosteleros no tienen la culpa, pero está claro que la apertura de los bares justo ahora es peligrosa en Tolosa, porque la gente va a beber más evocando los carnavales, y aquí puede estar el peligro».

Esta misma opinión era compartida por un grupo de amigas que disfrutaban del aperitivo al mediodía. «Los bares y las terrazas dan vida al pueblo, Tolosa estaba tristón con su cierre, pero está claro que todos tenemos que poner de nuestra parte para que no haya más contagios. Ahora llegan los carnavales y todos tenemos que extremar más que nunca las recomendaciones», opinaba una de ellas.

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Hernani

«La gente estaba con ganas del volver al bar»

Los hernaniarras han acogido con ganas su regreso a los establecimientos de hostelería y la posibilidad que se abre en ellos de socializar, informa Juan F. Manjarrés. Ibai Pérez regenta el bar Txoko, que ha tenido abierto en días pasados ofreciendo un servicio para llevar, y tiene claro que ayer ya se observaba «otra alegría. La gente estaba claro que tenía ganas de volver a los bares y lo hemos podido comprobar desde primera hora».

Hernaniarras han aprovechado la mañana para tomar algo en el bar. Juan F. Manjarrés

Una clara muestra de ello era el ritmo de barra que se vivía en el establecimiento hernaniarra, eso sí, con la vista puesta en las decisiones que se puedan adoptar mañana desde el LABI. Aunque la lluvia mañanera ha dejado buena parte de las terrazas en desuso, bien es cierto que el municipio ha mostrado otro ritmo desde primera hora. Josu y Ane se han animado, pese a la humedad reinante, a sentarse fuera, «estamos más a gusto, por el tema de evitar estar mucho tiempo en espacios cerrados», pero reconocen que «teníamos ganas ya de tomar un café tranquilos. Esto se está haciendo muy pesado».

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