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El envejecimiento de la población ha elevado la demanda de prestaciones económicas por dependencia. En la actualidad, 16.600 guipuzcoanos cobran estas ayudas. AYGÜES
La reforma de las prestaciones por dependencia beneficiará a 9.300 guipuzcoanos

La reforma de las prestaciones por dependencia beneficiará a 9.300 guipuzcoanos

El 60% de los perceptores cobrarán 45 euros más de media el mes de enero

ARANTXA ALDAZ

SAN SEBASTIÁN.

Miércoles, 13 de diciembre 2017, 06:41

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Las 16.600 personas dependientes que cobran una ayuda económica en Gipuzkoa estrenarán el año con cambios de calado. La Diputación dio ayer luz verde oficial a la reforma de las prestaciones, la joya de la corona del sistema, con la que persigue reforzar el control sobre estas subvenciones, hacer un seguimiento de la calidad de los cuidados en los hogares y apostar por la contratación de un cuidador frente al modelo tradicional que recae en la familia. Se potencia además la ayuda para financiar una plaza privada en una residencia cuando no hay un recurso público disponible. El decreto aprobado por el consejo de gobierno foral, y que entrará en vigor el 1 de enero, mantiene esas líneas básicas pero ha corregido ciertos aspectos, a petición de ayuntamientos, partidos políticos, asociaciones y particulares.

Los cambios en las cuantías máximas que pueden percibir las personas dependientes han sido mirados con lupa, como era de esperar y también asumía la propia Diputación. Porque, como con cualquier reforma, unos salen ganando y otros, perdiendo. La horquilla de precios máximos aprobada va desde los 154 euros a los 834, en función del grado y tipo de prestación. El esfuerzo en que el número de perjudicados sea el menor posible se ha visto plasmado en el diseño final. Así, con el nuevo sistema seis de cada diez de los actuales beneficiarios recibirán una media de 45 euros más al mes. En total, 9.333 personas, medio millar más de las inicialmente previstas. La diferencia se corresponde con los dependientes de grado III nivel 2 -los que sufren mayores limitaciones- que cobran la prestación para contratar a un cuidador profesional (PEAP). Hasta ahora, la cuantía máxima es de 833,96 euros al mes. La idea de la Diputación era rebajarla hasta los 750 euros, pero se ha atendido a las peticiones ciudadanas de mantener las cifras actuales, ya que una rebaja podría obligar a cambiar el contrato del cuidador o reducir el número de horas en la atención, explicaron desde el departamento de Políticas Sociales. El resultado supondrá una mayor inversión y de los 3,5 millones de más que se necesitaban se ha escalado hasta los 4,4 millones comprometidos en el presupuesto. En total, las prestaciones de dependencia supondrán en 2018 un gasto anual de 63 millones de euros. El sistema, recordó la diputada de Políticas Sociales, Maite Peña, unifica los niveles de dependencia y pasa de los seis tramos actuales a tres, porque se eliminan cantidades por niveles y se deja en solo tres grados: I (el leve), II (dependencia moderada) y III (dependencia severa).

Los cambios a partir del 1 de enero

  • Límite La prestación no se dará si la persona cuidadora tiene 85 años o más y la persona dependiente está valorada en grado II y III. Tendrán un año de plazo para adaptarse a este requisito. Podrán o bien solicitar otro tipo de prestación o determinar un cuidador familiar de menor edad.

  • Formación Las nuevas personas beneficiarias deberán acreditar formación en cuidados en el plazo de seis meses. Se exime a los cuidadores de 75 o más años. El cursillo tendrá una duración de 16 horas, dentro del programa Sendian, que hasta ahora ha sido voluntario, pero con poca demanda.

  • Seguimiento Por primera vez se hará un seguimiento a las ayudas concedidas con una visita anual a los hogares por parte de los servicios sociales. El objetivo es doble, tanto controlar el destino de la prestación como velar por la calidad de los cuidados. El modelo se está diseñando con la asociación de municipios Eudel.

  • Regulación Se requerirá a los cuidadores contratados acreditar una formación, con excepciones por edad y experiencia laboral, siguiendo los criterios acordados con el Ministerio y las comunidades.

  • Vinculada al servicio

  • Más flexible Se suprime el requisito de tres meses en lista de espera para poder acceder a la prestación. El objetivo es que se pase de los 180 titulares actuales a unos 300.

  • Más dinero Se aumentan las cuantías hasta los 800 euros máximo para los dependientes del grado II (moderados).

  • Sin límite temporal La persona dependiente podrá mantenerse en la plaza privada aun cuando haya disponible una plaza publica. Seguiría cobrando la prestación.

Los familiares que cuiden de dependientes deberán hacer un cursillo, salvo los que tengan más de 75 años

FORMACIÓN DE CUIDADORES

La Diputación corrige y mantiene las cuantías a los dependientes severos que contraten a cuidadores

MÁS BENEFICIADOS

Maite Peña Dip. de Políticas Sociales «Nuestra estrategia es profesionalizar los cuidados frente al modelo familiar»

LA FRASE

Un 30% sale perdiendo

Y si hay un 60% de dependientes que celebran la reforma, significa que también hay quienes no están tan contentos con la noticia. Tres de cada diez de perceptores, unas 4.800 personas, perderán de media 35 euros al mes. Se corresponden, en general, con los dependientes más leves y aquellos que reciben la prestación por el cuidado familiar. Un dependiente de grado III nivel 2, atendido en su hogar por un allegado, pasará de cobrar como máximo 520,69 euros a 424, una rebaja de 96 euros. Otro 10% de dependientes se quedarán como hasta ahora.

El baile de cifras no es aleatorio. La Diputación ha querido seguir reforzando el cuidado profesional en los hogares, por lo que inyectará más fondos en la prestación de asistencia personal, que se llevará 3 de los cuatro 4,4 millones extra que supondrá la reforma. «Todo ello supondrá la creación de 250 nuevos empleos, dentro de nuestra estrategia de profesionalizar los cuidados frente al modelo familiar, que sigue siendo el más demandado», remarcó Peña, junto con el portavoz foral, Imanol Lasa.

También queda clara en las cuantías la intención de la Diputación de potenciar la prestación vinculada al servicio, aquella que se paga a los dependientes que deciden ingresar en una residencia privada cuando no hay una plaza pública libre. Los dependientes leves podrán ver duplicada esta prestación. En la actualidad, apenas 160 personas cobran esta ayuda, y la idea del departamento es que se atraiga a más dependientes y así poder desahogar las listas de espera. En noviembre, el último dato publicado por la Diputación, había 878 personas apuntadas a la espera de recibir la llamada para ingresar en un geriátrico público o concertado, una cifra ligeramente inferior a las 908 del mes anterior.

Las alegaciones presentadas al borrador foral también han introducido cambios en otro de los aspectos que más debate ha suscitado: la obligación de que los futuros cuidadores familiares hagan un cursillo de formación básica. La Diputación eximirá finalmente de este requisito a los cuidadores de 75 o más años. Esta medida solo se aplicará a las nuevas solicitudes.

El resto de cambios incumben a todos los beneficiarios a partir del 1 de enero. Se da, sin embargo, un margen de un año para que los dependientes que están siendo cuidados por personas de más de 85 años -generalmente sus cónyuges- puedan o bien solicitar el cambio a otro tipo de prestación (un cuidador contratado o una ayuda para pagar una plaza privada en residencia) o bien tener un cuidador familiar de menor edad. De lo contrario, dejarán de recibir la ayuda.

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