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La ambulancia accidentada sufrió el golpe en el lateral delantero izquierdo.
«No he podido esquivarles más»

«No he podido esquivarles más»

El conductor del vehículo sanitario que colisionó ayer contra un turismo se encuentra «psicológicamente muy afectado», relatan sus compañeros

Arantxa Aldaz

Domingo, 12 de febrero 2017, 08:30

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Sus compañeros, incluso en el mismo lugar del accidente cuando llegó la primera ambulancia para atender a los heridos, no hacían más que repetirle a Iván que su maniobra había evitado un drama de peores consecuencias aún. Pero este conductor con más de veinte años de experiencia al volante de vehículos sanitarios no lograba quitarse de la cabeza la escena «con un cierto sentimiento de culpa. Nos decía una y otra vez 'no he podido esquivarles más'», relata José Luis González, responsable de coordinación de Ambulancias Gipuzkoa, que se encontraba cubriendo una guardia cuando recibió la llamada de Iván ayer las 6.20 horas. «Que acabo de tener un accidente. Estamos bien, pero le he dado un golpe a un coche que venía en sentido contrario y ahora no lo veo por ninguna parte», le contó el conductor, «en estado cardiaco», describe José Luis.

Avisado el 112, los dos interlocutores se mantuvieron al teléfono durante esos primeros minutos de nervios y temor: Iván en la oscuridad de la autopista y José Luis en la soledad de la oficina. El primero anduvo unos 500 metros y se encontró una escena que hubiera preferido no ver. El coche había salido disparado del impacto y terminó chocando contra la mediana. «Vio que había dos cadáveres. Y se encontró con dos pasajeros de pie, fuera del vehículo, que se preguntaban quién era el que estaba conduciendo. Iván no entendía nada. No se explica cómo y dónde entraron a la autopista en sentido contrario, y solo nos repite que no pudo esquivarlos más».

A las 5.30 horas

El día había empezado muy pronto para los cuatro ocupantes de la ambulancia. Iván había recogido en Mutriku, Zumaia y Deba a tres pacientes de diálisis a los que tenía que llevar al Hospital Universitario Donostia. A las 5.30 horas se subía a la furgoneta Ana Luis Benito, vecina de Mutriku de 76 años, informa Alberto Gorritiberea. Otros dos enfermos renales más fueron recogidos en sus respectivos municipios como marca su rutina para recibir el tratamiento que les obliga a desplazarse varias veces por semana al centro sanitario de la capital guipuzcoana.

No pasó una hora cuando ocurrió el accidente. «Lo primero que me dijo Iván es que todos estaban bien, con el susto y el golpe encima, pero bien», continúa José Luis, que se pasó toda la mañana al teléfono para atender a los allegados y completar el servicio que debían hacer. Con Iván tampoco se despegó del móvil.

Los equipos sanitarios evacuaron a los cuatro a Urgencias del hospital guipuzcoano, junto a los otros cuatro pasajeros heridos que iban en el coche siniestrado. Los pacientes renales fueron dados de alta tras las primeras comprobaciones de salud y cumplieron luego con sus horas de diálisis. Regresaron a sus casas con familiares que fueron a buscarles dadas las circunstancias. Por la tarde, intentaban descansar y recuperarse de las magulladuras.

El chófer también recibió el visto bueno médico y pasó a mediodía por la empresa, con sede en Urnieta, también acompañado de un allegado, antes de regresar a Urgencias para un nuevo chequeo del que también le dieron el alta. «Habían pasado unas horas y cada vez se encontraba peor. Casi no se tenía en pie. Se le veía muy afectado psicológicamente. Los propios compañeros de la ambulancia que atendieron el accidente nos han dicho que le costará tiempo recuperarse, más que de lo físico, de lo mental, porque aunque él hizo todo por evitar el choque, al final ha habido dos fallecidos».

El mensaje de los familiares

Un balance trágico que hubiera sido aún mayor de no haber mediado la maniobra de Iván, coincidían ayer en resaltar los testigos presentes en los momentos posteriores al accidente. «Nos están llamando los familiares de los tres pacientes para agradecerle su actuación, porque saben que un choque frontal se hubiera saldado con más víctimas, probablemente de la ambulancia», dice José Luis. De hecho, en el asiento del copiloto del vehículo medicalizado viajaba un paciente, y los otros dos iban en la parte trasera.

Una vez finalizaron las asistencias, la ambulancia siniestrada fue depositada en el taller de reparación que tiene la empresa en su propia sede de Urnieta. En el vehículo se aprecia perfectamente la huella del impacto, en la parte frontal izquierda que chocó contra la parte trasera del turismo. Al parecer, el coche que circulaba en sentido contrario «no iba a una gran velocidad», como relató uno de los empleados de la autopista que se habían cruzado unos minutos antes con el turismo al que le habían intentado dar el alto sin éxito. También se activaron los dispositivos de alarma en los túneles de la AP-1. Pero nada sirvió para detener el paso del vehículo hasta que impactó contra la ambulancia.

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