Sánchez: «Es necesario que los jóvenes cojan ya el testigo en las casas regionales»
Apuesta por «olvidar esa idea de añoranza de la tierra que tenían antes estas agrupaciones y convertirnos en centros culturales vivos»
ION FERNÁNDEZ
Lunes, 27 de junio 2016, 07:31
Las casas regionales de Gipuzkoa miran al futuro. Atrás queda aquella época en la que servían principalmente para hacer más llevadera la integración de los inmigrantes llegados desde otros puntos de España. Los focos están puestos ahora en que sus descendientes, ya guipuzcoanos de nacimiento, sean capaces de continuar con las tradiciones de sus padres. El errenteriarra José Ángel Sánchez, hijo de extremeños y socio del Centro Cultural Extremeño Monfrague, representa ese cambio generacional al ponerse al frente de la federación que aglutina a 21 de esas casas regionales del territorio en sustitución de Xose Antonio Vilaboa Barreiro, fundador de esta agrupación en 1985 y su presidente desde entonces.
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- Resulta llamativo ver a un guipuzcoano como presidente de las casas regionales.
- Las nuevas generaciones que creemos en el proyecto de las casas regionales tenemos que implicarnos y adquirir responsabilidades. Para mí representa un orgullo y una gran responsabilidad haber sido elegido presidente y sustituir a Xose Antonio Vilaboa Barreiro, que es un referente en Gipuzkoa en muchas áreas y ha hecho un gran trabajo por esta federación.
- ¿Corresponde a las nuevas generaciones coger ya el testigo?
- Sí. Se hace necesario e imprescindible. Considero además que las casas regionales tenemos que abandonar esa idea de añoranza del pasado, cuando eran embajadas de otras regiones y estos espacios servían como punto de encuentro para esas personas que venían de fuera para trabajar en Euskadi y que suponían una parte amplia de la población. Arropaban a estos ciudadanos y a la vez difundían el folklore de sus regiones mediante las actividades. Pero hay que olvidarse de este concepto porque hay que dar paso a las nuevas generaciones, que ya han nacido en Gipuzkoa. Ahora tenemos que convertirnos en centros culturales vivos y adaptar las actividades a las nuevas generaciones y que estas se involucren.
- ¿Les está costando dar ese paso?
- Estamos trabajando en ello y nos llevará un tiempo llegar a cambiar las inercias. Cuando las casas regionales, además de embajadas regionales, nos convertimos en cierta manera en sociedades gastronómicas, creció el número de socios, pero descendió el grado de implicación con los objetivos fundacionales de cada una de esas asociaciones, entre los que está organizar actividades para dar a conocer las tradiciones y el folklore de su región. Muchos hacen uso del servicio de la sociedad, pero no participan en los eventos que se desarrollan en este sentido. Hoy se ha conseguido un equilibrio y ya hay jóvenes que se están incorporando a las juntas directivas de las casas regionales, aunque igual no tanto en la proporción que sería recomendable.
- ¿Por qué se constituyeron como sociedades gastronómicas?
- Seguimos siendo en esencia lo mismo, si bien las casas regionales vieron la necesidad de reinventarse para buscar la solvencia económica y garantizar su futuro a medio plazo.
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- ¿Cuentan con el respaldo de las instituciones?
- Uno de los objetivos de las casas regionales pasa por ser autosuficientes económicamente. Las ayudas han ido mermando mucho los últimos años, por eso hemos ido buscando otras fuentes de financiación. No es fácil y por eso apelamos a las instituciones para que nos apoyen más y no solo en lo económico, ya que representamos a una gran parte de la población guipuzcoana. También estamos trabajando y tomando decisiones en otros campos, como es la modernización de las asociaciones y adaptar las actividades a las nuevas generaciones y al entorno.
- Como nuevo presidente, ¿cómo va a afrontar el reto de involucrar a las nuevas generaciones?
- Tenemos que convertirnos en centros culturales vivos y abiertos, así como en dinamizadores culturales. Tenemos que ser más proactivos y permeables en la diversidad cultural que nos rodea. Por ejemplo, estamos dando grandes pasos en la incorporación del euskera. Yo publiqué hace un año un libro de cuentos ilustrados extremeños traducidos a la lengua vasca porque mi hija habla perfectamente ya este idioma.
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- ¿Qué otros objetivos se marca la junta directiva que preside?
- Consideramos que el futuro de las casas regionales pasa por reinventarnos una vez más. Tenemos que modernizar la gestión de la federación, potenciar las sinergias entre las diferentes casas y hacer actividades que, sobre todo, tengan más trascendencia de cara al exterior. También queremos incorporar a este proyecto a aquellas asociaciones que hacen la misma función pero que no están federadas.
- Todo ello sin olvidarse de seguir siendo embajadores de sus regiones.
- Por supuesto. Estamos implicados en seguir difundiendo nuestras tradiciones en el territorio, ser punto de reunión y asesoramiento pero, a su vez, somos embajadores de Gipuzkoa en el exterior. En ocasiones, a las casas regionales nos invitan a acudir a otras provincias y allí representamos y vendemos la marca Gipuzkoa.
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- ¿Tienen sus actividades buena acogida por parte de los guipuzcoanos?
- Las casas regionales formamos parte del pasado y del futuro de Gipuzkoa, y así nos lo ha reconocido la Diputación Foral con la concesión de la Placa de Oro. Estamos muy implicados en la vida cultural y social de cada pueblo y somos un referente para los ayuntamientos a la hora de promover iniciativas. Participamos en las diferentes actividades que se realizan en los municipios en los que estamos y desde los ayuntamientos se nos tiene en cuenta para ello. También debemos seguir colaborando con el resto del tejido asociativo, principalmente del ámbito social y cultural. Las casas regionales de Gipuzkoa estamos más vivas que nunca y siempre hemos estado abiertas a todos los guipuzcoanos.
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