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Rebeca Gómez, frente al Palacio de Justicia de Atotxa.

Rebeca Gómez: «Los casos más severos de violencia de género no llegan a los juzgados»

«Me impresiona cómo las mujeres de mucha edad han aguantado tanto tiempo las agresiones o los esquemas tan rotos que presentan las jóvenes», afirma

Ion Fernández

Sábado, 21 de mayo 2016, 08:59

«Los estereotipos y los roles marcados en la sociedad se presentan como la principal causa de los casos de violencia de género». Afrontar este tipo de delitos supone el día a día de la psicóloga forense Rebeca Gómez en un juzgado de violencia sobre la mujer de Madrid y que actualmente se encuentra en San Sebastián para asistir a una convención de profesionales de su sector a nivel de España que se clausura hoy y está organizado por la de la Asociación de Psicólogos Forenses de la Administración de Justicia. En su opinión, «nos educan para que el amor romántico se encuentre en el centro de nuestras vidas y tal es la trascendencia que se le da a esta cuestión que muchas mujeres están dispuestas a perder derechos propios individuales».

- ¿Cuál es la radiografía de las mujeres que sufren esta violencia?

- Suelen presentar tres tipos de síntomas comunes. Suelen tener ansiedad, que se manifiesta en la dificultad de adaptación al entorno y concentración. También padecen de depresión, que les lleva a un estado apático, sentirse culpables o incluso intentar suicidarse. Finalmente, nos encontraríamos con un cambio en el esquema cognitivo, que implica, por ejemplo, desarrollar tolerancia a la violencia. Resulta también usual la pérdida de autoestima y el tener hábitos tóxicos.

- ¿Qué sienten?

- Sobre todo, un miedo desmedido. También se las ve anuladas y que sienten una cierta ambivalencia afectiva, se preocupan por el agresor y no quieren que vaya a la cárcel.

- Cuando trata con una de ellas, ¿qué es lo que más le impacta?

- Algunos casos resultan llamativos por algún detalle del mismo. No obstante, a nivel general me impresiona cómo algunas mujeres de mucha edad han podido aguantar tanto tiempo sufriendo estas agresiones, mientras que en el caso de las jóvenes me choca los esquemas tan rotos que presentan. Eso sí, el gran impacto siempre viene cuando hay menores de por medio.

- ¿También grandes damnificados?

- La violencia de género afecta mucho a los hijos a la hora de vivir, relacionarse y entender el mundo. Hay que tener en cuenta que estas agresiones se suelen dar en espacios íntimos de la familia, como el hogar. La mayoría de los niños ven en su caso un lugar seguro, un sitio importante, un refugio, pero para estos otros esta idea no existe porque es allí donde viven la mala experiencia. Se puede recuperar que muchos de estos niños tengan una vida normal, pero requiere un amplio proceso.

- ¿Qué percibe por parte de los agresores?

- La ausencia de consciencia de lo que están haciendo. Utilizan los mismos mecanismos de minimización que las mujeres. No se dan cuenta de que han anulado las herramientas de defensa de su pareja y muchas veces no se sienten maltratadores, sino víctimas de una situación puntual.

- ¿Por qué en muchos casos el hombre después de matar se suicida?

- Los casos de violencia de género no están relacionados con un trastorno psicológico del hombre, sino que se produce una dificultad enorme por controlar la ira. En un momento determinado esta persona estalla y acaba matando, pero ese pico extremo de agresividad se acaba pasando y entonces se da cuenta de lo que ha hecho. A su vez, ellos entienden que sin su mujer la vida carece de sentido y se suicida.

- ¿Se asocia la violencia de género a las agresiones físicas y no tanto a las psicológicas?

- Una agresión física se puede ver en el cuerpo, por lo que resulta más notorio a los ojos. Pero las lesiones psicológicas no se pueden medir, aunque resultan más habituales, ya que también se producen cuando se pega a la mujer. En este sentido, hay bastante consenso de que la huella psicológica deja más rastro y se prolonga más en el tiempo que la física. Pero para darnos cuenta de ello hay que hacer una valoración de la persona, y aquí es donde entramos las psicólogas forenses.

- ¿Todavía les cuesta a muchas mujeres denunciar estos tratos?

- Sí. Muchas de las muertes que se producen por violencia de género se dan sin que se haya realizado antes por parte de la víctima una denuncia. Los casos más severos muchas veces no llegan a los juzgados.

- ¿A qué se debe esto?

- Estas mujeres para sobrevivir se van adaptando a la situación, por lo que acaban percibiendo esas agresiones como algo normal. También se suelen escudar en que hay momentos en que la relación de la pareja es buena. En nuestra profesión nos damos cuenta de que las mujeres que no quieren denunciar o lo hacen y luego se echan para atrás no conocen realmente a su pareja.

- ¿Se dan muchas falsas denuncias?

- Habrá como en otras leyes, siempre hay un margen. No obstante, hay que tener cuidado en este aspecto, ya que una cosa es una falsa denuncia y otra es que no se pueda demostrar que se ha producido una agresión. Se debe tener cuidado, porque estas denuncias falsas también sirven para que en diferentes foros y asociaciones busquen decir que la ley no sirve.

- ¿Hay más violencia de género entre los jóvenes que la que se piensa?

- Los datos nos dicen que cada vez se producen más casos en edades tempranas, como en parejas de 12 años. Es cierto, que esto se produce porque las relaciones sentimentales se dan cada vez en gente más joven y también cogen esos estereotipos sociales.

- ¿La juventud sigue manteniendo el paradigma social de sus padres?

- Está muy latente esa idea de que el hombre tiene que ser el fuerte y la mujer sumisa, porque se continúa trasmitiendo en muchos aspectos de la sociedad, como en la educación o programas de televisión. Esta violencia tiene que ver con cómo se enseña a los hombres y a las mujeres a comportarse y a relacionarse. No obstante, también es cierto que hay muchos jóvenes que intentan romper con esta idea y quieren cambiarlo, aunque se produce lentamente y no en todas las esferas.

- ¿Qué retos hay que plantearse para acabar con esta lacra?

- Algunas de las herramientas que tenemos habría que mejorarlas, por ejemplo, las leyes también tienen sus boquetes. No obstante, los mayores esfuerzos hay que dirigirlos hacia la prevención y educación. Se debe enseñar una nueva masculinidad y feminidad, que acaben con los roles sexista.

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