El hotel de Akelarre se inaugurará en mayo del año que viene

El año pasado se iniciaron unas conversaciones que han fructificado, no solo con la familia inversora sino de forma especial con una de sus miembros, la arquitecta Marta Urtasun, que, a juicio de Subijana, ha modificado el proyecto y, sobre todo, lo ha mejorado. «Suya ha sido la idea de que cada habitación cuente con un balconcillo y que todos los baños también miren hacia el mar a través de esa gran fachada acristalada».

Caprichos para los clientes

Todavía no se habla de números, pero sí de todos los caprichos con los que contarán los clientes que se alojen en este hotel. «Solo puedo decir que es pequeñito, mimado, y que va a estar atendido de forma muy personalizada».

A ello contribuirán las dos joyas de 70 metros cuadrados cada una, dos habitaciones que contarán con una piscina de 3 por 3,5 metros que desde el baño permite llegar al exterior y mirar al mar.

La entrada que van a compartir restaurante y hotel ya funciona como tal, después de las obras que se hicieron el año pasado, y que incluyeron el salón de aperitivos. Además, y más allá del restaurante para banquetes, este complejo va a contar con una cafetería y un bar con terraza, en la que se podrá picar comida ligera, sobre todo en aquellos días en los que el Akelarre esté cerrado y pensando sobre todo en los clientes. Estas camas se suman a las más de 800 que van a incrementar la oferta hotelera donostiarra.