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ALICIA DEL CASTILLO
Domingo, 9 de agosto 2015, 08:21
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Tras discutir un buen rato entre alguna que otra broma sobre la calidad del mineral, -«el del año pasado no era tan bueno como parecía»- los ferrones comprobaron la carga, que llegó ayer a Urdazubi, en un carro empujado por bueyes. Después fue el momento de negociar. El Abad del monasterio del municipio navarro y uno de los benaqueros de Plentzia cerraron el trato en «13 monedas de oro y un buen número de dulces».
Con motivo del Día del Hierro, por octavo año consecutivo se representó ayer en Urdazubia la escenificación de la última etapa del viaje del mineral. Éste, salido desde las minas de Somorrostro en Bizkaia, llegaba para abastecer al monasterio de Urdazubi. Ayer el trayecto fue seguido por cientos de personas bajo la lluvia.
Escenificación
Pasadas las doce del mediodía dos enormes bueyes llegaron al son del txistu a la Plaza del Monasterio de San Salvador. Tiraban de un carro en el que portaban varios quintales de hierro en un acto que simulaba lo que ocurrió durante siglos. Nada más llegar, el Abad, representado un año más por Javier Larralde Ibarrola, junto a los monjes del monasterio salieron para recibir a los benaqueros de Plentzia. Este año se bailó un aurresku de recibimiento. Después, los ferrones se encargaron de comprobar la calidad del material antes de realizar el intercambio anual de hierro por oro.
Los presentes observaron con atención. Entre ellos se mostraron especialmente interesados una docena de vecinos de Pobeña que caracterizados de la época formaban parte de la comitiva. Como explicaban «hemos venido unas 80 personas de Pobeña, en dos autobuses, para ver donde finalizaba el viaje del mineral». El viaje lo organizaban el Centro Trueba Zentroa y Pobeña 1890. Tras el tira y afloja sobre la calidad y el peso, se llegó a un acuerdo. Conformes ambas partes con las 13 monedas y los dulces, uno de los monjes acercó un cofre lleno de reales de oro -monedas de chocolate- y, contándolos uno a uno y llenándose las manos de caramelos y demás dulces, se cerró el trato.
Historia
Con esta fiesta, la localidad fronteriza rememora su histórica vinculación con el hierro, cuya industria tradicional se desarrolló desde el siglo XII hasta el XIX. Anualmente, en agosto, desde el siglo XVI hasta XVIII, llegaban hasta 10.000 quintales de este mineral procedente de Bizkaia para surtir las dos ferrerías del municipio.
El suministro de hierro llegaba desde Bizkaia a Urdax por el puerto de San Juan de Luz. Los monjes recibían anualmente 10.000 quintales antiguos, que equivaldrían a unos 460.000 kilos. El mineral sacado de Somorrostro se convertía en una preciada mercancía que partía en barco desde el puerto vizcaíno de Portugalete. Tras navegar de cabo a cabo, sin perder de vista la costa, en lo que se denomina el cabotaje del hierro, llegaba hasta San Juan de Luz. Desde ese punto, el mineral se trasladaba a gabarras para remontar el río hasta Askain y desde esa localidad se realizaba la última parte del recorrido hasta Urdazubi en un carro tirado por bueyes.
Para completar la jornada de ayer, en Urdazubi se desarrolló además un animado mercado de artesanía en el que no faltó una exhibición de forja de hierro, una charla, una comida popular y mutildantzas.
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