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JUANMA VELASCO
Sábado, 7 de marzo 2015, 12:19
Los llamamientos a la unidad en el seno de la Iglesia de Gipuzkoa que en los últimos tiempos ha realizado el obispo José Ignacio Munilla parece que no obtienen el resultado deseado. El colectivo Eutsi Berrituz, que engloba a un grupo de sacerdotes, religiosos y laicos de Gipuzkoa, cargó ayer con dureza contra la labor del prelado donostiarra en estos cinco años al frente de la diócesis. Denuncian su «visión eclesial y autoritaria» y le acusan de haber creado «un clima diocesano insano, enrarecido y fracturado». Ante esta situación «delicada», a los integrantes de este colectivo no les queda «sino esperar a que la reforma eclesial iniciada y promovida por el Papa Francisco llegue un día a nuestra diócesis».
El nombramiento de Munilla no fue recibido precisamente entre aplausos por un sector de la Iglesia de Gipuzkoa y, cinco años después, sigue acaparando críticas. «La actuación de José Ignacio Munilla ha traído división y mucho dolor a nuestra iglesia diocesana», aseguran desde Eutsi Berrituz.
En un escrito de siete folios, este colectivo realiza un balance muy negativo del episcopado. Así, en el texto recuerdan que en la eucarística de «toma de posesión del nuevo obispo», el 9 de enero de 2010, la «asistencia de sacerdotes fue realmente escasa». Según señalan, ya entonces «un amplio sector de nuestra iglesia de Gipuzkoa había mostrado previa y públicamente su desacuerdo ante tal nombramiento, ya que era bien conocido su modo de pensar tanto a nivel teológico-eclesial como sociopolítico». Eutsi Berrituz, que se constituyó como colectivo ese 2010, se muestra favorable a la línea marcada por el Concilio Vaticano II «que la iglesia peregrina de Gipuzkoa había recorrido a lo largo de cuatro decenios». Un camino que, según sostienen, «fue desautorizado» con el nombramiento de Munilla, que «destacó por una abierta oposición a su obispo (Juan María Uriarte)» y que actualmente «promueve un espiritualismo preconciliar».
Eutsi Berrituz censura que Munilla «muestra escasa disposición al diálogo y a la autocrítica» y «actúa como si fuera el único y exclusivo propietario de nuestra diócesis». Además, le acusan de tratar a los «sacerdotes y laicos críticos» como «conspiradores que se sitúan fuera de la iglesia», al tiempo que «va desarrollando toda un estrategia de incorporación de sacerdotes foráneos afines a su sensibilidad».
El colectivo crítico asegura que el magisterio episcopal del actual obispo es «teológicamente pobre y no sintoniza con la cultura y el sentir de nuestro pueblo, ignora los signos de los tiempos actuales y se muestra excesivamente polémico y condenatorio de muchas sensibilidades sociales. En consecuencia, es frecuentemente ignorado en nuestra Iglesia y en nuestra sociedad». Además, sostienen que «el pensamiento y la actuación de Munilla están lejos de la sensibilidad, el pensamiento y la actuación del Santo Padre».
Por este motivo, Eutsi Berrituz asegura que «no nos queda sino esperar que al reforma eclesial iniciada y promovida por el papa Francisco llegue un día a nuestra diócesis y esta pueda recuperar el clima necesario de sintonía y comunión».
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