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Dos jóvenes examinan la pantalla de un móvil mientras las impresoras hacen su trabajo de forma automática.
Y las impresoras crearon las manos

Y las impresoras crearon las manos

Don Bosco celebró el sábado un encuentro en Errenteria donde se fabricaron diez unidades. La piezas han sido donadas a la Cruz Roja, que las destinará a personas que han perdido la extremidad, algunas por minas antipersonas

JAVIER PEÑALBA

Domingo, 8 de junio 2014, 00:18

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Nunca antes Euskadi había registrado tal concentración de impresoras 3D. Ocurrió ayer por primera vez. Las instalaciones del Instituto de Formación Profesional Don Bosco en Errenteria fueron el escenario elegido. 34 impresoras, la mayoría de ellas construidas de manera 'artesanal' participaron en un proyecto solidario, una iniciativa cuyo objetivo era construir manos para niños que han perdido o carecen de esta parte de sus extremidades por razones diversas, entre otras víctimas de minas antipersonas.

El polideportivo de Don Bosco era un hervidero de jóvenes electrónicos que se esforzaban en ultimar los preparativos que les permitieran poner en marcha sus impresoras.

Entre todos ellos, Carlos Lizarbe, profesor de Electrónica en el centro errenteriarra e impulsor de la iniciativa, supervisaba la situación. Lizarbe explica que Don Bosco ha apostado de manera decidida por «las nuevas tecnologías» y que guiados por este espíritu «hemos trabajado este año en torno a un proyecto 3D. Hemos creado un laboratorio que, según creo, era el primero de este nivel que hay en el Estado».

El profesor detalla que idearon la concentración como «colofón» al curso. «Se nos ocurrió hacer una fiesta de la impresión 3D. Dijimos, ¿a ver si logramos reunir diez o quince impresoras, pasamos un día juntos y compartimos experiencias», afirmó Lizarbe.

Pero reunirse para únicamente hacer piezas y al final del día decir, qué bonito, no les pareció lo más apropiado para la ocasión «¿Por qué no de la damos una vuelta?», se dijeron. Y de aquella vuelta surgió la propuesta solidaria de ayer.

Desde Don Bosco, la comunidad educativa estableció contacto con la Cruz Roja, a cuyos gestores trasladó la propuesta. Como no podía ser de otra manera, la idea les encantó.

Según las estimaciones, una mano como las confeccionadas ayer tienen un coste de 15-20 euros cuando una prótesis comercial puede superar los 60.000 e incluso llegar hasta los 80.000.

Reportaje completo en EL DIARIO VASCO y Kiosko y Más

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