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Domingo, 12 de marzo 2017, 17:52
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A sus éxitos cinematográficos, televisivos y musicales, Jennifer Lopez (Nueva York, 1969), famosa también por sus sonados romances y rupturas, suma cada vez más adeptos en el universo de la moda. Sus iniciales -J LO- son una de las mejores garantías profesionales en el Hollywood actual. La primera actriz latina en ganar un millón de dólares por película es un negocio. Convierte en oro todo lo que toca.
Los diseñadores se rifan a esta artista que marcó un antes y un después en la alfombra roja desde que lució en la gala de los premios Grammy de 2000 un escotadísimo modelo verde de Donatella Versace. «Sé que todo el mundo se acuerda de aquel vestido, pero soy más de sus trajes con cota de malla o cristales Swarovski», detalla.
Amante de los aros, vaqueros y brillos, ha lanzado una colección de zapatos junto al diseñador italiano Giuseppe Zanotti. «Vino a mi casa, se suponía que íbamos a decirnos 'hola y ya está', pero acabó quedándose varias horas», desvela. El zapatero echó un vistazo al vestidor de la estrella, con tal mala suerte que, con los nervios a flor de piel, tropezó y derramó sobre la alfombra el café mexicano que J LO le había ofrecido poco antes. «Ensucié la moqueta y los zapatos. Fue un desastre. Hasta manché un cuadro. Estaba mortificado y me puse completamente colorado», recuerda de aquel incidente. Algunas de las alianzas más sólidas de la moda surgieron de encontronazos inesperados. De aquel café por los suelos irrumpe ahora una colección de lujo que refleja el estilo de Jennifer, que ya posee una línea de ropa. La colección incluye botines con cristales y zapatillas deportivas con cuña exagerada. Como es J LO.
Pero, ojo, que la exmujer de Marc Anthony parece haber entrado en una fase de cierta contención. «La gente me asocia con el brillo. Quería asegurarme de que esta colaboración lo reflejara, pero añadiendo algunos estilos más glamurosos y de alta moda», subraya. Zanotti asegura que Lopez es una mujer «muy dulce», aunque fue muy puntillosa en todo lo referente a los detalles de los diseños. «Es una artista, pero vive Dios que específica», aclaró. Visto que es una máquina de hacer dinero, sólo queda preguntarse el tiempo que la estrella latina tardará en ponerse las botas. En todos los sentidos.
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