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Becker (derecha), junto a Santana en el último Madrid Open. EFE
Becker se 'refugia' en la diplomacia

Becker se 'refugia' en la diplomacia

Apela a la «inmunidad» como agregado de la República Centroafricana para evitar un juicio por deudas, mientras se subastan 81 de sus bienes

J. VÁZQUEZ

Martes, 19 de junio 2018, 00:31

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Ha firmado dos libros autobiográficos, aunque, en realidad, su vida da para unos cuantos sainetes y algunos culebrones. A sus 50 años, las andanzas de Boris Becker, aquel tierno pero fornido alemán que en 1985, con 17 añitos, se convirtió en el tenista más joven en ganar el torneo de Wimbledon y que en los años sucesivos se anotó otros cinco títulos de Grand Slam además del oro en dobles en Barcelona'92, han llenado más páginas de sucesos y papel cuché que crónicas deportivas. Incluidos dos matrimonios, un divorcio que le costó 14 millones de euros en 2001, otra reciente separación, cuatro paternidades de tres mujeres diferentes, el reconocimiento forzado de la tercera de sus hijas, Anna, de 18 primaveras, fruto se dice de una felación practicada por la modelo Angela Ermakova en el restaurante londinense Nobu,... y, en fin, numerosos episodios mundanos salpimentados, cómo no, por los derroches y despistes económicos que suelen acompañar a este tipo de peripecias.

El extenista, que físicamente parece estar mutando en el actor Donald Sutherland, protagoniza ahora dos capítulos de esos que generan cierta compasión. El primero no tiene desperdicio: vía tuit, Boris ha reivindicado «inmunidad diplomática» para eludir la causa judicial que un banco inglés tienen abierta contra él por una «considerable» deuda. Se ha basado en su condición de «agregado de la República Centroafricana en la Unión Europea para asuntos deportivos, humanitarios y culturales» para solicitar al Tribunal Supremo del Reino Unido el fin del proceso. En efecto, Becker fue nombrado en abril representante oficial del país africano, pero no parece que esto vaya a detener a los abogados de la entidad financiera acreedora, que le reclama cerca de 3,8 millones de euros desde 2015. La propia Justicia británica declaró hace un año al alemán oficialmente en situación de bancarrota.

En opinión de sus abogados, la nueva vinculación del encausado con la República Centroafricana hacen que su cliente «no pueda ser sometido a un proceso legal en las cortes de ningún país». Y el exjugador ha añadido que quiere «poner fin a esta farsa» para «empezar a reconstruir mi vida».

La mansión 'okupada'

Mientras, y este es el segundo capítulo de actualidad, el administrador de la causa de insolvencia ha decretado que salgan a subasta 81 objetos del exjugador, incluidos trofeos y prendas que usó durante su vida deportiva, relojes, medallas y raquetas. Todo ello se encuentra ya a la venta online en la casa británica Wyles, Hrdy&Co hasta el próximo día 28.

Becker, el chico que exhibía en las pistas aquel potentísimo golpeo que le valió el sobrenombre de 'Bum Bum', ha dilapidado una fortuna que se calculaba en cien millones de euros, 25 de ellos correspondientes a los premios por los éxitos deportivos que le convirtieron en el número uno del mundo durante doce semanas de 1991. Ya en 2002, el extenista fue condenado en Alemania a dos años de libertad condicional y multa de medio millón de euros por haber evadido 1,7 millones en impuestos entre 1991 y 1993.

Uno de los signos paradigmáticos de la decadencia económica del que fuera ídolo tenístico se encuentra en su mansión mallorquina, abandonada en los últimos años y ocupada hace un mes por el también alemán Georg Berres. La propiedad fue tasada en su día en diez millones de euros, aunque ahora se encontraba invadida por la maleza y la suciedad.

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