Del Aguirre de Irun al Otaegui de Donostia: los siete nuevos Soletes de Gipuzkoa
La guía Repsol premia a tres restaurantes, tres pastelerías y un bar de nuestro territorio. Galardones que homenajean la tradición y reivindican tanto los negocios clásicos que han resistido al paso del tiempo como el empuje de los más jóvenes que han decidido apostar por lo auténtico
Gipuzkoa tiene siete nuevos Soletes. Siete establecimientos que han sido galardonados por la prestigiosa guía Repsol. Un premio que les servirá para atraer a más clientela al formar parte de una exclusiva lista que reúne de lo bueno, lo mejor. ¿Pero dónde están esos siete nuevos locales? ¿Son restaurantes o bares de la capital o están repartidos por todo el territorio?
Publicidad
Pues hay de todo, como en botica. Hay tres restaurantes, tres pastelerías y un bar. Están ubicados en San Sebastián, Irun, Azpeitia, Usurbil, Bergara y Albiztur. Los premiados son Otaegui, Tamboril, Aguirre, Kiruri, Patri, Raizabal y Segore Etxeberri.
Otaegui es una pastelería donostiarra cuyo local de la calle Narrika ha reabierto sus puertas en marzo de 2024 tras una reforma interior que ha permitido ampliar la superficie manteniendo su espíritu centenario. Entre sus delicias, que son muchas, hay un hueco especial para la pantxineta.
El otro local premiado de la capital es el bar Tamboril, llevado por la familia propietaria del mítico Ganbara. Su barra está repleta de pintxos tradicionales, destacando entre ellos el de champiñones. Pero no se pierda tampoco el atún en escabeche, la merluza rebozada, las kokotxas de merluza rebozadas, txangurro, txuleta, chuletillas de cordero, tortilla de bacalao...
De un salto nos plantamos en Irun, donde la pastelería Aguirre es un clásico de la repostería guipuzcoana. El brioche hojaldrado acapara todos los focos, pero también hablan maravillas de sus bombas de crema, el milhojas y la tarta de hojaldre con merengue.
Publicidad
Otra pastelería galardonada ha sido Raizabal, en Bergara. Basilio Raizabal se inició desde niño como aprendiz de artesano del dulce en la Pastelería Pía, para abrir en 1908 su propia pastelería. Actualmente, la cuarta generación de la familia continúa elaborando dulces tradicionales de Bergara. Entre otros, los rellenos y tostones. Los rellenos son dos capas de fino bizcocho rellenas de huevo mol (yemas batidas con azúcar), cubiertas con un almíbar fuerte que se solidifica a causa del calor del horno. Los tostones, por su parte, surgen del aprovechamiento de las claras sobrantes de la fabricación de los rellenos. Estas claras se baten con azúcar, se hacen unos montoncitos, se cubren con almendra picada y se tuestan en el horno.
Euskadi cuenta con 335 soletes, de los que 140 están en Gipuzkoa
La guía Repsol ha destacado también el restaurante Kiruri de Azpeitia, situado al lado de la basílica de San Ignacio de Loiola. Un clásico del Urola, abierto en 1847, que ha acogido multitud de celebraciones. En Usurbil se halla el Patri, buen lugar para disfrutar de un menú del día de raciones generosas. Finalmente, en el corazón de Gipuzkoa, en Albiztur, con unas inigualables vistas al Txindoki, está el Segore Etxeberri. Un caserío muy grande con parque para que jueguen los niños. Dentro, un menú tradicional con especial mención para las alubias.
Publicidad
Diez soletes en Bizkaia y cuatro en Álava
En el caso del País Vasco, ha habido 21 negocios que han recibido el Solete con Solera: diez en Bizkaia y cuatro en Álava. Con estos más de 300 nuevos Soletes repartidos por toda España, la distinción de Repsol supera en su décima edición los 4.400 distintivos amarillos en su vocación de llegar a toda la geografía, de los que 335 son de Euskadi y 140, de Gipuzkoa.
Repsol busca homenajear la tradición de los negocios clásicos junto al empuje de los más jóvenes
Repsol subraya que los nuevos Soletes homenajean la tradición y reivindican tanto los negocios clásicos que «han resistido al paso del tiempo» como el empuje de los más jóvenes que han decidido apostar por lo «auténtico». En definitiva, estos premios homenajean a las casas de comidas con arraigo, a las barras que podrían contar miles de historias, a los hornos tradicionales y a las familias que han transmitido el oficio durante generaciones hasta convertirse en una institución. Se trata de la décima edición de los Soletes y la tercera entrega presencial de los Soletes con Solera, tras la celebrada en Ibiza en 2022 y en Santander en 2023.
Publicidad
«Queremos celebrar a quienes se han mantenido fieles a los sabores en los que se reconocen varias generaciones. Estos Soletes con Solera comparten una filosofía común que se nutre del entorno y la herencia recibida, tan vigente en pueblos y ciudades pequeñas y que en los últimos tiempos ha contagiado de ese arraigo a las grandes urbes y a una parte de los que están estrenando sus negocios», explica María Ritter, directora de Guía Repsol.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión