Ha habido reencuentro. Y ha sido feliz

Lo dijo Julie Andrieu, verdadera musa de este año, y lo reafirmaba ayer la improvisada 'cumbre' del periodismo gastronómico reunida en el Kursaal en torno a Benjamín Lana para la presentación de su libro 'Animal cocinero': la cocina habla de la gente, de nuestro tiempo, de la sociedad en que vivimos. Por eso este es un congreso sobre gastronomía pero también todo un tratado sociológico con momentos en que se combina el rigor con la diversión, como ese concurso de parrilla que es uno de los actos más mediáticos, y que esta vez fue para los fogones catalanes.

Para la pequeña historia, o la grande, queda la cena del martes en el Narru, un desafío superado con nota por Iñigo Peña y su equipo. Su restaurante es ya un referente en la vida gastronómica de Donostia, pero se enfrentaba al reto de servir una cena de máximo nivel para un centenar de invitados entre los que figuraban destacados representantes de la cocina y la prensa internacional. Y Peña lo bordó siendo fiel a sus señas de identidad: el mejor producto tratado con mimo.

El lunes le había tocado a Elkano de Getaria, que también volvió a triunfar. Ayer Aitor Arregi y su equipo explicaron en el escenario su forma de trabajar. El Kursaal ha acogido a lo mejor de la gastronomía internacional pero los de casa siguen brillando. Y con reconocimientos: Joxe Mari Aizega y sus compañeros del Basque Culinary Center celebraban con alegría el reconocimiento de la CE a sus programas de emprendimiento.

Era una edición difícil y se cerró con nota. El año que viene, si no hay novedad, más y mejor, con regreso a las fechas de primeros de octubre. Habrá más reencuentros y seguro que serán felices.