Altuna Boutique Bar: un mercado en el bar

Porque si algo tienen claro Usoa Martín y Pablo Aguilar, es que el buen servicio es indispensable, cuidar y mimar a todo aquel cliente que se acerque al Altuna Boutique Bar es. El equipo del Altuna te recibe con una sonrisa, te ayuda y te guía entre sus propuestas culinarias, te aconseja en la composición del menú y te atenderá tan bien que hasta te sentirás importante y querido.

Partiendo de un producto seleccionado, lo visten y acompañan de elaboraciones y preparaciones caseras. Cuentan con dos cocinas, una en barra dónde trabajan los ahumados y salazones, y otra interior, de donde salen los platos calientes y preparan pequeños tesoros que acompañan a los productos que visten y adornan los rincones del Altuna Boutique Bar. Porque, ese también es uno de sus puntos fuertes, la boutique, pudiendo comprar la mayoría de los productos con los que nos deleitan y cuidan.

Llegados a este punto os estaréis preguntando, muy bien la filosofía, pero, ¿con qué platos podremos disfrutar en el Altuna? Yo me acerqué en plena resaca post-navideña. Llevaba tiempo con el restaurante en mi listado de candidatos a ser visitados. Reservé mi mesita y me acomodaron en un rincón desde donde tenía perspectiva de todo el comedor.

Se acercó Usoa, eso sin saber que ella era uno de los dos pilares del Altuna y sin que ella supiera que los visitaba con el objetivo de escribir sobre ellos. Y al darme la carta me preguntó si era la primera vez que los visitaba y le contesté que sí, por ello, tuvo la deferencia de explicarme paso a paso en que consistía su carta, además de presentarme los platos que aquel día estaban fuera de carta, propuestas gastronómicas de temporada y por las que os recomiendo preguntar, detalle que agradezco.

Tras varios minutos de deliberación le planteé mi idea de comida y tras seguir su sugerencia al final opté por empezar con un canapé de anguila ahumada del Ebro acompañada de compota de manzana, lascas de manzana Granny Smith y chips de patata morada, un bocado que es fiel reflejo de la apuesta y propuesta gastronómica del Altuna, un muy buen producto, como es la anguila ahumada, acompañada de pequeñas elaboraciones caseras, que se juntan y se convierten en un festival y juego de sabores.

Desde que abrí la carta me llamó la atención su apuesta por el tomate, un producto tan reconocido en nuestras casas, que lo presentan en diferentes ensaladas. Cabe destacar, que echan mano del mejor tomate que encuentren en esa época del año, pueda ser vasco o andaluz, porque a Pablo y Usoa les preocupa la calidad del producto, donde hay el mejor tomate, hasta allí van en su búsqueda. Podremos tomarlo tal cual con aceite y sal o acompañado de mojama y pesto o con bacalao ahumado y alcaparrón. En mi caso me decanté por acompañarlo de bonito y anchoa, la divina trinidad gastronómica, algo tan sencillo, pero tan rico, tan maravilloso, que, si le añades un aceite de otra galaxia, apaga y vámonos.

De segundo plato, tenía claro que optaría por alguna de sus sugerencias de temporada, estuve en duda entre el revuelto de angulas de monte y trufa o los escalopines de atún rojo. Al final, opté por la segunda opción y no me arrepentí para nada, un sabroso bocado, que me encantó. El atún rojo es uno de los protagonistas del Altuna, por no decir el rey, atún que llega del Estrecho, salvaje, pescado al estilo tradicional y sacrificado siguiendo la técnica japonesa del 'Ike Jime', y que lo podremos tomar en escalopines o en chuleta, todo un manjar. Terminé con una lemon court, un plato con crema de limón, merengue quemado, almendra garrapiñada y miel macerada con Huacatai. Gran colofón.

Y hasta ahí llegué, quedándome en el tintero canapés, platillos como la sopa de ajos de la abuela o molletes. Volveré! On egin!