Bodegón Usarbi: honestidad en el plato

Bodegón Usarbi se encuentra en la Plaza Catalunya de Gros y en cierta medida, puede pasar un poco desapercibido, porque se encuentra en un bajo, pero sí que merece adentrarse y bajar sus escaleras, porque os encontraréis con un lugar acogedor, puesto con mimo, con la madera como gran protagonista del diseño y que acompaña y ayuda a que la experiencia gastronómica sea muy buena.

Nos adentramos y nos sentamos. Cogimos la carta y el dilema de siempre, ¿Qué comemos? Un surtido de platos que llaman la atención, que apetecen y entre los que cuesta elegir. Ante propuestas tan atractivas no sabíamos por dónde encaminar nuestra cena, aunque optamos por apostar directamente por los platos principales de temporada.

Antes del festín, un aperitivo, unas croquetas de jamón, que están para chuparse los dedos, desde que publiqué aquel artículo sobre las croquetas no hago más que encontrarme en el camino con croquetas que ponen en duda mi ranking. Tras el aperitivo, un plato de temporada, unas alcachofas con hongos y jamón. No podíamos haber elegido un mejor inicio, producto top de temporada, elaborada en su punto perfecto, unas alcachofas deliciosas, bordadas a las que acompañaban perfectamente unos buenos hongos de temporadas y unas deliciosas lonchas de jamón. Un plato de diez, muestra clara de la filosofía culinaria del Usarbi.

Tras las alcachofas, dos platos de pescado, fruto de la indecisión por elegir un solo plato. Por un lado, un espectacular atún rojo fresco, elaborado en su punto, marcado a la plancha y con el centro rojito, poco hecho, que es su punto. Me cautivó, acompañado de una ensalada y el refrito, se convierte en la versión propia de la tradicional chuleta con ensalada. No se quedó atrás, para nada además, el pescado del día con la emulsión de su refrito, una maravillosa lubina, elaborada de diez, que hizo las delicias de nuestros paladares.

Muestra del dominio de las técnicas culinarias y del conocimiento de los puntos de cocción de los productos es el magret de pato. Me arriesgaría a decir que ha sido uno de los mejores magrets que he comido, pleno de sabor, jugoso y en su punto perfecto. Acompañado de un cremoso de patata y setas de temporada se convierte en un gran plato, sí señor.

Para terminar, todavía nos quedó un hueco para el dulce. Siguiendo la recomendación de la camarera optamos por la creme brulé de chocolate. Qué delicia, qué maravilla, queécombinación más agradable en boca el del chocolate y el helado de sésamo, un gran colofón a una gran experiencia culinaria.

En el tintero se nos quedaron el secreto ibérico, el salmón marinado con salsa tártara, el ravioli de rabo de toro, su versión del bacalao club ranero con ajoarriero, el revuelto de callos y morros de bacalao, el pincho de huevo, patata y papada o la tarta de quesos. Se quedaron en el tintero, no se sabe hasta cuándo, porque claro, dentro de su pasión, su honestidad y su inquietud, la cocina del Usarbi está en constante evolución, cambia variando productos o buscando mejorar y perfeccionar los platos ya existentes. Es una cocina viva y de continuo aprendizaje.

Un lugar diferente, especial, que cuenta muchas cosas a través de sus platos y copas, porque mención especial merece también su apuesta por los buenos vinos, una carta con gran presencia de vinos locales y dónde muchos de ellos podemos pedirlos por copas, pudiendo jugar y hacernos nuestro propio maridaje entre pinchos y vinos. Los miércoles, día de Gastrowina en el Usarbi, un nuevo vino para probar, y los jueves Pintxopote, buen día para probar algún nuevo pincho. Un gran lugar, sí señor. On egin!