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Una cocina que mira al mundo
Ambigú Estación | San Sebastián

Restaurante Ambigú Estación en San Sebastián, una cocina que mira al mundo

Una propuesta diferente, con un punto exótico y el producto de temporada como pilar

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Martes, 18 de mayo 2021

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Con el Ambigú Estación me pasaba como con otros muchos bares, haber paseado muchas veces frente a su puerta, siempre tener curiosidad por conocer lo que se esconde, pero que siempre seguía ahí, sin haber cruzado la entrada, sin haber saciado mi curiosidad. Fue Iñigo Prado, del N06 donostiarra, quien me puso sobre aviso, recomendándome visitarlo y destacándolo como uno de los proyectos gastronómicos más interesantes de nuestra ciudad.

Desde entonces se encontraba en el radar, en ese listado en el que suelo apuntar los bares-restaurantes proclives a que sean visitados. Pero entre una cosa y otra no fue hasta hace un mes cuando encontré un hueco en la agenda para conocer de primera mano la propuesta gastronómica de este bar ubicado en la Parte Vieja donostiarra, en la calle Aldamar.

Ambigú Estación

Carta

Era un jueves al mediodía, me acomodé en el coqueto comedor interior y me puse a mirar la carta en busca de los platos que completaran el menú. Entre tantas propuestas atractivas, pedí consejo al camarero para que me ayudara y guiara en la confección del menú y así hizo. Comenzamos con un pincho de alcachofa, que estaba en plena temporada. Una alcachofa diferente que me supo a gloria. Cocida, en su punto de cocción perfecto que luego terminan dorando en la mantequilla tostada, lo cual le da un toque más que interesante. Acompañada de nueces tostadas y lascas de parmesano, me pareció un gran pincho, un gran homenaje a este producto que tanto mimamos y disfrutamos en nuestra cocina.

A continuación, un plato que me encantó. Los raviolis de langostinos. Un buen plato, bien de cantidad, con unos cuantos raviolis que se comían como pipas. Fue saborear el primero y no poder parar, un auténtico vicio. Para elaborar los raviolis parten de la pasta wonton, tradicional en la cocina china, y los rellenan con los langostinos que han sido marinados anteriormente con jengibre y ajo, con esos toques y matices asiáticos que lo convierten en un gran plato. Pero si los raviolis estaban deliciosos, qué decir de la salsa que los acompañaban, una especie de salsa americana elaborada con las cabezas y cáscaras de los langostinos y que también lleva soja, de toma pan y moja. Para completar el plato, una yema de huevo en crudo. Un plato que os recomiendo degustar.

Para terminar el menú estuve en duda entre la cachapa de secreto ibérico y el asado negro estilo pastrami. El camarero me recomendó apostar por la cachapa y he de agradecérselo. La cachapa es un plato típico venezolano elaborado a partir de maíz crudo, una especie de arepa y que podríamos compararlo con el tradicional talo aunque este es mucho más jugoso. En el Ambigú lo rellenan de secreto ibérico que acompañan con una salsa de tamarindo y cilantro. Una delicia de plato en boca, lo degusté con tranquilidad para saborearlo en su plenitud.

Para poner el punto final, qué mejor que una buena torrija elaborada a partir de un buen pan brioche y siguiendo la receta tradicional con canela, leche y huevo. Una muy buena torrija acompañada de helado de vainilla.

Fue una gran experiencia gastronómica, diferente a lo que podemos encontrar en la Parte Vieja donostiarra. Una cocina de producto, técnica y conocimiento. Una propuesta culinaria que tiene como pilar el producto de temporada, muestra de ello la maestría con la que cocinaron unas muy buenas alcachofas o los espárragos que también podremos encontrar en su carta, y que por ello es muy cambiante. Una cocina que mira al mundo, con toques exóticos, atractivos y que tiene una gran influencia sudamericana. El objetivo, muy claro, ofrecer una cocina propia, personal, especial, una gran cocina. Al frente, Luis Ángel Pulido, un venezolano llegado a nuestra tierra para realizar un máster en Innovación y Gestión de restaurantes en el Basque Culinary Center y cuyo sueño era montar su propio proyecto, lo que consiguió en 2014.

En el tintero se quedaron por probar platos como las tradicionales arepas venezolanas que podemos tomarlas en versión vegetal o rellanas de pollo, bacon, mahonesa y aguacate, aunque seguramente volverá en poco tiempo el de pulpo asado; el carpaccio de solomillo; el asado negro al estilo pastrami que me llamó la atención; o un buen milhojas de plátano como postre. Todo ello lo podremos acompañar de una buena selección de vinos, ya en ampliación, y terminar la velada con uno de los cocktails que encontraremos en su surtido clásico, ideales para disfrutar en su nueva terraza. Aunque me haya costado visitarlo nos encontramos ante un lugar muy a tener en cuenta. On egin!

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