Restaurante N. 06: buen vino y gran cocina

Ubicado en pleno centro donostiarra, podríamos decir que pasa en parte desapercibido, unas pocas mesas en el exterior y N.06 en la fachada. Pero es un lugar cuya puerta merece la pena cruzar. Entras, y a la derecha una pequeña barra y unas pocas mesas, y a la izquierda una larga hilera de baldas llenas de interesantes propuestas vinícolas. Un largo pasillo y al fondo el comedor principal podríamos decir, rodeado también con más vinos, de camino dejamos atrás una cocina, de espacio más bien pequeño, pero al que sacan un gran rendimiento y de donde salen las propuestas gastronómicas que luego satisfacen nuestros paladares.

«Es un lugar especial, un lugar diferente, un joven proyecto emprendedor que dirige Iñigo Prado y que abrió sus puertas en agosto de 2018. No ha sido un camino fácil, lleno de obstáculos, lleno de cambios. Iñigo tenía muy clara la idea que quería implantar en su negocio, partiendo de los 'wine bar' que es habitual encontrar en ciudades europeas, planteaba un lugar donde poder disfrutar de un buen vino tranquilamente, donde todo tiene su importancia, desde el propio lugar hasta la selección musical, en gran medida jazz, y poder estar, degustar y conocer diferentes vinos seleccionados por el propio Iñigo, que se ha formado como sommelier en Barcelona y el Basque Culinary Center y ha trabajado en lugares como el Bullilab, el laboratorio de El Bulli, Hiruzta, Gramona y Sal de Añana, siempre rodeado de un producto de calidad.

A mediados de febrero me acerqué al N.06 a conocer su propuesta gastronómica. Me acompañaba mi buen amigo Borja Vaquerizo, jefe de cocina del Gandarias y buen conocedor del producto y de la buena cocina. Nos sentamos en el comedor y nos sumergirnos en su carta, carta que en pocas fechas sufrirá varios cambios, con nuevos platos que se amolden a la temporalidad de los productos.

Comenzamos con el bocado de sardina fumada, un ahumado algo más suave, y que viene sobre una tosta de pan de cúrcuma, nueces y pasas, con una cama de tomate comcassé y parmesano, sobre el que ponen el lomo de sardina. Un bocado más agradable, entendí la recomendación que me dieron de que probar la sardina era indispensable si visitaba el N.06. Se ha convertido en uno de sus pinchos estrella.

También probamos el rissotto de calabaza y foie, un plato sorprendente, muy bueno, nos gustó mucho, el juego entre las diferentes texturas de la calabaza, el acompañamiento del foie, que casa a la perfección, un plato que no te deja indiferente y que es clara muestra de la apuesta por la buena cocina de Iñigo y su equipo.

La semana pasada ya os hablé y recomendé su steak tartar, que elaboran partiendo de un buen solomillo, cortado a mano y que cuenta con su toque picante. Y qué dos platos calientes comimos. Por un lado, la merluza, que era el pescado del día. Viene acompañada de alcachofas navarras y salsa Bagna Cauda, una salsa de la cocina italiana que se elabora a partir de anchoa, ajo y aceite y que la aligeran añadiéndola tapioca, patata y nata, un gran plato. Por otro lado, el brioche relleno de presa ibérica y encurtidos. Qué decir de este plato, un auténtico manjar, un juego de sabores que sorprende y es muy agradable en boca, una especie de sándwich de brioche que lo rellenan con la presa ibérica y acompañan con el rabanito y pepino encurtido y un queso crema, un gran juego de sabores y sensaciones, un plato maravilloso.

Si no había sido suficiente, podemos decir que la guinda dulce de la comida casi supera al salado. Vaya dos postres que probamos, las dos estrellas de la casa, el lemon pie y la tarta de queso. Cada cual mejor, los dos de disfrutar cada bocado, cerrar los ojos y saborearlos, postres tradicionales, pero traídos a su estilo, a su gusto, con cuidadas presentaciones, pero que son una auténtica bomba, dos maravillas gastronómicas, que no podéis dejar de probar.

Una gran experiencia que estuvo regada por los vinos que nos iba recomendando la camarera. Porque ese sí es un apartado a destacar del N.06. Una selección personal, para el cual tiene muy en cuenta las recomendaciones, las propuestas de sus proveedores. La oferta por copas va variando y la carta de vinos es de mucha calidad, entre los que están todos los que se exponen en todo el bar. Lo mejor, dejarse recomendar en el apartado vinícola.

Si optamos por tomar una buena copa de vino en la zona de barra, podremos acompañarlo de raciones como la tabla de queso, la de patés y foie-gras, las aceitunas de Bretxoliva o el lomito de Domecq, grandes productos, grandes platos, una gran cocina que acompaña sus grandes vinos. On egin!