El plato siempre tiene que acabar igual, reluciente

Tan importante como la comida, es el plato en el que se sirve. Y sobre todo, que esté limpio. De eso se encarga la empresa de origen alemán Winterhalter. El mayor fabricante de lavavajillas del mundo no solo ofreció ayer algunos de los ejemplos de sus mejores productos, sino que contó con dos clientes para llevar a cabo una actividad de degustación bajo el título 'El Brillo del Sur'.

Dos clientes, pero de mucho renombre. Los chefs Benito Gómez (restaurante Bordal, Ronda) con dos estrellas Michelín e Israel Ramos (restaurante Mantua, Jerez de la Frontera) con otra estrella más, fueron los encargados de dirigir una cata de cuatro platos que acompañaron a cuatro vinos de Jerez.

La globalidad de mercado con la que cuenta Winterhalter quedó reflejado en los cuatro platos presentados en el día de ayer en los que se combinó el producto andaluz de kilómetro cero con elaboraciones y elementos que hicieran al comensal viajar a otros puntos del globo terráqueo como Asia o Latinoamérica. Una fusión que simboliza a la marca de lavavajillas alemana. Un producto autóctono que se extiende a lo largo de todo el mundo.

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