Las lecciones de Carme y sus amigos
Fuera de carta ·
El homenaje de San Sebastian Gastronomika a Carmen Ruscalleda se convirtió ayer en un homenaje de la cocinera catalana a la gastronomía tradicional y a la gastronomía contemporánea. La gran dama de la cocina agradeció ayer el tributo de sus colegas con un emocionado discurso en el que alabó tanto los fogones de siempre como los fogones modernos, las recetas de toda la vida y los últimos inventos, los platos de las mujeres y los platos de los hombres. Ruscalleda brindó a este congreso uno de sus grandes momentos, y lo hizo rodeada de sus amigos vascos, sus colegas catalanes y el aplauso de chefs llegados de todo el mundo. Hace quince días el Kursaal vivió el momento 'Pe-Bono' y el mismo escenario vivió ayer el momentazo Ruscalleda, también lleno de sorpresas. Viva el glamour.
Es ya un tópico repetir eso de que San Sebastian Gastronomika es un referente en la cocina internacional, pero año tras año se confirma que los tópicos, aquí también, son verdad. La foto de 'Ruscalleda and friends' sobre el escenario del Kursaal es ya un icono, pero también es un referente la cena en honor a la catalana en el Basque Culinary Center servida anoche por los triestrellados chefs de la versión española de la Guía Michelin. Como la cena inaugural, en Getaria, oficiada por el 'dream team' del lugar donde nació Juan Sebastián Elcano. San Sebastian Gastronomika da la vuelta al mundo en ochenta fogones desde hace años, y en este octubre lo hace aún con mayor énfasis por el quinto centenario del navegante.
El Kursaal es una Babel donde se mezclan idiomas, culturas y gastronomías con el lenguaje común del buen rollo. Este congreso, pionero en su campo, sabe como ninguno combinar el rigor de las ponencias con la diversión de las cosas del comer y del beber, la emoción de los homenajes con la profesionalidad de una feria. Nada mejor para celebrarlo que una chuleta en su 'asador', oficiado este año por Cárnicas Goya y sus amigos de la parrilla. Josean Goya celebra los 50 años del negocio familiar y ha puesto en el Kursaal un rótulo propio de los Goya. ¡Pero los del cine!