Los mejores steak tartar

La casa de David Arellano y Mariana Morán, una gran casa de comidas, uno de los grandes descubrimientos de este último año, por su amabilidad, por su cuidado y por su gran calidad gastronómica. Grandes platos, grandes elaboraciones, pero qué decir de ese steak tartar. Todavía recuerdo la visita al Eme Be Garrote, dónde ejercía anteriormente David, y cómo disfruté con su steak tartar. Al visitarlo en el Damadá tenía claro que ese sería uno de los platos elegidos y no me defraudó. Un steak tartar con aires mexicanos con ese tomate achipotlado que le da un toque bixigarri más que interesante al plato, que acompaña perfectamente una carne de primera calidad, un steak tartar que es un viaje al país natal de Mariana, un viaje a México en cada uno de sus bocados.

Han pasado ya más de tres meses desde mi última visita al Elosta y todavía recuerdo con una sonrisa la experiencia gastronómica vivida ahí. Un viaje a través de Perú y Japón, sin movernos de Donostia, un viaje gastronómico de la mano de Mikel López y Sofía Córdova. Los tartares de atún y vieira no faltan, maravillosos, sí, pero si hay un plato que me enamoró, que me cautivó, fue el tataki de atún. Me dejó sin palabras, el sabor y calidad del atún y qué bien le iba el acompañamiento del ajoblanco, que es como para comerlo a cucharadas, un gran plato, sí señor. Aunque también recuerdo como algo maravilloso ese nigiri de carabinero que es puro sabor, puro festival en boca, con el carabinero en crudo que te acerca al paraíso.

Uno de los últimos descubrimientos donostiarras, del cual os hablaré la semana que viene profundamente. Ubicado en pleno centro de la ciudad, en la calle Garibay, a pocos metros de la Parte Vieja, Iñigo Prado busca ofrecer una filosofía gastronómica en la que disfrutar y estar tranquilo. Un local lleno de grandes referencias vinícolas, pasión y seña de identidad de la trayectoria de sommelier de Iñigo. Pero esos grandes vinos vienen acompañados de grandes propuestas culinarias, entre los que se encuentra un steak tartar de chuparse los dedos. Un steak tartar muy clásico, partiendo de un solomillo de calidad, cortado a mano y con un aliño que cuenta con un toque picante que acompaña muy bien, un plato delicioso, muy recomendable.

Un lugar especial, en pleno Gorbea, en la localidad alavesa de Izarra, en su calle Mayor, un antiguo caserón que guarda un gran restaurante, una gran cocina dirigida por Sergio Mariscal y María Aniz, dos jóvenes emprendedores. Estuve a principios de febrero y fui feliz y me sorprendió el gran nivel culinario, entre los que voy a destacar el tartar de atún y tomate con aceite de albahaca. Un plato muy visual, que es una pequeña obra de arte. Primero probé el aceite de albahaca, que se encuentra en el centro del plato rodeado del tartar, muy potente de sabor y me creó la sensación de que podría matar el sabor del tartar, pero sensación que se disipó cuando en un bocado mezclé el aceite y el tartar y fui feliz, una fiesta de sabores, un espectáculo en boca, un plato del cual guardo muy buen recuerdo.

Por último, viajamos a Burdeos. El año pasado estuve en esta ciudad francesa, para conocerla y sumergirme en sus calles para conocer y degustar sus bondades gastronómicas. Recorrí sus calles, sus mercados, sus museos y sus bares y restaurantes, aterricé con varias referencias gastronómicas y entre ellas se encontraba La Taupinière. Un restaurante ubicado en la orilla del río, dónde la gran estrella es el steak tartar, lo acompañan de diferentes salsas y solo tienes que elegir la opción que más te atraiga, una salsa con el que cubren el steak tartar, salsas tradicionales de la cocina francesa. Una experiencia curiosa y muy buena, un gran plato que viene acompañado de una notable ración de patatas fritas.