Pesto, mucho más que una salsa para pasta

Es una de las salsas más empleadas a la hora de condimentar la gastronomía de Italia. Hablamos del pesto, una popular y versátil salsa que, oriunda de la región italiana de Liguria, ha traspasado fronteras y puede consumirse en prácticamente cualquier lugar del mundo.

Si bien hay muchas marcas que la comercializan lista para consumir, no hay nada mejor que el pesto casero recién hecho. Si quieres preparar esta exquisita salsa, tan solo necesitas albahaca fresca (si es genovesa, mejor), piñones, ajo, aceite de oliva y queso (variedades italianas como el parmesano o el pecorino).

Es probable que si has probado o comes habitualmente pesto, sea empleando la salsa como condimento de un plato de pasta (espaguetis, macarrones, tortellinis, ñoquis…), pero ¿sabías que el pesto sirve para mucho más? El pesto es una salsa muy versátil que puede emplearse para mucho más que acompañar la pasta. Si quieres saber cómo sacar el máximo partido posible a esta salsa y necesitas ideas, aquí tienes 9 formas de comer el pesto.

El pesto es un condimento ideal para emplear en sustitución de los habituales sal y pimienta. En vez de salpimentar tus huevos revueltos o tu tortilla, ¿por qué no darles un toque de pesto? Basta con agregar una cucharada a los huevos batidos para conseguir un revuelto exquisito a cualquier hora del día.

Como cualquier otra salsa, el pesto funciona muy bien como untable para conseguir una tostada tan sabrosa como saludable. Con ayuda de un cuchillo o una cucharilla, coge un poco de pesto para untarlo en una rebanada de tu pan favorito, tostado o sin tostar. Puedes comerlo solo o acompañado de otros ingredientes como queso fresco, salmón ahumado, pavo, tomate…

Si buscas un condimento original y rico para tus sopas, cremas o purés, ¿por qué no agregarles una pizca que pesto? Es una rápida y sencilla manera de darle un toque extra de sabor a tus platos.

Salsear con el pesto (rebajado o no) tus platos de carne blanca es una idea que si ejecutas, querrás volver a repetir. Eleva el sabor de tus pechugas de pavo o pollo a otro nivel agregando, una vez esté recién cocinada, una salsa de pesto diluido. ¡Riquísimo!

A pesar de no ser la mejor opción para las ensaladas de lechuga, el pesto es un absoluto acierto para otro tipo de ensaladas como, sin duda, la de pasta u otras variedades como ensaladas de tomate con queso.

Quizá en las verduras en crudo no queda bien, pero sí en aquellas que han sido salteadas o cocinadas al vapor. Con una cucharadita de pesto, conseguirás unos platos más sabrosos: brócoli, coliflor, patatas, etc.

No hay que olvidar que el pesto es una salsa y que puede funcionar como tal cuando montamos un bocadillo o un sándwich, al igual que lo hacen las populares mayonesa, mostaza y kétchup. Con ingredientes como jamón, queso y tomate queda exquisito.

Si te gusta dipear, es decir, mojar alimentos en salsas, y esta es una fórmula imprescindible en tus aperitivos y picoteos caseros, la próxima vez no dudes en agregar un bol con pesto. No tiene nada que envidiar al guacamole, el hummus o la salsa de queso.

Atrévete a elaborar tus pizzas sustituyendo la base de tomate por el pesto. Obtendrás una pizza mucho más sabrosa que podrás acompañar de tiras de pollo, quesos, tomate en rodajas… ¡exquisito!

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