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La despensa

El peligro que esconden las patatas con manchas verdes

La exposición prolongada a la luz puede provocar que la piel de las patatas se tiña de verde, pero cuidado, porque es un fenómeno que va más allá de lo estético y nos advierte de una potencial toxicidad

Ane Bergara

Jueves, 30 de octubre 2025, 09:13

Qué buenas están las patatas y qué versátiles son en la cocina. Es por ello que es habitual comprarlas, no por unidades, sino en cantidades mayores como, por ejemplo, esas redes de tres o cinco kilogramos que pueden verse habitualmente en los supermercados.

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Pero independientemente de cómo las compremos, una vez las tengamos en casa es importante conservarlas correctamente y eso pasa por guardarlas en un lugar oscuro y alejadas de la luz solar. ¿Por qué? La exposición prolongada a la luz provoca la aparición de manchas verdes en la piel de las patatas, algo que, si bien puede parecer inocuo, no lo es en absoluto.

Esa piel de la patata teñida de verde no es solo una cuestión estética, sino que esconde una señal de advertencia de que podría estar desarrollando compuestos tóxicos.

¿Por qué se ponen verdes las patatas?

Es importante saber a qué se debe la aparición de esas manchas verdes en la superficie de las patatas. Y la razón no es otra que la clorofila. Ese pigmento verde que poseen las plantas para realizar la fotosíntesis es el responsable directo de la aparición de ese tinte verdoso porque, cuando la patata queda expuesta a la luz, empieza a actuar como si fuera parte de la planta y, por ende, a producir clorofila en su piel.

El peligro no es la clorofila en sí, sino un compuesto que se desarrolla en paralelo a esa exposición a la luz y que, a diferencia de la primera, es invisible. Se trata de la solanina, un glicoalcaloide que las patatas generan como mecanismo de defensa frente a hongos, insectos y otros potenciales daños.

La solanina es tóxica y se concentra justo bajo esas manchas verdosas de la piel. Es por ello que es fundamental retirar las partes inmediatamente inferiores a las zonas teñidas antes de prepararlas para consumirlas. De forma complementaria, la solanina también se concentra en la zona de los brotes por lo que es importante retirar también estos y los llamados 'ojos'.

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Y es que es precisamente esa toxicidad la que convierte la zona verdosa de la patata en un peligro. Si bien es cierto que consumir un poco no es peligroso ni va a tener efectos notorios sobre la salud, en exceso sí que puede suponer un riesgo. Podemos intoxicarnos, por lo que mejor será mantenerse cautelosos y en caso de notar un sabor raro o amargo, desechar la patata.

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