Los huevos se guardan ¿fuera o dentro de la nevera?
Aunque en el supermercado se encuentran a temperatura ambiente, cuando llegamos a casa es habitual meter los huevos en el frigorífico, pero ¿estamos haciendo bien?
Ane Bergara
Martes, 21 de octubre 2025, 06:51
La conservación de los alimentos es un tema fundamental que encuentra un factor clave en la temperatura. Al colocar la compra, si alguna vez no sabemos cómo guardar un alimento, la regla suele ser la siguiente: 'Consérvalo tal y como estaba en el supermercado'. Es decir, lo que estaba en nevera, guardarlo en frío; y lo que estaba en los pasillos, a temperatura ambiente, se puede meter en cualquier armario o la despensa.
Sin embargo, con los huevos no se suele seguir dicha regla. Si bien estos se encuentran a temperatura ambiente en el 'súper', llegados a casa es habitual que, al colocar la compra, los metamos directamente al frigorífico. De hecho, suele haber las clásicas hueveras habilitadas para tal fin.
Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Cómo se han de guardar los huevos: en el frío de la nevera o a temperatura ambiente? Son cuestiones que pueden parecer desconcertantes, pero que tienen una explicación lógica.
Y es que al comprar los huevos, estos aún mantienen intacta la cutícula natural que los protege de bacterias, por lo que es totalmente seguro mantenerlos a temperatura ambiente. Sin embargo, cuando se meten en frío, dicha refrigeración -o mejor dicho, la condensación- puede dañar la cutícula protectora, lo que facilitaría la entrada de bacterias.
De esta explicación podemos concluir que es totalmente seguro guardar en casa los huevos a temperatura ambiente -siempre en un lugar fresco y seco- y que no es necesario meterlos en el frigorífico. Eso sí, si decidimos guardarlos en la nevera, una vez hayan estado en un clima frío, es importante no sacarlos de ahí y devolverlos a una temperatura superior durante mucho tiempo.
A tener en cuenta
Si, por cualquier motivo, durante el trayecto a casa los huevos han sido sometidos a bajas temperaturas, sí que será recomendable no correr riesgos y optar, una vez llevados a casa, por conservarlos en el frigorífico. Y es que la cutícula protectora habrá podido verse afectada por el cambio brusco de temperatura.
De igual manera, dicha capa puede verse afectada con la humedad, por lo que recuerda no limpiar con agua ni sumergir los huevos antes de guardarlos. En caso de hacerlo, tendremos que conservar esos huevos ya lavados siempre en frío.