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Andoni Ortuzar e Itxaso Atutxa, satisfechos durante la noche electoral.

Los partidos vascos reorientan sus estrategias para las autonómicas

Todos coinciden en que el resultado de las generales no es extrapolable para las elecciones vascas de octubre

Jorge Sainz

Martes, 28 de junio 2016, 07:10

El empacho de elecciones no ha terminado todavía en Euskadi. En menos de cuatro meses, probablemente el 23 de octubre, los vascos estaremos votando otra vez en las autonómicas. Una cita que nada tendrá que ver con las generales, aunque los resultados del domingo puedan ser un primer punto de partida. Todas las formaciones coinciden, no obstante, en que los guarismos del 26-J no son para nada extrapolables a los comicios al Parlamento Vasco. Y de hecho, las distintas formaciones comienzan ya a reorientar sus estrategias de cara a una liza autonómica en la que la clave, a día de hoy, reside en saber hasta dónde puede bajar en octubre Unidos Podemos, la coalición del partido de los círculos y Ezker Anitza-IU. De hecho, pese a ser segunda fuerza el pasado domingo, el PNV aguantó el tirón y parte como favorito para las autonómicas, más favorables para sus intereses. Y EH Bildu está convencida de recuperar posiciones y remontar a la marea morada.

No obstante, el partido liderado por Nagua Alba no piensa ceder su posición de privilegio con facilidad. La diputada electa por Gipuzkoa y líder de Podemos Euskadi asumió ayer que las elecciones generales y las autonómicas poco o nada tienen que ver, pero confía en que el ansia de «cambio» que ha capitalizado su partido se mantenga en otoño. Ayer movieron pieza al reclamar en el Congreso grupo propio para sus seis diputados vascos, como el resto de confluencias de Podemos. Alba busca sortear así las acusaciones de «sucursalismo» que le vendrán de los nacionalistas vascos.

Unidos Podemos logró un triunfo histórico el domingo, aunque agridulce por la derrota de Pablo Iglesias en España. Nunca el PNV había perdido dos veces seguidas unas elecciones en Euskadi. Y la coalición de izquierdas logró derrotarle en todos los territorios, incluido su feudo de Bizkaia. Además, en Araba su candidato Juantxo López de Uralde, ecologista de Equo, logró el mayor porcentaje de apoyo en una provincia de todos los candidatos que concurrieron el domingo, con un 30%.

Unidos Podemos debe tomar dos decisiones trascendentales ahora. Decidir si mantienen la coalición de Podemos y Ezker Anitza, que no ha logrado multiplicar los votos, y elegir un candidato o candidata a lehendakari, tras el 'no' de la jueza Garbiñe Biurrun. Éste puede ser un aspecto clave para lograr un plus a una marca que por si sola concita el voto, a la espera de ver si el bajón de sus compañeros en España puede acabar pinchando el globo morado en Euskadi o no.

'Pole position' jeltzale

El PNV ha perdido 18.000 votos y un escaño, en Bizkaia, pero ha mantenido el tipo en unas elecciones muy polarizadas en Madrid, lo que le perjudicaba tanto a ellos como al otro partido abertzale, EH Bildu. De hecho, ambos son los únicos que han perdido votos respecto a diciembre. Pese a ello, la fidelidad al voto jeltzale provoca que los peneuvistas, con Iñigo Urkullu de aspirante, partan en la 'pole position' para las autonómicas, con encuestas que hablan de una victoria incluso holgada en la cita en la que más sufragios movilizan. En octubre, además, ya no operará el voto contra Rajoy que el domingo fue clave para el triunfo de Unidos Podemos. Eso sí, los jeltzales deberán andar atinados en la estrategia a seguir de cara a la investidura, ya que sus cinco escaños pueden servir al PP para acercarse a la mayoría absoluta. Parece difícil que el PNV vaya más lejos que una abstención para no bloquear la gobernabilidad en España. Un 'sí' a Rajoy y el PP sería explotado por Unidos Podemos y EH Bildu en las autonómicas.

La coalición abertzale también confía a pies juntillas en que el voto cambie de cara a octubre. El pasado domingo fue quien peor parada salió de las urnas, acentuando su descenso en 31.400 votos, aunque al menos conservó sus dos diputados. Buena parte de sus caladeros volvió a entregar su papeleta a Iglesias confiando en que sirviera para desalojar a Rajoy. En octubre será Urkullu quien ponga en juego la reelección, pero en Euskadi el lehendakari no provoca rechazo, al contrario de lo que ocurre, a tenor de los resultados, con el presidente español. EH Bildu cree, o confía más bien, que ese voto en clave estatal que arrastra Podemos se desactivará y aspira a colocarse, por lo menos, en segunda posición. Una plaza que podría darle la manija de los pactos para el Gobierno Vasco. En las autonómicas se pondrá verdaderamente a prueba el 'efecto Otegi', que en esta campaña solo ha participado en tres mítines, en un intento de su partido de no quemarle ante una cita española que siempre ha sido la más complicada para sus intereses. En la izquierda abertzale se aferran al hecho de que Euskadi y Cataluña han votado diferente al resto del Estado. Ahora toca que sea EH Bildu quien lidere «ese cambio que no va a llegar de Madrid», precisan.

Quienes han logrado un respiro de cara a las autonómicas son PSE-EE y PP, que subieron en votos el domingo y frenaron su tendencia descendente en Euskadi en los últimos tiempos, con mejores sensaciones para los socialistas. No obstante, la situación para ambos sigue siendo complicada. En el caso del PSE-EE, la irrupción de Unidos Podemos le seguirá achicando el espacio, mientras que en lo referente a los populares, el alto nivel de contestación a Rajoy en el País Vasco debe ser motivo de análisis para Alfonso Alonso y compañía. Además, las generales son la cita más favorable para los intereses de las dos formaciones constitucionalistas y sus resultados del domingo, con ser aceptables, tampoco son para echar cohetes. Por último Ciudadanos descendió aunque mantiene opciones de arrebatar por Araba el escaño a UPyD, en la marginalidad tras cosechar solo 1.500 papeletas, por debajo del Pacma o Recortes Cero.

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