Saltan chispas en los primeros asaltos
El foco ·
Egibar, el jefe del PNV de Gipuzkoa, aprieta el acelerador de sus críticas contra la izquierda abertzale y Otegi habla de «juego sucio»El PNV y EH Bildu se miran de reojo en estos primeros compases de campaña. Y no es para menos. En las anteriores elecciones forales ... en Gipuzkoa, los jeltzales aventajaron a la coalición abertzale en apenas 10.000 votos y lograron un juntero más (18 a 17). Sin duda, los antecedentes de aquella llegada en 'foto-finish' de hace cuatro años entre ambas formaciones está tensionando más si cabe el pulso que mantienen desde la distancia Egibar y Otegi, los jefes de filas del GBB y de EH Bildu, respectivamente. Y no es para menos que la tensión se mastique en el ambiente. Los jeltzales guipuzcoanos se juegan la supremacía del territorio y quieren desde el primer minuto airear las debilidades de su adversario, que ha estado neutralizado en la oposición en este mandato gracias al acuerdo de legislatura que el PNV cerró con el PSE, y que si salen los números, volverán a reeditarlo para repetir la mayoría absoluta de que han gozado en las Juntas.
Egibar, que el sábado hizo una gira costera por Zumaia y Orio, se empleó a fondo contra la izquierda abertzale y les cantó las cuarenta, sobre todo en su absoluta ausencia de autocrítica de su pasado, que lamentablemente ha estado ligado a ETA. Los jeltzales guipuzcoanos quieren entrar en el cuerpo a cuerpo y, como era lógico, no han sido sus candidatos sino el mismísimo Arnaldo Otegi -se enfundó el buzo de mitinero durante la campaña de las generales- quien replicó ayer al líder del GBB y le acusó de «juego sucio». Sin duda, este primer encontronazo entre dos pesos pesados de la política vasca como son Egibar y Otegi puede ser preludio de otros combates dialécticos venideros que, sin duda alguna, inflamarán la campaña guipuzcoana.
En Irun se vivió otro momento incandescente. El candidato a la reelección a diputado general, el peneuvista Markel Olano, ondeó la bufanda txuriurdin tras el histórico triunfo de la Real femenina en la plaza del Ensanche, y a renglón seguido le hizo un 'trajecito' a José Antonio Santano, candidato socialista a la Alcaldía irundarra, que expulsó al portavoz jeltzale Iridoy por la gestión de un asunto urbanístico. A la vista está por las aceradas críticas que un casi siempre moderado Olano lanzó contra el regidor irundarra, que la herida aún sangra en la piel peneuvista.
Y un buen calambrazo volvió a dar Casado a sus correligionarios al asegurar, después de lo que ha dicho y hecho en los últimos días, que la última campaña del PP ha sido un acierto y avisa que, pase lo que pase, seguirá al frente del partido durante cuatro años. Sin embargo, el líder del PP olvida una máxima en política. Que cuando los resultados son calamitosos -como los del 28-A y aún faltan cosechar los del 26-M- los dirigentes asumen sus responsabilidades.
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