María Valiente: «Hemos sufrido un duro golpe. Ahora toca hacer autocrítica y poner a punto el partido»

-¿Como se siente tras el 26-M?

-Satisfecha, cansada, pero satisfecha, y aunque no esperábamos este resultado en absoluto, lo aceptamos. Hemos hecho un buen trabajo. Tenemos un gran equipo de personas anónimas, simpatizantes e inscritas, que lo ha dado todo por tratar de hacer llegar lo mejor posible un mensaje de progreso real, que no es otro que el que se centra en el feminismo, la economía de los cuidados y la justicia social.

-¿En qué han fallado?

-No sé si fallar es el verbo adecuado. Nuestro mensaje ha sido claro. La igualdad debe estructurar cada paso que dé la sociedad y, sin embargo, es la mujer la que históricamente viene sufriendo la precarización de un trabajo tan feminizado como invisibilizado.

-Ya... pero ahora toca hacer autocrítica, ¿no? El partido ya ha anunciado que tomará nota de lo que no ha funcionado.

-Desde luego que haremos autocrítica, pero no solo cuando los resultados no son los que una esperaba, incluso cuando superan las previsiones más optimistas. Los resultados obtenidos en las elecciones generales, municipales y forales, nos dicen que hemos de realizar una puesta a punto de nuestra estructura organizativa. Solo así se puede entender que en el Congreso sigamos siendo fundamentales para la formación de un gobierno progresista, pese a que hayamos sufrido una fuerte caída o duro golpe sin paliativos. Por lo tanto, ¿autocrítica? Sí, por supuesto.

-¿Han aprendido la lección de que las crisis internas pasan factura?

-La política te enseña muchas lecciones. La palabra crisis quizá sea exagerada. Las diferencias, los roces e incluso las discusiones acaloradas se dan en todas partes, en todos los partidos. El esfuerzo que hacemos por aunar todos los matices de una misma sensibilidad es impresionante.

-¿Estas crisis han llegado a decepcionar a los simpatizantes tanto como para alejarse de Podemos?

-Me cuesta opinar en nombre de nuestras y nuestros simpatizantes. Pero diría que no. Yo pondría el acento en los nacionalismos. Me he presentado a diputada general por Gipuzkoa, pero los guipuzcoanos han votado por nacionalismo. Si hubiera sido por programa, y solo por programa, la cosa habría sido muy diferente. Algo que no se le puede negar a Elkarrekin Podemos es que ha marcado la agenda política de esta campaña. Somos los que hemos introducido la necesidad de luchar contra el cambio climático, los que hemos puesto los problemas a los que se enfrenta el feminismo actualmente sobre la mesa. Y siendo esto así, hemos podido ver cómo paulatinamente el resto de formaciones trataban de hacer suyo este discurso. Si miras los resultados, esto no ha sido por ninguna disconformidad interna o por el programa. Hoy Gipuzkoa ha votado nacionalismo.

-¿No han podido cumplir su objetivo de fortalecer el poder territorial en suelo vasco, en concreto el guipuzcoano ?

-Ya tenemos un suelo bien definido y lo que toca en esta legislatura es ampliarlo. Y cuidado, porque la lectura que hagamos de ello es de vital importancia. Si alguien quiere ver una pérdida de votos y por lo tanto de representación en Juntas, de acuerdo. Lo voy a ver como una oportunidad. Estoy muy agradecida de que la gente haya querido que estemos en Juntas. Si han estimado oportuno que nuestra presencia se materialice en cuatro escaños en lugar de en seis, que así sea.

-¿Si con seis junteros no pudieron inclinar la balanza en la Diputación como alternativa a las políticas del PNV, con cuatro podrán influir?

-Si echamos un vistazo rápido a los resultados del domingo, más que una pista, lo que recibimos es una imagen nítida de lo que va a pasar. PNV y PSOE obtienen juntos mayoría absoluta. Frente a eso, la diferencia de dos escaños no representa una diferencia real. La acción eficaz de oposición, como ya he dicho antes, es la que fiscaliza, la que controla la acción de gobierno. Es estar encima de quienes en campaña hablan de medioambiente pero luego te cuelan una megaestructura en Zubieta que contamina. Estar encima de aquellos para quienes la participación ciudadana es un chiste a desempolvar solo para los mítines. Es vigilar a quienes te dicen que hay que repoblar Gipuzkoa y luego no hacen nada frente a la precarización del trabajo feminizado. La oposición responsable no consiste en contrarrestar la acción de gobierno sino en garantizar que lo que lleve a cabo lo haga en beneficio exclusivo de Gipuzkoa.

-¿Su desembarco en las instituciones no está siendo tan efectivo como pretendían?

-La aspiración de todo partido es poder poner en práctica su programa y su modelo socioeconómico. Desde ese punto de vista y ciñéndome a Gipuzkoa, ningún partido puede estar contento de su desembarco en la instituciones salvo el PNV.

-¿Entonces, el gobierno del cambio tendrá que esperar?

-Sí, una legislatura. Trabajaremos para que no haga falta ni una más.

-¿La aritmética de pactos postelectorales les deja fuera de juego?

-Lo que te deja fuera de juego es no estar presente en las Juntas. Solo con que tu presencia te permita llevar a cabo un control de la acción de gobierno y denunciar, como apuntaba antes, cualquier abuso o desmán o mala gestión del gobierno, ya merece la pena. Y en este sentido el papel de Elkarrekin Podemos va a ser protagonista. Además, haremos propuestas que puedan culminar en normas forales que mejoren la vida de la gente.

-¿Temen quedarse en tierra de nadie?

-En tierra de nadie se queda quien se dice progresista y luego se convierte en muleta de un gobierno de derechas. Si propugnas una serie de principios y valores y eres coherente con ellos no veo por qué ha de ocurrir eso que usted pregunta. Por otra parte, llevamos toda la campaña diciendo que esta ha de ser la legislatura de los pactos de gran cohesión. Sólo así se avanza socialmente. Sería un error tratar de aislar a una formación.

-Al inicio de la campaña apostaron por gobiernos locales del cambio con PSE y EH Bildu, pero luego criticaron a los socialistas por 'gobernar solo con la derecha'. ¿Con quién pactarán sus políticas sociales?

-El PSE tendrá que decidir con quién quiere hacer políticas sociales y si las quiere hacer de progreso. Por experiencia sabemos que el PSE junto a nosotros termina haciendo esas políticas cercanas que nosotros defendemos. Pero también sabemos cómo ocurrió con Pedro Sánchez, que pueden llegar rápidamente a consensos con partidos neoliberales.

-¿Qué hará su partido en ayuntamientos donde la suma PNV-EH Bildu pueda desalojar al PSE de la Alcaldía?

-Hay que analizarlo con calma. Nosotras no somos de unir números más números sino de estudiar programas que beneficien a la gente.

-¿Cuál es ahora su prioridad en las Juntas?

-La de siempre, la de trabajar de forma inmediata por y para la gente. Lo primero que voy a poner en marcha es la exigencia a la Diputación de mediar y solucionar el conflicto con las trabajadoras de las residencias de Gipuzkoa.