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Péndulo donostiarra

Péndulo donostiarra

alberto surio

Martes, 12 de mayo 2015, 13:47

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Dicen los expertos que una campaña puede mover hasta un 5% del electorado. Acierten o no, en San Sebastián se vislumbra un duelo puerta a puerta y ese margen resulta decisivo. Dos profesores de inglés en la ciudad, nativos de Liverpool, comentaban anoche los sondeos de las elecciones británicas antes del cierre de los colegios. "Nothing is decided" ("Nada está decidido"), señalaban. Con estos datos oficiosos coincidían: los partidos clásicos pierden terreno pero y los soberanistas escoceses, con un espectacular avance, lo tienen complicado para ser bisagra. No basta con subir, o ganar. Hay que saber pactar. ¿Quién gobernará?, se preguntan entre pintas de cerveza.

¿Se intuye cambio de ciclo? Nadie a ciencia cierta lo sabe. Pero tampoco hace falta irse al Reino Unido para averiguarlo. Todo es líquido hoy en día. Como la Guiness. Volátil es la palabra política de moda, como antes lo fue souflée. Volátiles son las encuestas y volátil parece una parte del voto emergente. Y del tradicional. Las aguas movedizas del electorado suben y bajan en el tobogán de los sondeos, como la espuma. La contienda de Donostia encierra un aire imprevisible e incierto. Algo extraño. De ensayo político general. Pero también de consulta de proximidad. La encuesta del CIS en Vitoria -donde el alcalde Maroto resiste el temporal que barre al PP- es elocuente. Nada está decidido.

Los votos están en un pañuelo, y los resultados en San Sebastián dependerán de la movilización en las urnas. Hace cuatro años llegó al 60%. Por eso un 5% da o quita mayorías. Los jeltzales dicen que van a por todas, que están en la "centralidad", el cambio tranquilo y el voto útil. Y el PSE sale a captar sin complejos el voto liberal moderado, enfadado con la "ruralización" de la ciudad. El PP confía en aguantar, que no es poco, y en ser decisivo. ¿Y EH Bildu? Están convencidos que el alcalde Izagirre dará una "sorpresa". Paisaje de batalla frontal para una soleada tarde de primavera.

Los nervios van por dentro. La victoria depende del "centro" sin ideología, del donostiarrismo ecléctico, que en su momento respaldó a Elorza y antes a otros alcaldes nacionalistas. Y que, de verdad, solo exhibe un profundo nacionalismo con la Tamborrada el 20 de enero. Muchos son los que no saben/no contestan. "La clave es a dónde va esta vez el voto de "orden"", dice un sociólogo amateur, persuadido que la relación de fuerzas no va a cambiar tanto. ¿Qué harán los electores de Aralar? ¿Llegará a Euskadi la "ola Ciudadanos"? El secreto, en la letra pequeña, en los detalles.

El péndulo donostiarra, con sus vaivenes, cuatro años después. Habrá que ver si EH Bildu capitaliza la gestión de Izagirre, si Gasco consigue encarnar la pulsión de cambio, si Goia logra representar el voto útil y si Miren Albistur es capaz de sortear la "tormenta perfecta". Y a dónde va el espacio de Podemos, que no se presenta en estas municipales. Demasiadas preguntas para el primer día. "Nothing is decided". Los dos profesores de Liverpool ya han bautizado a lo british el inicio de la campaña donostiarra.

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