La emoción se la lleva el fútbol y no la política. ¡Cómo hemos cambiado!
El PSE solemniza ante Sánchez su compromiso por no gobernar con EH Bildu y su apuesta por asentarse como la pieza maestra de estabilidad de la política vasca en la próxima legislatura
No hay volantazos en estos primeros compases de la campaña, pero sí guiños y muchas banderas del Athletic. El aspirante socialista, Eneko Andueza, solemnizó este ... sábado en Vitoria su compromiso de no gobernar con EH Bildu. Lo hizo ante el mismo Pedro Sánchez. «Presidente, ¿se lo vuelves a decir tú o lo digo yo?». Más claro agua. Sánchez busca conectar con los 290.000 vascos que le votaron en julio –muchos de ellos de sentimiento nacionalista– y que le permitieron ganar en Euskadi. Aún resonaba su apuesta lanzada hace unos días al considerar la alianza con el PNV un entendimiento estratégico. A buen entendedor.
Aquel mensaje del presidente era un pequeño misil contra el jeltzale Imanol Pradales, porque desactivaba una línea de posible ataque: la indefinición socialista sobre el futuro de las alianzas que dejaría, supuestamente, un flanco débil ante un sector de la opinión pública. Algo que podría afectar a un núcleo sociológico de la centralidad, de gentes que votan PNV, PSE y PP. Moderados. Un voto transversal y de orden, sin estridencias. Ese es el objetivo jeltzale, llegar a esa gente, que tiene dudas, que viven la política con distancia, y que se guardan las emociones para la hora del vermú o para el fútbol. Eso a todas horas. Porque para pasiones identitarias las de la afición del Athletic en Sevilla. Un fenómeno de masas que tendrá más de una lectura. Y alguna derivada política. Eso es poderío emocional.
Con la izquierda independentista, Pradales entra al trapo y no deja pasar una. Asegura que EH Bildu está en la ola del asalto al poder mientras Pello Otxandiano, sin quitarse la americana –atención a los estilistas de la izquierda independentista, que ya trabajaron en su día con Esquerra– no baja al barro ni pisa un charco. Pronunció este sábado una palabra-mantra: regeneración. Y recurrió a la RAE (Real Academia de la Lengua Española) para explicar su significado: «dar nuevo ser a algo que degeneró; reestablecerlo o mejorarlo; reconstituir, renovar o recuperar son algunas de sus acepciones». EH Bildu ha puesto en marcha este discurso sobre «la decadencia de los servicios públicos», con una alusión explícita a Osakidetza. «No podemos permitir que se juegue con las cosas del comer, y menos con las del vivir. Con la salud de nuestra ciudadanía no se puede jugar a la ruleta, no con el derecho a la vivienda, ni con los cuidados de nuestros mayores. Ni con los derechos de las mujeres. Nos merecemos un gobierno decente», proclamó en Tabakalera. Una declaración de intenciones alejada del registro más soberanista. Al menos en apariencia.
Puigdemont se ha instalado en Colliure, el símbolo del exilio republicano español
Era la respuesta a la intervención de víspera de Pradales, que había emplazado a EH Bildu, sin citarla, a no jugar con 'la seguridad' en los barrios. Desde Elkarrekin Podemos, su candidata Miren Gorrotxategi, se bate el cobre para conservar el espacio político que cristalizó en su día en Euskadi con la fulgurante aparición de Podemos. Una impugnación en toda regla al tablero político del statu quo que ahora lucha por su supervivencia en la enésima disputa existencial de la izquierda vasca desde que el PCE-EPK de Roberto Lertxundi se fusionara en Euskadiko Ezkerra en un congreso en el que algunos silbaban 'Que viva España' cuando el entonces camarada Ignacio Latierro, representante del alma que se tildaba de 'españolista', votaba en las asambleas. Eso sí que es prehistoria. Pero la izquierda vasca tiene una mochila repleta de agravios.
Socialistas y jeltzales libran una pugna soterrada por cierto 'voto de orden'
Mientras tanto, Carles Puigdemont ha instalado su cuartel preelectoral en la Cataluña francesa, muy cerquita de Colloure, el pueblo en el que está enterrado Antonio Machado, el poeta del exilio republicano español que escribió aquello de que «a distinguir me paro las voces de los ecos». Desde este rincón del Mediterráneo –el pintor Henri Matisse hablaba del cielo más azul del mundo– quiere lanzar una campaña basada en el imaginario de la reconquista soberanista. La estrategia de Puigdemont va a forzar un pulso muy abierto con el socialista Salvador Illa. Será, en la práctica, un plebiscito sobre la independencia porque el PSC quiere precisamente enterrar las expectativas de un nuevo procés como un mensaje de cambio de ciclo y de distensión que aspira a ser mayoritario. Pero que luego tendrá que tejer alianzas en el Parlament. Y el rompecabezas va a tener tantísimas piezas –incluidas las de la ultraderecha catalanista y la española— que hay quienes no descartan una repetición de los comicios autonómicos si la gobernabilidad termina de ser un ejercicio imposible. Después de tres consultas consecutivas, sería lo que les faltaba. Mientras tanto, en Euskadi, la distancia con Cataluña se agranda: la épica se la lleva el fútbol en Sevilla y la política se acerca al Círculo Polar Ártico. ¡Cómo hemos cambiado!
«Mi mujer Begoña, como nació en Bilbao, ya sabemos con quién va»
La final de Copa del Rey en Sevilla estuvo muy presente en el mitin socialista de ayer. Tanto, que el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comenzó su intervención en Vitoria aludiendo al evento deportivo en la capital hispalense. «Hoy (por el sábado) es un día muy futbolero. «Yo en casa, como Begoña (Gómez, su esposa) nació en Bilbao, ya sé a quién apoya. Pero de cara a la final, sí quiero lanzar dos mensajes: no al racismo y que gane el mejor», recalcó, según informa Adolfo Lorente.
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