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A. Algaba
Martes, 16 de enero 2024, 17:20
Los jóvenes españoles, los menores de 30 años, se emanciparon en 2023 más que un año antes. La tasa pasó del 15,9% de cierre ... del primer semestre de 2022, al 16,3% de un año más tarde. Lejos todavía de las tasas precovid o precrisis de 2008, cuando eran un 25%, pero un repunte que aporta un poco de luz después de años a la baja. Sin embargo no todas las comunidades mejoraron sus porcentajes. Euskadi, al contrario que la mayoría, vio reducirse otra vez su tasa, volviendo a reflejar que emanciparse comprando una vivienda o marchándose de alquiler se está convirtiendo cada vez más en un jeroglífico difícil de descifrar para los jóvenes vascos.
En un año, según el informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE), los jóvenes vascos de entre 16 y 29 años que han abandonado la casa de sus padres han pasado del 15,4% al 14,8%, y se coloca punto y medio por debajo de la media estatal (la tasa se eleva hasta el 70% entre los jóvenes de entre 30 y 34 años). Y la radiografía que traslada el informe no hace presagiar, al menos a corto plazo, que esa tendencia vaya a sufrir un vuelco reseñable. La combinación entre bajos ingresos, temporalidad y altos precios tanto de venta como de alquiler, suponen una barrera difícil de superar para los jóvenes vascos, que ven complicado emanciparse incluso contando con compañía para hacerlo y sufragar los gastos.
El informe concluye que «ni siquiera dedicando el 100% del salario mediano, un joven podría permitirse vivir en solitario» en Euskadi. Una circunstancia que solo sucede en el País Vasco y por lo que resultan cada vez más indispensables las ayudas públicas para la emancipación. De hecho, el observatorio refleja que un joven de entre 16 y 29 años necesita más del 115% de su sueldo para poder irse a vivir solo. Y los jóvenes vascos de entre 30 y 34 años tampoco tendrían un panorama mucho más claro, ya que necesitan de algo más del 90% de su salario para independizarse en solitario. En el conjunto de España, la media del salario requerido en este epígrafe por los menores de 30 años sería de 75% más o menos, y en el caso de los jóvenes de entre 30 y 34 años, del 50%. En el extremo opuesto se sitúa Extremadura, donde para independizarse en solitario los jóvenes necesitan invertir menos del 35% de sus sueldos.
Esa realidad vasca, según el observatorio, deja otro dato alarmante. Y es que cualquier joven debería destinar de media el sueldo de siete años completos para poder pagar solo la entrada de una vivienda. ¿Y si viven en pareja o conviven con otras personas? En ese caso, el coste podría rondar el 40% de sus ingresos.
Así las cosas, para comprar una vivienda en solitario, un joven vasco menor de 30 años debería ganar dos veces y media más de lo que ingresa ahora, y los que tienen entre 30 y 34 años, el doble de sus ingresos habituales. Al precio medio en el que el informe coloca la vivienda libre en Euskadi (unos 250.000 euros), los jóvenes deberían ingresar cerca de 43.000 euros al año. Algo que parece complicado ya que, según la estadística salarial de este informe, el salario neto de una persona de menos de 35 años en Euskadi tan solo se situaría por encima de Canarias y Extremadura, y los ingresos de un hogar joven apenas alcanzaría los 30.000 euros anuales.
La otra solución para estos jóvenes es recurrir al alquiler, un mercado que tampoco ofrece un gran alivio a sus bolsillos si se quieren emancipar. Según el informe, a un joven menor de 30 años le resultaría imposible sin ayudas externas poder irse a vivir en solitario de alquiler, ya que debería destinar casi el 110% de su salario a pagar la cuota mensual. Y los que tienen entre 30 y 34 años tampoco lo tienen sencillo, ya que deben reservar más del 80% de su sueldo a ese gasto. Los jóvenes vascos «se enfrentan a algunas de las condiciones para emanciparse más difíciles de España», subraya el informe.
«Las políticas de juventud en muchos casos se convierten en una huida hacia adelante que no entran a solucionar de manera estructural los problemas principales que preocupan a la juventud, como son la vivienda y el empleo, y que provocan grandes problemas de salud mental para la población joven», explica Juan Antonio Báez, vicepresidente y responsable de socioeconómica y comunicación del CJE.
Las ayudas de 300 euros mensuales para favorecer la emancipación de jóvenes de 25 a 29 años que hayan iniciado o vayan a iniciar el proceso se podrán solicitar a partir del próximo 20 de febrero, tras la publicación en el BOPV del decreto del Programa Emantzipa, que cuenta con presupuesto de 53 millones de euros. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, el portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, ha explicado que este decreto busca «fomentar la emancipación juvenil».
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