El 80% de los universitarios trabaja 'de lo suyo' en tres años y gana 1.677 euros

Un trabajo que revela, entre otras muchísimas cosas, que los estudios correspondientes al ámbito de la Salud y aquellos que se engloban bajo la denominación genérica de 'Técnicos' son los que proporcionan a los jóvenes una mayor colocación y, además, con salarios más altos que el resto.

Todo, dentro de un escenario en el que el 79% de los universitarios encuentra trabajo de 'lo suyo' («un empleo plenamente ajustado a sus estudios», explica Lanbide) a los tres años de salir de la facultad, y cuando un 86% del alumnado dispone de un puesto «correspondiente a su nivel de capacitación profesional», de nuevo según la definición oficial. «A mayor formación, más posibilidades de encontrar un trabajo y, sobre todo, de encajar en los niveles más altos de las ocupaciones», sentencia Lanbide.

El organismo dependiente de la consejería de Trabajo y Empleo cifra el salario medio neto promedio de esos jóvenes casi recién licenciados (en 14 pagas anuales) en 1.677 euros al mes. Eso supone 75 euros más que un año antes pero apenas 280 euros más que nueve años atrás. La brecha de género sigue presente, pues ellas cobran 1.623 euros de media frente a los 1.741 de ellos.

Para dibujar esa 'foto fija' de la empleabilidad de los jóvenes vascos, Lanbide se apoya como hasta ahora en los datos de las tres grandes universidades que trabajan en la comunidad autónoma (UPV/EHU, Universidad de Deusto y Mondragon Unibertsitatea), aunque ya desliza que en próximas ediciones recogerá datos de otras instituciones. El estudio incluye las respuestas de la promoción de 2019, trasladadas a los técnicos de Lanbide entre noviembre y diciembre de 2022. En concreto han respondido a la encuesta 6.163 personas.

A finales del pasado año, sólo el 8,16% de los encuestados se encontraba en paro después de haber trabajado y otro 1,22% buscaba aún su primer contrato, mientras un abrumador 74,22% trabajaba y casi un 7% seguía estudiando. De los que trabajaban, el 53% lo hacía por cuenta ajena y con un contrato fijo, y el 47% se desempeñaba para un tercero en una relación laboral no estable. Junto a eso, un 4% trabajaba por cuenta propia, otro 3,6% tenía una beca y un 0,9% era cooperativista.

Antes de entrar en detalle sobre las carreras más 'prometedoras', el estudio detalla cómo afrontan los jóvenes la búsqueda de ese primer trabajo, y revela que (siempre en términos generales) las 'vacaciones' al acabar los estudios se limitan a seis meses para, desde ese momento, pelear por un primer salario, que en promedio llega sólo tres meses después.

Si nos ceñimos al colectivo que trabaja de 'lo suyo' a los tres años de licenciarse, y frente a esa media del 79%, la colocación se eleva al 91% en el sector Salud y al 84% en las carreras técnicas (ingenierías, matemáticas, informática...). Sin embargo, el porcentaje se queda en el 79% en las experimentales; en el 75% en las económico-jurídicas; en el 74% en las sociales y en el 68% en las humanidades.

Eso ofrece una tasa de empleo del 89% y el 91% en los estudios ligados a la salud y los técnicos, respectivamente, en los que elparo se reduce al 5% y el 6%. Y un ratio de ocupados de entre el 77% y el 79% entre los estudiantes de Sociales y Humanidades, que muestran desempleos del 16% y 13%.

La tasa de paro general de la promoción de 2019 es del 10%, tres puntos por debajo de la del año anterior. «Extrapolando los datos –señaló Lambide– la inserción laboral universitaria ofrece tasas de desempleo similares a las de antes de la pandemia».

¿Y los salarios? El sueldo neto mensual a 14 pagas de aquellos que cursaron estudios de salud asciende (a los tres años de licenciarse) a 1.849 euros en el caso de una jornada completa (el más alto) y a 972 en una reducida.

En el capítulo técnico esas dos remuneraciones se sitúan en 1.755 y 1.052 euros, respectivamente. Las mensualidades más modestas aparecen en las carreras llamadas experimentales (biología, veterinaria, geología...), con 1.495 y 929 euros, en cada caso.

Una curiosidad que permite añadir algún matiz en el grupo 'de cabeza' es que si bien los sueldos promedios son ligeramente más altos entre quienes estudiaron una carrera ligada a la salud frente a los técnicos, la calidad de ese empleo (analizando cuánta gente trabaja a jornada completa y cuanta a jornada parcial) deja a los estudiantes técnicos en mejor posición.

Así, las jornadas parciales se quedan en el 5% en los empleos técnicos mientras se elevan al 25% entre los profesionales de la salud, y los indefinidos se van al 70% en el primer caso frente al 34% en la segunda.

El Informe sobre Inserción Laboral Universitaria ofrece los datos globales de las tres grandes universidades que trabajan en Euskadi, entre las que, al menos en el capítulo del salario mensual (siempre neto y en catorce pagas) apenas hay diferencias. En cualquier caso, es Mondragon Unibertsitatea la que saca mejor 'nota' en esta asignatura, con un promedio de 1.719 euros frente a la media general de 1.677. En el caso de la UPU/EHU, esa remuneración general (para el conjunto de sus titulaciones y, como siempre, a los tres años de licenciarse) se sitúa en 1.673 euros. En el caso de la Universidad de Deusto, el salario es de 1.671 euros. El documento global (los cuatro están disponibles en la web de Lanbide) revela que la Industria se lleva al 10% de los licenciados y la construcción al 2%, mientras los servicios captan al 88% restante.

Uno de los debates que han surgido en los últimos años al calor de la evidente falta de personal en el tejido productivo vasco es la idea de si Euskadi es lo suficientemente atrctiva para retener a su propio talento o no. Pues bien, esa capacidad de que los licenciados se queden en casa va mermando a ojos vista. Así lo evidencia el trabajo de Lanbide, que cifra en un 14% el número de jóvenes que sale fuera para trabajar, cuando esa ratio era del 9% en 2013 (promoción de 2010). Al tiempo, un 3% de quienes trabajan en Euskadi a los tres años de terminar sus estudios vienen de otra comunidad, muy parecido al 2% de hace nueve años. De otra parte, el 3% de los vascos encuentra su empleo en otro país.