Nuevos ERTE de pura supervivencia
Cuatro protagonistas de los sectores más sacudidos por los ERTE cuentan su batalla diaria para subsistir y su opinión sobre la extensión aprobada esta semana, que afecta en Gipuzkoa a 7.668 trabajadores
Domingo, 4 de octubre 2020, 07:09
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David Vega | Bar-restaurante Baluarte (Donostia)
«No está claro todavía si la prórroga nos ayuda»
El festival de cine nos ha dado algo de aire, pero la actividad ha vuelto a caer en picado». David Vega, dueño del bar-restaurante ... Baluarte de la Parte Vieja donostiarra lleva dos años al frente de este establecimiento y 25 en la hostelería. «Mal año para celebrar la efeméride», se lamenta. Un ejercicio en el que los bares y restaurantes tratan de capear el temporal como pueden sin saber cómo evolucionará la pandemia y el consumo, «con normas y restricciones que cambian cada dos por tres y teniendo que hacer muchas veces de policías».
El Baluarte cuenta con una plantilla de 25 trabajadores, de los que en estos momentos seis están en ERTE, «unos al 100% de la jornada y otros a porcentaje», explica. Pero con el descenso de actividad que se ha producido en la última semana probablemente se verá abocado a aplicar un expediente temporal a otros dos empleados, apunta. «No sabemos en qué proporción».
Y es que si hay una palabra que se repite hasta la saciedad en todos los sectores es «incertidumbre». «Si se vuelven a limitar más los horarios, aforos... por rebrotes o confinameintos sería un drama». En estos momentos, su establecimiento puede acoger sesenta personas. «Es muy complicado gestionar esto», incide. «Yo trabajo fundamentalemte con clientela local y del territorio y en menor medida con el turismo», apunta. Pero añade, que la gente de la provincia no entra ahora en Donostia.
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«Estamos aguantando como podemos intentando perder los menos puestos de trabajo posibles»
En relación a la prórroga de los ERTE, se queja de la confusión de la nueva normativa. «No me han sabido decir si alguien lo ha entendido. Los asesores están haciendo un esfuerzo tremendo por clarificar la cuestión. Hasta dentro de unos días no sabremos realmente en qué grado nos va a ayudar o perjudicar». Y subraya que «no ha sido un ERTE específico para la hostelería, ya que no se incluye como grupo de actividad concreta. Se engloba en otras. Hay que cribar esto, porque no lo tienen claro». Además, David añade que al igual que ha ocurrido con otros decretos a lo largo de la pandemia «el Estado aprueba algo y luego va rectificando sobre la marcha, con lo que la incertidumbre es total. Necesitamos normas claras», máxime tratándose de un sector que supone el 12% del PIB estatal.
Este hostelero donostiarra interpreta que su sector es el que está bajo, más presión, tanto en lo relacionado con la salud como por las inspecciones aleatorias del Covid. «No sé qué otra actividad hace tanto como nosotros frente a la pandemia». Además, se queja de que se les responsabiliza «de todo lo que ocurra en nuestros establecimientos. No hay noticia buena para nosotros desde el 13 de marzo». Pero apunta que tratan de «aguantar» como pueden intentando perder los menos puestos de trabajo posibles. «Somos una familia y no queremos que nadie pierda el trabajo».
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Fernando Gorostidi | Hotel torre Zumeltzegi (Oñati)
«Va a ser muy duro. Con esto no basta y hacen falta más ayudas»
El hotel Torre Zumeltzegi de Oñati tiene el encanto especial de estar ubicado en el centro de Oñati en un edificio medieval, de finales del siglo XIII. Una particularidad que no le ha librado de los efectos de la pandemia. El negocio lo regenta Fernando Guridi, que lleva siete años al frente de un proyecto que es familiar.
Cuenta con una plantilla de once personas, con las que habitualmente atiende a los huéspedes de sus doce habitaciones así como a los comensales del restaurante. Pero en estos momentos una está en ERTE al 50% de jornada y otros dos al 75%. «Esperamos tirar para adelante», relata Fernando, mientras recuerda que en el arranque de la pandemia tuvo a más personas acogidas al expediente temporal. Con todo, el 1 de agosto recuperó a todos aprovechando que se incrementó la actividad, aunque se volvió a resentir en septiembre, lo que obligó, dice, a tener que tirar otra vez de los ERTE.
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Explica que la reducción de la movilidad, sobre todo por parte de las personas que trabajan en las empresas del entorno y de extranjeros que antes visitaban estas fábricas se está notando mucho, además del descenso del turismo. Una incidencia que es mayor en el hotel, explica, porque el restaurante «lo llenamos los fines de semana y también funciona muy bien los viernes».
«En agosto ha funcionado bien y recuperamos a todos los trabajadores, pero en septiembre volvió a bajar»
Eso sí, anticipa que la semana pasada se empezó a notar que llegaban algunos extranjeros en viajes de negocios. «Esta semana he tenido el hotel dos días lleno, con alemanes, franceses..., pero no sé si es algo puntual o va a seguir la tendencia porque la que viene, a priori, está muy floja». Una incertidumbre que se cierne sobre todos los negocios y que ha truncado la recuperación. «Hasta la pandemia estábamos funcionando muy bien».
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En esta situación relata que los ERTE «son necesarios. No hay otra opción. Igual me toca meter algún trabajador más». El Covid lo ha trastocado todo y Fernando está pensando en abrir en Navidades para atender la demanda que surja. «Los últimos años estábamos cerrando, pero ahora hay que aprovechar todas las oportunidades de negocio. Hay que aguantar el tipo hasta que pase esto».
«La situación va a ser muy dura», remarca Fernando, pero augura que será peor en las ciudades que en los pueblos y que los restaurantes podrán capear mejor el temporal que los bares pequeños, por aquello de las restricciones del aforo. Sabe de lo que habla porque también regenta un restaurante en Donostia.
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Añade que esto supondrá la puntilla para aquellos negocios que estaban en la cuerda floja. Por lo que -remata- se necesitan todo tipo de ayudas, más allá de los ERTE, relacionadas con los alquileres, la financiación y otras cuestiones.
Ana Pineda | Talleres MAFE (Urnieta)
«Nos permite tener cubierto algo, sino sería difícil seguir adelante»
Regenta un pequeño taller de reparación de vehículos en Urnieta, que heredó de su padre. Pero lo que no se imaginaba Ana Pineda es que tendría que pasar por esto. Cuenta con dos empleados, una oficinista y un mecánico. Ambos están trabajando en estos momentos al 50% de la jornada, el resto del tiempo están en ERTE. «La chica está activa desde el 7 de septiembre y el mecánico sigue a media jornada porque el taller solo está abierto por las mañanas. Es que hasta ahora aunque no nos han faltado clientes no da para más», remarca. Señala que no ha dejado de atender al que ha acudido al taller, aunque quizás con más lista de espera. «Eso sí, siempre hay alguno que te viene con prisas...».
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Ana está a la expectativa de cómo evolucionan las cosas, ya que si ve que hay más actividad tratará de recuperar el horario habitual».
Admite que los ERTE han sido un salvavidas para el negocio, ya que de lo contrario no hubiera podido seguir adelante. Respecto a la prórroga aprobada esta semana señala que «está muy bien», aunque se lamenta que han esperado hasta el último momento para sacarla adelante.
Ana apunta que este es un negocio en el que no tienes una cartera para tres meses. «Abres el taller y te viene lo que te viene. Vas sobre la marcha, con lo que es muy difícil hacer previsiones».
«Se mantiene la prohibición de despedir y no es coherente con el día a día de las empresas, señala Javier Bagüés
«Los ERTE nos permiten tener cubierto algo, sino sería muy difícil de mantener activo el taller». Considera positivo que se siga manteniendo el contador a cero para los trabajadores, es decir, que no descuente el tiempo de ERTE del paro, y también las exenciones de las cotizaciones.
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Javier Bagüés, gerente del Grupo Gorla Auto, que cuenta con 350 empleados, aporta otra perspectiva del sector. Este empresario del sector, que es a su vez responsable del área de comercialización de AEGA, lamenta que en la prórroga se haya mantenido la prohibición de despedir durante los siguientes seis meses, «con lo que ya suma un año». Para él, este aspecto es fundamental, ya que entiende que «es muy difícil poder mantener a toda la plantilla durante tanto tiempo». Y se explica. «Que quede claro que estoy encantado con la prórroga, aunque me entristece lo tarde que han dado los pasos. ¿Pero no puedo contratar a quince personas y despedir a una que no está funcionando? Esto no es coherente con el día a día de las necesidades de las empresas», recalca.
En su caso, tiene a treinta trabajadores en estos momentos en ERTE, parcial o totalmente. Explica que hasta el 11 de abril solo se ofreció servicio del taller, lo que permitió sacar a casi todos los mecánicos del expediente temporal. A partir de esa fecha se han ido incorporando los de administración y dirección.
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Carlos Abad | Gerente de Urkotronik (Eibar)
«Hay que ser valientes para poder mantener el empleo»
Es un optimista por naturaleza y la pandemia, pese a toda su crudeza, no ha alterado su carácter. Carlos Abad es un emprendedor de esos que no se achantan ante nada. De hecho, ha decidido hacer frente a esta situación embarcándose en nuevos retos y proyectos, lo que le permite mantener la actividad en niveles óptimos y también preservar en la medida de lo posible el máximo de puestos de trabajo.
Abad es el responsable de Urkotronik, una empresa de vending y hostelería. «Distribuimos café y productos como máquinas expededoras de tabaco, sistemas de pago...». Un negocio que funcionaba muy bien, pero que como todos se ha resentido con la pandemia. De los 27 trabajadores que tiene en plantilla, en estos momentos están seis en ERTE, «aunque llegamos a tener dieciséis personas», explica este empresario eibarrés.
Apunta que para las empresas son momentos difíciles y «todo nos parece poco, sobre todo porque no sabemos qué va a pasar en enero». En cualquier caso, señala que él trata de ser positivo y su objetivo es recuperar todos los puestos de trabajo. «Hay que ser valiente. Eso es lo que hace que se puedan mantener los empleos».
Y no lo dice con la boca pequeña, sino que lo demuestra con hechos, ya que se ha embarcado en diferentes proyectos en plena 'era Covid'. Uno de ellos fue una iniciativa solidaria de mascarillas gratuitas en máquinas expendedoras de vending en cinco puntos de Eibar. En un primer momento se han instalado en los campos de fútbol y también en el Ayuntamiento de la localidad armera, pero el objetivo es distribuir estas máquinas a otros municipios tanto en centros de formación como en hospitales. Son máquinas a medida, detalla, que expenden mascarillas, hidrogeles, guantes... Lo ha hecho de la mano de Azkoyen, el fabricante de las máquinas.
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«Han apurado para aprobar la prórroga y las empresas tenemos que tomar decisiones con antelación»
También ha promovido la reforma de un bar 'anticoronavirus' en el barrio Azitain, con la instalación de diferentes dispositivos, como fuentes de ozono, un gran termómetro frente a la entrada que monitoriza la temperatura corporal en tiempo real y emite una luz en el momento que sospecha que se ha superado el nivel normal. Proyectos que ayudan a paliar la caída de la actividad. «Las ventas están en el 50% del año pasado. En el caso del vending, la reducción es del 70% y en hostelería del 30%».
En este contexto, apunta que la prórroga de los ERTE se tenía que haber aprobado antes. «Han apurado mucho. Sería deseable que en enero lo hagan con más antelación, porque las empresas tenemos que tomar decisiones para adaptarnos a la situación y no podemos esperar hasta el último minuto para hacerlo». Carlos Abad no se atreve a hacer un diagnóstico de cara al inicio del próximo año.
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